Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA




Entrevista: C.P.N. Arquímides Carrizo
EL AZUCAR
CAPEARA EL TEMPORAL ECONOMICO
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La crisis económica internacional, con los cimbronazos en el Sudeste asiático hace ya algún tiempo, y la estruendosa caída del rublo en Rusia pocos días atrás, ha renovado en el mercado mundial un temor que trasciende el campo de los inversionistas, para enmarcarse en uno más general.
Abarcativo de todas las pautas económicas, por lo que es lógico y hasta justo preocuparse por lo que pueda pasar de aquí en más por ejemplo con el mercado del azúcar, que concierne tanto y tan de cerca a los productores de Tucumán, Salta y Jujuy. Por ello, PRODUCCION conversó con el contador Arquíme-des Carrizo, responsable de una consultora de temas económicos que pone singular énfasis en el tema azúcar y que, no obstante los nubarrones actuales, se mostró optimista para el futuro.

¿Cuáles son las posibilidades ciertas que tiene nuestro país de competir en materia azucarera con Brasil?.
En condiciones de comercio normal, y con prácticas leales, nuestro país, representado en materia azucarera por Tucumán, Salta y Jujuy, se halla en condiciones de competir ventajosamente con nuestros vecinos, porque los costos de producción, tanto fabriles como de campo, son apenas levemente superiores a los que imperan en San Pablo, la zona más eficiente del Brasil en este tema. Los costos de producción totales están, en nuestra zona, 3 ó 4 centavos por encima de San Pablo pero, por contrapartida, los costos agrícolas son menores, cuesta menos producir azúcar por estos lares que en los de nuestro gran vecino.

¿Y los costos industriales?.
Allí la cosa cambia. Los brasileños llevan las de ganar, porque tienen plantas industriales mucho más modernas, y mayores escalas de producción. Tal vez la verdadera ventaja brasileña en materia de costos de producción, estribe en su producción conjunta de azúcar y alcohol, lo que la convierte en más barata. Pero no debemos temer la competencia del ‘cuco´ brasileño; a ellos les cuesta cerca de 100 dólares de flete transportar la caña hasta nuestras tierras, por lo que, en condiciones normales, no debería entrar nunca a nuestro país azúcar brasileño.

¿Qué sucede con el arancelamiento?.
En estos momentos no se permite el libre comercio, porque Brasil subsidia a su sector, lo que le permite sostener 2/3 de su producción eficiente en San Pablo y Matto Grosso y el resto, ineficiente, en otras zonas con mayor costo de producción. Hay una trama de mecanismos impositivos y de subsidios directos e indirectos, que tornan inviable al libre comercio. Por eso existe actualmente entre ambos países un arancel que oscila entre el 20 y 35%, de acuerdo al precio internacional. Además, cuando hay comercio entre países, éste no se hace en base a los precios de los respectivos mercados internos o a los costos, sino en base al precio del mercado internacional. Ese precio no refleja en absoluto los costos de producción, como sucede en cualquier otra actividad normal, ya que el del azúcar es un mercado de excedentes, los países ‘tiran’ lo que les sobra del mercado interno, vendiéndolo internacional-mente a cualquier precio. Hoy ese precio está muy deprimido y las perspectivas en el corto plazo no son buenas, aunque estimo que en el plazo mediano se recuperará, porque se están nivelando los stocks. Ya el año próximo debería haber una recuperación satisfactoria.

¿Cómo influirá en el mercado azucarero la crisis económica que se abate en estos momentos sobre los mercados del mundo?.
Hace ya algún tiempo en el Sudeste asiático, y días atrás en Rusia, los cimbronazos producidos allí causarán obviamente una reducción en la demanda del azúcar -como de muchos otros productos- por una contracción importante de la importación en aquellos países. En ese "paquete" entran muchas materias primas, de las que son grandes consumidores. Es un fenómeno global de reducción en los precios de granos, aceites y también del azúcar. Cae la demanda y consecuentemente el precio.

¿Es posible determinar cuánto tiempo durará esto?.
No, pero soy optimista por naturaleza, y considero que en un año se empezarán a normalizar las cosas. Cada país hará su propia composición de lugar, y tratará de recomponer su economía; en los países mencionados, su primer objetivo será recuperar el gasto en alimentación, que no puede recortarse dramáticamente por mucho tiempo.
Consumirán menos autos o productos electrónicos, pero no pueden dejar de comer. Es este un tema al que no veo tan crítico como lo visualizan otros colegas, además, el mercado del azúcar está acostumbrado a capear este tipo de temporales.

¿Cuál es el precio actual del azúcar a nivel internacional?.
El azúcar blanco está a 250 pesos y, para que quede claro dónde estamos, hay que decir que el Mercado Común Europeo subsidia a sus exportadores con 450 ó 500 dólares por Tn. Por eso es que nuestro sector azucarero requiere del Estado políticas muy claras en materia de arancelamiento.

¿De qué manera se puede combatir esta diferencia internacional?. Hay que reducir aún más los costos de producción e industriales, que en nuestro país ya bajaron un 25 % en los últimos años. Cabe destacar que nuestros costos de producción están por debajo de los de la mayoría de los países azucareros, y sólo levemente superiores a los de los más desarrollados en la materia. Tenemos una gran ventaja, si es que puede llamársela así: hemos invertido poco durante los últimos tiempos en el sector y, si se diera incorporación importante de capitales, la productividad podría aún dar saltos grandes en materia de costos.
Si el sector se maneja bien, Argentina tiene promisorio futuro en materia azucarera, pese a lo que digan todos los agoreros. Para que eso ocurra, los productores deben instrumentar mecanismos para manejar mejor el mercado interno, que se instrumenta muy mal. Los productores desperdician esfuerzos, no aprovechan toda la protección arancelaria, y hay una gran dispersión de la oferta, dejándose influenciar por problemas financieros, todo lo cual los perjudica notoriamente.

¿Qué deberían hacer los productores?.
Desarrollar mecanismos para comercializar mejor. Concentrar la oferta y no atomizarla, porque esto último sólo aprovecha a los consumidores de azúcar del Litoral. En nuestro país el azúcar es extremadamente barato, y nosotros proveemos a toda la geografía nacional del azúcar más económico en tanto que, por contrapartida, no tenemos acceso a los autos, combustibles o tractores más baratos. Existe una sensible pérdida en el intercambio con otras regiones de nuestro propio país, y ésto se pudo soportar en los últimos tiempos solamente porque se produjo el ya mencionado descenso en los costos de producción.
Ahora bien, de aquí en más, los productores deberían hacer cuanto les sea posible por mejorar el riego e incorporar técnicas fabriles más modernas. Queda mucho por hacer todavía, a diferencia de nuestros hermanos brasileños, que están usando las últimas técnicas, trabajando prácticamente al límite de sus posibilidades.

¿Desea agregar algo más para nuestros productores del NOA?.
Nuestra gente abandonó las organizaciones gremiales, se han debilitado, perdiendo capacidad para hacer lobby, que no es una mala palabra. Hemos mencionado el riego, y en este tema, el productor individual no tiene fuerza suficiente para conseguir que se haga por ejemplo un canal troncal, pero sí la tiene una organización gremial. Hoy en día los cañeros comercializan su azúcar en forma dispersa, deberían buscar la forma de concentrarse para obtener mejores precios. Ya se que hubo fracasos en el pasado de distintas cooperativas, pero deberían buscarse nuevos caminos para que el productor disminuya aquellos costos sobre los que tiene manejo, por cuanto los otros dependen del Estado.
Creo que la organización gremial deberá cambiar fundamentalmente su filosofía y manejo.
Antes el objetivo era conseguir - en su discusión con el poder central- un precio alto para la caña; ahora ese rol ha desaparecido, pero quedan otros no menos importantes, por ejemplo, el manejo de la política arancelaria, tema en el cual los desaciertos causan problemas muy graves. Y asimismo, restan otras funciones, por caso ver cómo se canalizan las inversiones estatales en infraestructura y/o investigación.
El Estado provincial gasta 1.200 millones de dólares por año, ¿cuánto de eso destina a mejorar la competi-tividad del sector productivo? Mejor obviemos la respuesta.
En los países desarrollados, los Estados invierten grandes sumas en la investigación que, a mediano y largo plazos, se traducen invariablemente en mejores ingresos, menores costos y mayor bienestar. Deberíamos comenzar a hacer lo propio.

Por Ernesto Cepeda de Producción

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