Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA



CLIMA:
CORRIENTE DE EL NIÑO


¿Qué es?. ¿Qué fenómenos climáticos provoca?.
Repercusiones sobre la agricultura argentina.

En un encuentro organizado por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, el Ingeniero César Rebella, perteneciente al INTA, dedicó todo un capítulo de la jornada para explicar la particular situación que se está dando a nivel climático en todo el planeta, por el advenimiento de la corriente de El Niño.
"El fenómeno está muy bien definido.
Hay un calentamiento anómalo en la zona del Pacífico ecuatorial que supera en unos dos grados a las medias normales, y temperaturas unos cuatro grados superiores a las habituales en las costas peruanas, ecuatorianas y chilenas", explicó el especialista, asistido por todo un arsenal de gráficos satelitales multicolores.

PATEAR EL TABLERO

Lo cierto es que, desde que se tuvo conocimiento de su existencia, la corriente de El Niño ha planteado constantes desafíos a los meteorólogos.
Si se redujera el fenómeno a la más compacta de las síntesis, habría que decir que se trata de una masa de agua más caliente de lo normal, que se desplaza desde los alrededores de Indonesia por la línea ecuatorial, hacia las costas del Pacífico sudamericano, alterando el circuito normal que se describe en el diagrama adjunto.
Al mismo tiempo, las aguas costeras de Perú, Ecuador y el norte de Chile se recalientan algunos grados por encima del promedio.
Sucede que el diálogo que se produce constantemente entre la atmósfera y los mares es tan estrecho, que cualquier cambio en uno de ellos modifica necesariamente al otro.
En otras palabras: una gran cantidad de agua caliente en un lugar inédito provoca cambios difíciles de prever en el clima de todo el mundo.
Los investigadores hablan entonces de "anomalías".
Y a decir verdad, el clima mundial está atestado de anomalías todos los días: calor donde debería haber frío o viceversa, algún viento que cambia de dirección sin avisar y lluvias que no se esperaban sino hasta tiempo después.
La razón es tan sencilla como inquietante. Es que el clima de cada día es como las huellas digitales. Jamás se dan condiciones exactamente idénticas en días diferentes.
Pero El Niño es una anomalía verdaderamente grande que, aunque se forma y se desplaza por puntos específicos del planeta, produce cambios importantísimos en todo el globo.
Su llegada podría ser ilustrada perfectamente con la imagen de "patear el tablero". Obliga a tener en cuenta toda una serie de factores que no se condi-cen con las condiciones climáticas más frecuentes.
Hace tiempo que los especialistas en el tema vienen investigando el fenómeno, para poder predecir con precisión sus consecuencias. Pero la conflictiva corriente marina se atiene a una de las más viejas reglas de la meteorología.
"No hay dos Niños iguales, y eso siempre nos complica", confesó Rebella, mientras enseñaba al auditorio una transparencia satelital con las temperaturas de los océanos en diferentes colores.
La mayor parte de los ojos de los presentes estuvieron centrados en una mancha que teñía de rojo al Pacífico ecuatorial: la corriente de El Niño, claro.

NO TAN CATASTROFICO

Habitualmente, la sola mención del fenómeno hace temblar a todo el mundo.
Se lo asocia con tormentas, tifones, inundaciones, sequías y toda clase de cataclismos.
En realidad, ésta es una imagen que proviene de los tiempos de la colonia, cuando los habitantes del antiguo Virreinato del Alto Perú descubrían, asombrados, que las frescas aguas estivales de las costas estaban más calientes de lo normal. La horrible consecuencia de este indicio era bien conocida: los preciados bancos de anchoas huían hacia zonas más frías.
Las aves marinas guaneras --el guano también era un importante recurso económico-- morían por docenas, por falta de alimento. Y, para desesperación de los hombres de mar, las redes de los pescadores salían del agua tan vacías como estaban antes de ser arrojadas. Como el fenómeno se registraba siempre para la Navidad, fue bautizado como El Niño.
En realidad, la corriente no es perjudicial para todos por igual. En el Nordeste del Brasil la odian con razón, ya que acarrea espantosas sequías.
Pero en la llanura pampeana, hasta podría decirse que es un fenómeno benefactor, ya que generalmente asegura una buena provisión de agua para los cultivos. Y la situación que se vive en este momento no escapa a esta especie de regla.
"Con esta variable ya definida, podemos esperar un nivel de precipitaciones por encima de los valores normales para la próxima estación cálida", predijo Rebella y advirtió que "este año El Niño se presentó muy temprano.
Normalmente se empieza a generar a fines de junio o principios de agosto para culminar en Navidad.
Pero, actualmente, está fuertemente definido, con lo cual es probable que se adelanten todos los efectos en su interacción con la atmósfera.
O sea, es de esperar un incremento de lluvias por encima de sus valores normales durante la estación cálida y durante la primavera.
En el momento de las preguntas, uno de los asistentes requirió el punto de vista de Rebella para las próximas cosechas fina y gruesa.
"En el caso de la campaña fina --respondió--, diría que los años húmedos no son buenos para el trigo, que es un cultivo de clima casi semidesértico y convive mejor con algo de sequía.
Por ello es probable que se manifiesten algunos procesos de enfermedades y problemas con la calidad.
Pero esto es sólo para algunas áreas; no será un problema generalizado.
En cuanto a la campaña de cosecha gruesa argentina, creo que será favorable sobre todo en lo que se refiere a siembras tempranas en maíz y soja. En EE.UU., en cambio, puede complicar las etapas de cosecha de maíz y soja."
Como siempre, será el tiempo el encargado de develar el misterio.

• Los científicos señalan diferentes causas de aparición de El Niño. En un informe disponible en Internet, Daniel Walker, un investigador de la universidad de Hawaii, asociaba, hace algunos años, el fenómeno con la actividad que ocurre en el lecho del océano, y encontraba una conexión entre los terremotos bajo el mar y la incidencia de El Niño. Este científico observó que la aparición del fenómeno coincidió con temblores de tierra en el East Pacific Rise, una cadena montañosa ubicada en el océano.
Walker afirmaba que la temperatura volcánica llegaba a la superficie del océano y calentaba el agua y el aire de la zona, desencadenando las posteriores anormalidades que caracterizan a El Niño.
John Toole, un oceanógrafo de Massachusetts, dice que El Niño es un problema provocado por el océano y la atmósfera; sostiene que la principal causa está en el primero, que es muy ancho para dar una respuesta uniforme a la acción de la radiación solar.
En tiempos más recientes, otros investigadores vinculan más estrechamente la ocurrencia del fenómeno a cambios en la presión atmosférica y en la dirección de los vientos en la zona ecuatorial.
• El fenómeno de El Niño puede durar de 14 a 22 meses; decae cuando no hay suficiente agua cálida para sostener el ciclo. Pero los científicos afirman que no hay dos El Niño iguales, y que se pueden manifestar de diversas maneras.
• El Niño fue un fenómeno devastador en 1982 y 1983: provocó inundaciones en Perú, lluvias torrenciales en el sur de California y un invierno totalmente anormal por lo benigno en el resto de EE.UU.
Simultáneamente dio lugar a graves sequías en Indonesia, Africa y Australia, y a persistentes lluvias en América Central y América.


Fuente: Revista de los CREA
Nº 202 - Agosto 1997








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