Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA



ECONOMIA:
HOY FUNCIONA MEJOR QUE AYER
¿PEOR QUE MAÑANA?


¿Qué diría un marciano sobre el comportamiento de la economía argentina durante 1996, y el probable comportamiento durante 1997, si luego de un devastador incendio, de nuestro país sólo se salvara un documento con las estadísticas económicas básicas (PBI, inflación, desempleo, etc.)?.
Contestar esta pregunta no le resulta fácil a quien vive tan inmerso en la pelea cotidiana por la vida, que no ve el bosque sino apenas los árboles.
Pues bien, el marciano diría algo así como lo siguiente: "Luego de la caída en el nivel de actividad económica, consecuencia del efecto Tequila, la economía se recuperó a lo largo de 1996 (el PBI real creció entre 3 y 4% en dicho año), sin que esto aumentara la tasa de inflación (a noviembre de 1996, la tasa de inflación era de 0,4% anual según precios al consumidor, y el 2,5% anual según precios mayoristas). Al mismo tiempo, la tasa de desempleo continuó en 17% de la fuerza laboral". Y todo pinta para que continúe durante 1997.
Mirando un gráfico que muestra el precio de los títulos, el de las acciones, los depósitos, el PBI, la tasa de inflación, etc., el marciano no podría determinar en qué momento de 1996 el presidente Menem reemplazó a Cavallo por Fernández al frente del ministerio de economía.
¿Es que "la economía se separó de la política"?.
Veamos qué ocurrió en 1996, y cómo hay que adoptar decisiones pensando en 1997.

Mundo

Ningún análisis profesional del funcionamiento de la economía argentina puede comenzar sin prestarle atención a lo que ocurre en el mundo.
Porque, aquí y ahora, ninguno de nosotros opera en el barrio, la ciudad o el país donde vive, sino en el mundo. Así que las líneas que siguen no son un adorno sino una parte esencial del análisis.
En octubre pasado el FMI actualizó los pronósticos de las principales variables macroeconómicas de sus países miembros -hoy, prácticamente, de todos los países- (World economic outlook, FMI, Washington). Los resultados son muy nítidos: vivimos en un mundo que crece (3,8% este año, 4,1% se espera para el próximo; con 6,3% de crecimiento promedio en los países en vías de desarrollo, por el aporte del 8% promedio de los países del Sudeste Asiático, principalmente por aporte de China); vivimos en un mundo que no padece crisis generalizada de balanza de pagos; vivimos en un mundo donde la inflación se está convirtiendo en una curiosidad, hoy circunscripta -con todo respeto- a países como Angola, Bielorrusia, Surinam, Ucrania y Zaire.
Más importante todavía, nadie piensa en el mundo que va a solucionar los problemas que quedan, estropeando los que ya no queda (ejemplo: nadie piensa hoy en el mundo inflar la economía para solucionar problemas de empleo o competitividad).
Porque, no está de más subrayarlo, problemas quedan. Baste mencionar, en el Primer Mundo, la crisis de los sistemas de seguridad social, y en el Mundo en su conjunto, el impacto que tiene el cambio tecnológico, así como la significativa caída en los costos de transporte y comunicaciones.
En los Estados Unidos rige un sistema jubilatorio de reparto. Hace medio siglo dicho sistema se financiaba con un impuesto del 2,5% a los salarios. Hoy se financia con un impuesto del 12,5%. Así como van, dentro de 30 años van a necesitar un impuesto del 23% a los salarios. Algo va a pasar (en Europa los jubilados parecen más privilegiados que los agricultores, y por eso nuestros agricultores pueden ver por fin la disminución de los subsidios europeos a la producción agrícola). Los números sugieren que el desafío previsional, junto a la cuestión de corrupción, surge de cuestiones demográficas.
La globalización de la economía no es una hipótesis o una cortina de humo. Es un hecho. De grandes implicancias porque, como dije, obliga a acostumbrarnos a pensar que no vivimos en un barrio, una ciudad o un país, sino en el mundo.
En octubre pasado British Airways echó a 500 contadores ingleses, y tomó a otros tantos contadores indios... en India. Porque con la actual tecnología, BA puede llevar la contabilidad de sus operaciones mundiales, en cualquier lugar del globo; y un contador en India le cuesta a la empresa un 5% (sic) de lo que le sale su colega en Inglaterra. Cualquier día de estos BA descubre que también en Burundi hay contadores, y vuelve a mover sus computadoras.
Las relaciones laborales son precarias, porque el mundo es precario. Vivimos en un mundo donde el capital tiene "rueditas" y busca dónde explotar mejor a los trabajadores. No me importa si el diagnóstico suena "marxista"; es una buena manera de entender lo que está ocurriendo más allá de que, como comprenderá el lector, no se me ocurrirá recomendar la socialización de los medios de producción para solucionar el problema.

Política

El 26 de julio de 1996, luego de 2.006 días consecutivos al frente del equipo económico, Menem echó a Cavallo y lo reemplazó por Fernández.
Contra lo que muchos esperábamos (a veces uno, en el fondo, desea estar equivocado), "la economía ni se enteró"; por eso el marciano no podría descubrir el hecho, mirando sólo series estadísticas.
¿Qué pasó?. Que desde el punto de vista del rumbo económico, no hay diferencia entre Fernández y Cavallo.
La diferencia, apreciable, es de estilo. Frente a un incendio, Cavallo saltaba sobre la autobomba y hacía correr al conductor; Fernández opina que él no le va a enseñar a conducir al bombero a cargo de la autobomba hasta el lugar del incendio. Para la flexibilización laboral está el ministro Caro Figueroa, no Fernández; para la aprobación parlamentaria del presupuesto 1997 está la Cámara de Diputados, no Fernández, etc.
El referido estilo obliga al resto del gobierno, a trabajar y a "hacerse cargo", mucho más que durante la gestión Cavallo.
Pero, como digo, estamos delante de una cuestión de estilo, no de rumbo económico.
Tanto bajo Cavallo, como bajo Fernández, la política económica como marco general está plantada alrededor de la Ley de Convertibilidad, la apertura de la economía, la privatización del Estado empresario, la desregulación de la actividad económica, etc. Lo cual ha revolucionado la forma en que se manejan las empresas, al desaparecer la ganancia financiera y agudizarse las condiciones en las cuales se compite interna e internacionalmente.

Economía

La fórmula de cálculo del promedio se puede aplicar a cualquier conjunto de números. La significación del promedio depende de la dispersión que exista entre los mencionados números (el promedio del conjunto formado por 99-100-101 es 100, y el de 50-100-150 también es 100; pero cuando en el primer caso me refiero a "100" estoy más cerca de cada uno de los componentes que en el segundo caso).
La dispersión que hoy existe en Argentina, tanto en cantidades como en precios, es de tal magnitud que casi invalida el análisis de los agregados.
Claro que "la economía" se reactivó, pero cuando el INDEC compara los niveles de producción industrial de setiembre de 1996, con los de un año atrás, encuentra que Fibras sintéticas y artificiales subió 42,7% y Negro de humo aumentó 40,9%, al tiempo que Cerveza cayó 16.1% y Licores disminuyó 14,9%. Y si en vez de publicar lo que le ocurrió a cada sector, hubiera publicado lo que le ocurrió a cada uno de los componentes de cada sector, la dispersión sería mayor todavía; porque a su vez cada sector es un promedio.
En Argentina 1996, en cualquier sector, en cualquier región del país, hubo gente que ganó mucha plata, alguna plata, cambió la plata, perdió algo de plata, perdió mucha plata y se fundió. La explicación de la diferencia no puede atribuirse a Menem, Camdessus o el Papa.
Más importante todavía, cómo le fue a cada uno no fue independiente de lo que hizo. Horacio de Dios suele citar a un tenista cuyo apellido olvidé, quien afirmó: "más practico, más suerte tengo". Importantísimo. Los empresarios exitosos son los que, a través de acciones específicas, basadas en diagnósticos realistas, ayudan a... la suerte.
En precios ocurre exactamente lo mismo. Las referidas modificaciones del nivel general de los precios, tanto a nivel consumidor como mayoristas, sugieren que no hay "noticias". Pero cualquiera que desagregue los niveles generales encontrará muchas noticias.
Ejemplo: en marzo de 1996 el (nunca me acuerdo la unidad) de (nunca me acuerdo el grano) se vendía a $270. Un semestre después a $140. De manera que el precio de dicho producto cayó cincuenta por ciento en 6 meses. Quienes vendieron futuro están chochos, quienes arrendaron el campo y cobraron por adelantado también están chochos, quienes no vendieron a $270 esperando $320 tienen caras largas, etc. Pero junto a ellos están, por ejemplo, los fabricantes de pollos, los cuales en marzo compraban a $270, y 6 meses después a un poco más de la mitad. En este sector pasamos de las caras largas a la tranquilidad que sigue a una tormenta.
Unos y otros sufren y se benefician de extremas modificaciones que prácticamente nada tienen que ver con la política económica, y sí con consideraciones sectoriales, nacionales e internacionales.
Tanto en precios como en cantidades, en buena medida Argentina, en 1996, fue "microlandia". ¿Y 1997?. Cuando se piensa en el futuro, la pregunta nunca es: ¿qué va a pasar?, porque nunca se sabe qué es lo que va a pasar. Por consiguiente la pregunta es: ¿qué hacemos, dado que no sabemos qué es lo que va a pasar?. Dicho de otra manera: sobre qué bases tomamos decisiones.

Mundo

El mundo sigue con excedentes financieros, no hay Tequila ni crisis brasileña (Brasil está hoy en manos sensatas, y los brasileros no son amigos de las "maxis").
Referido al mundo, este es un planteo decisorio que no adoptara ninguna acción preventiva frente a posibles dislocaciones internacionales, y que resulta del hecho de que, aquí y ahora, pretender "abrir el paraguas" vendiendo en el exterior bajo ciertas condiciones, sería automáticamente ser desplazado por la competencia.

Política

El 26 de octubre de 1997 se renovará la mitad de la Cámara de Diputados. 1997 es, consiguiente, un año electoral. ¿Será un año politizado, es decir, uno en el cual la política económica estará mucho más el servicio de la política, de lo que sucede habitualmente?.
El comportamiento electoral de los argentinos muestra que, desde 1985 inclusive en adelante, la "buena" economía se convirtió en un activo electoral (quien se creyó dueño de los votos, aumentó la tasa de inflación o dijo pavadas económicas, perdió las elecciones). ¿Por qué habría de ser diferente en 1997?.
Es una forma de ver las cosas. La otra es la que apunta a las novedades: importancia de temas extraeconómicos (corrupción), importancia de candidatos "nuevos" (Cavallo), etc.
Como en el caso del escenario internacional, la toma de decisiones -al tiempo que toma nota del desenvolvimiento político- no puede hoy adoptar decisiones preventivas, sin dejarle el mercado a la competencia.

Economía

Sí, en función del grado de com-petitividad de la economía argentina, las deudas referidas al escenario internacional y al contexto político, no pueden generar acciones preventivas por parte de las empresas, entoces el planteo decisorio tiene que hacerse sobre la siguiente base:
En 1997 continuará la reactivación no inflacionaria de la economía. Pero, como en 1996, dicha reactivación tendrá enorme dispersión, tanto sectorial como regional. Es cierto que, en general, es más fácil vender bienes en un país cuyo PBI real crece 5%, que en otro cuyo PBI cae 5%; pero de ahí a que aumente la demanda de los productos de su empresa, hay una distancia tan grande, que mejor ignorar el hecho y considerlo una "yapa" a la acción específica, concentrada en entender con claridad qué es lo que está ocurriendo en su mostrador.

¡Animo!.

por Juan Carlos De Pablo
Titular de Depabloconsul
Profesor en la Universidad de
San Andrés
Fuente: Revista de la
Bolsa de Cereales Nº 3010









Copyright © Revista Producción - InterNet Tucumán - Todos los Derechos Reservados



produccion
Revista Produccion - Producciones - Editorial - Contacto - NOA - tucuman - salta - santiago del estero - catamarca - jujuy