Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA



EEAOC
88 AÑOS DE UNA MISTICA QUE NO MUERE


La Estación Experimental Agrícola de Tucumán fue creada a instancias del entonces legislador don Alfredo Guzmán, por ley 1024 del 27 de julio de 1909, bajo el gobierno de Luis F. Nougués, en tanto otra ley, la 5020, la transformó en Estación Experimental Agro-Industrial "Obispo Colombres".
La Estación Experimental Agrícola de Tucumán fue creada a instancias del entonces legislador don Alfredo Guzmán, por ley 1024 del 27 de julio de 1909, bajo el gobierno de Luis F. Nougués, en tanto otra ley, la 5020, la transformó en Estación Experimental Agro-Industrial "Obispo Colombres". Pocos días antes de la creación, el 12 de julio de 1909, se adquirió por ley, a 5 kilómetros de la ciudad, un establecimiento para que fuera sede de la proyectada Estación Experimental. Este contaba con una extensión de 20 Ha y "un chalet, un edificio para escritorios, una gran construcción en la cual había estado instalada la fábrica, y varias casas para obreros".
Allí se instalaron luego las diversas dependencias de la Estación. El chalet fue destinado a residencia del director, en la vieja administración del ingenio San Ramón se ubicaron el despacho de dirección, secretaría, biblioteca, laboratorios de química, entomología, agricultura botánica y fitopatología, y distintas partes de la construcción (de tres cuerpos) se utilizaron de casa para los empleados, viviendas para obreros, talleres, depósitos y establos para animales.
Pero ésto, con ser importante, no deja de ser anecdótico. Lo valedero es conocer por qué la Estación Experimental ha perdurado sólida y pujante, con la vieja mística que le supieron imbuir aquellos personajes de la primera década del siglo, y que sigue incólume hasta hoy. Sólo perduran las instituciones que logran insertarse en el medio en el que actúan, más si, como en éste caso, se trata de una institución agropecuaria. Los niveles sociales que se cubren abarcan un amplio espectro: desde el técnico súper especializado, hasta el hombre común, cuyo saber proviene de la vivencia cotidiana de los ritmos de la naturaleza; desde el gran propietario hasta el humilde productor cuyo predio no es más amplio que el horizonte que marca su esperanza. A todos ellos deberá llegar -la Estación Experimental lo hizo- con su aporte, con el lenguaje apropiado y el consejo sutil.
La EEAOC ha dejado en estos 88 años de vida una marca indeleble en la sociedad tucumana, desde que lograra aquel primer objetivo, colocar a la provincia al resguardo de los problemas provocados por el monocultivo. Hubo dos líneas sobre las que marchó siempre: 1) sostener con todos los medios disponibles la agroindustria de la caña de azúcar, por su gran acción directa sobre la mayoría de los miembros de la comunidad; 2) con todos los medios posibles, propender a la diversifica-ción agrícola, para sustraer a nuestro capital humano, de las crisis coyunturales de la monocultura.

BUSQUEDA DEL PRIMER DIRECTOR

Para "pintar" a una institución, bien vale recordar la actuación de aquellos hombres que le dieron su primer sustento, comenzando a hacerla grande. El 26 de enero de 1907 por decreto suscripto por el gobernador Nougués y su ministro Julio López Mañán, se comisionó al ingeniero agrónomo don León Caravaniez para que se trasladara a EEUU, Cuba, Guayana Inglesa, Hawaii y Java (por entonces lo más granado del cultivo mundial de la caña de azúcar) a buscar la persona más idónea para que dirigiera los destinos de la proyectada Estación Experimental. Las instrucciones proporcionadas a Caravaniez establecieron una duración máxima de ocho meses para el viaje, el envío de un informe sobre cada región que visitara, y la confección de una memoria detallada y comparativa de los informes parciales.
Se le encomendaba asimismo informar sobre las condiciones de un posible contrato y podía inclusive formalizar éste -previa autorización por telegrama-. Para la adquisición de semillas, aparatos, etc, Caravaniez recibiría sólo 5.000 pesos en todo concepto para pasaje, manutención y honorarios.
Finalmente el contrato se firmó. Así lo comunicó Caravaniez desde París el 20 de agosto de 1908, y el elegido fue R. E. Blouin, por entonces director de la famosa estación de Audubon Park (EEUU) , quien arribó a Tucumán en enero de 1909.
Para concluir, resta decir que Caravaniez trabajó en la formación del magnífico Parque Guillermina, y allí actuó hasta comienzos de los años 20.
Caravaniez se alejó definitivamente de Tucu-mán con su familia, de regreso a su Francia natal, el 18 de enero de 1922.


Un trabajo que se proyecta hacia el futuro

El actual titular de la Estación Experimental Agro-Industrial "Obispo Colombres", ingeniero Fada, manifestó a PRODUCCION que "la crisis económica que nos envuelve a todos, trajo aparejado un mensaje meridianamente claro: había que autofinanciarse. En los últimos 12 meses, la Estación Experimental se ha financiado con sus propios recursos, logrados a través de la vía tributaria a partir de la ley 5020 y complementarias, y extratributarios, como los servicios que se prestan, y algunas producciones de las tierras propias".
Fada añadió "ésto nos permite atender las demandas salariales y costos de funcionamiento, pero no podemos atender ampliaciones de programas de investigación (nuestra labor primordial) y demandas de sectores de citrus y caña. Tampoco podemos realizar inversiones en reequipamiento de material técnico y científico, sectores en los cuales existe una desinversión desde hace al menos 15 años".
El ingeniero Fada concluyó la entrevista con "seguimos golpeando puertas, no cejaremos en nuestro empeño de hacer cada día más grande a nuestra institución, de lo contrario no seríamos merecedores de ser los herederos de aquellos hombres que la hicieron grande a fuerza de una mística que no supo de renunciamientos".

Por Ernesto Cepeda








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