Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA




Entrevista: Agr. Alfredo M. Chavarría
Dos enemigos acechan a la soja

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Desde que fue detectado por primera vez en Alemania en 1921, el oidio de la soja se ha transformado en un enemigo implacable de los cultivos. En nuestro país, se había manifestado con singular virulencia en la campaña 97/98 en distintas áreas sojeras de Córdoba. Hasta ahora, el NOA había quedado afortunadamente un tanto al margen de la acción de este hongo, denominado técnicamente Microsphaera diffusa Cke & Pk, parásito que hace honor a tan largo nombre, provocando fuertes dolores de cabeza a los productores.

Tras las fuertes precipitaciones de marzo último, que superaron marcas históricas en nuestra región, el enemigo oculto se presentó en todo su desarrollo, con intensidad plena de ataque.
Los síntomas fueron observados en plantas al comienzo de floración: unos parches blancos pulverulentos compuestos por fructificaciones del hongo.
Aquellas plantas que experimen-taron ataques severos en tallos, vainas y hojas, sufrieron importante desfoliación.
Otros síntomas, que correponden a la misma enfermedad, son la clorosis, necrosis y un bronceado pardo-rojizo de hojas en cultivares que han demos-trado tener tolerancia o resistencia al patógeno.
Un equipo integrado por el agrónomo Alfredo Mario Chavarría, consultor privado en sanidad vegetal y ex consultor fitopatológico de la EEA INTA Famaillá y el ingeniero Hugo Robinet, profesional que presta servicios en esta institución, detectó hace poco, en lotes de soja ubicados en Tucumán y Salta, no sólo oidio, sino también la llamada ‘mancha ojo de rana’, otro hongo dueño asimismo de un nombre exótico: Cercospora sojina Hara.
Para que nos impusiera sobre tan desagradable aparición, PRODUC-CION entrevistó al Agr. Alfredo M. Chavarría, quien destacó la necesidad de difundir esta información, a efectos de que los productores sojeros sepan a qué atenerse, y tomen los recaudos correspondientes.

¿Qué es la fitopatología?.
Es el estudio e identificación de las enfermedades vegetales.
Es una ciencia noble, que en nuestro medio tiene algunas instituciones donde los investigadores realizan el análisis fitopatológico, es decir que aquellas muestras recogidas en el campo, son enviadas a laboratorios, donde se determina, tras ardua investigación, cuál es el agente causal que provoca la enfermedad.

En este caso puntual, ¿qué posibilitó determinar la existencia de las enfer-medades que nos ocupan?.
Durante la última campaña agrícola se efectuaron diversos relevamientos en las zonas de La Cocha y Las Cejas (Tucumán) y Las Lajitas (Salta). Son ensayos realizados por INTA Famaillá a cargo del ingeniero Robinet, y el relevamiento fitosanitario reveló la presencia significativa del oidio de la soja y la mancha de ojo de rana, dos enfermedades de muy reciente determinación en nuestro medio.
Con relación al oidio, los síntomas y signos de la enfermedad comenzaron a visualizarse al comienzo de los estadios reproductivos de la soja (inicio de floración y comienzo de madurez fisiológica) pudiendo esa relación variar de acuerdo a la localidad, momento de siembra y grupos de madurez utilizados. Los niveles de infección máximos de la enfermedad fueron detectados en lotes donde hubo condiciones óptimas para tal desarrollo, y en cultivares suscep-tibles. Para el caso de cultivares que mostraron una tolerancia o resistencia a la enfermedad, la intensidad de ataque fue caracterizada por escaso desarrollo de micelio y fructificaciones en hojas, tallos y vainas.

¿Qué nos puede decir respecto a la mancha ojo de rana?.
Se la denomina también mancha foliar por Cercospora, fue registrada por vez primera en Japón en 1915, y actualmente se distribuye mundialmente.
En nuestro medio es de aparición reciente pero, desafortunadamente, está ya difundida prácticamente en todas las áreas sojeras del país.

¿Cuáles son los elementos que favore-cen la aparición de la enfermedad?.
Fundamentalmente la humedad y temperatura. El grave problema con este hongo es que sobrevive como micelio en las semillas infectadas y en restos de rastrojo de una campaña a otra.
Las semillas infectadas generalmen-te reducen su poder de germinación o producen plantas débiles. Los cotiledones germinados e infectados constituirían la fuente de inoculación primaria para infectar las hojas jóvenes. El estado de crecimiento del cultivo asociado a las condiciones ambientales, han jugado un rol importante para el desarrollo y difusión de la enfermedad.
En el NOA se han observado los niveles máximos de infección en aquellos lotes con altos niveles de humedad ambiente y donde el cambio varietal ha sido significativo. Cabe tener en cuenta que en campañas anteriores, como consecuencia de la epifitia generada por la aparición del cancro del tallo, se ha optado en forma casi masiva por la introducción de nuevos genotipos, en búsqueda de fuentes de resistencia contra la enfermedad.

¿Cuál es la sintomatología de la enfermedad?.
La mancha de ojo de rana se localiza fundamentalmente en el follaje, aunque en menor grado puede presen-tarse también en tallos, vainas y semi-llas. Los primeros síntomas comienzan con la aparición de pequeñas manchas marrón-rojizas, de forma circular a angular de 1 a 2mm en la superficie superior de la hoja. A medida que la enfermedad avanza, estas pequeñas manchas forman otras más grandes con centro color gris ceniza. A diferencia de otras patologías, esta enfermedad no forma zonas o bordes cloróticas que rodean a las lesiones, característica esta que hace fácil su identificación. Las manchas más viejas pueden llegar a ser traslúcidas. Si bien no se han observado ataques que puedan llegar a producir marchitez o defoliación, algunos genotipos de soja han mostrado una susceptibilidad variable frente a la enfermedad, pero el grado de ella ha dependi-do de la fecha de siembra, cultivar y localidad.

¿Cómo se desarrolla el mal?.
Las semillas infectadas general-mente reducen su poder germinativo o producen plantas débiles. Los cotile-dones germinados e infectados constituirían la fuente de inoculación primaria para infectar las hojas jóvenes. Se procura establecer el índice de infección de Cercospora sojina en semillas, mediante análisis de calidad donde además se podrá evaluar y cuantificar emergencia, poder germinativo, vigor y otros aspectos sanitarios.

¿En qué forma persiste la enfermedad de una campaña a otra?.
Persiste a través del rastrojo de soja. Una vez que penetra en el cultivo, en la planta, la enfermedad se instala y reproduce. Cuando la planta muere, cuando se cosecha, esta enfermedad queda en el rastrojo con vida latente, lo cual significa que cuando se vuelva a instalar soja, si ello va acompañado por condiciones ambientales propi-cias, se vuelve a parasitar el cultivo.

El tratamiento del tema impone una terminología técnica que tal vez desorienta un tanto a nuestros productores. Para ir a lo práctico, ¿cómo se controlan estas enfermedades?.
De diversas maneras. En primer lugar, el principal y más eficiente método de control es el uso de cultivares resistentes. Además, de las diferentes zonas agroecológicas relevadas sanitariamente, pudo comprobarse el compor-tamiento diferencial de los distintos genotipos frente a la enfermedad: el uso de tratamientos foliares reduciría la incidencia del mal, actuando como protectores durante los estadios reproductivos, evitando de esta manera defoliaciones prematuras durante el llenado de granos.
No menos importante es la rotación de cultivos, siendo aconse-jable el cultivo durante dos años de maíz, y uno de soja. El productor debe rotar cuando hay este tipo de proble-mas, difícil de erradicar, porque de esta manera se baja el nivel de inóculo a través de cultivares resistentes.
Los cultivares resistentes se logran a través de pruebas y trabajos que se realizan en instituciones como INTA y Estación Experimental, llevados a cabo por fitomejoradores, que seleccionan material con buen comportamiento sanitario, buena aptitud de desarrollo, altura, producción de vainas, etc. Una vez seleccio-nado el material durante varias campañas, tole-rante a una patología determinada, recién se lo introduce en el campo. Otro tema es la calidad de semillas, los fungicidas foliares, algunos extre-madamente efectivos.
Como se puede apreciar, el productor dispone de varias armas para enfrentar a estos solapados enemigos, por lo que, ante el menor asomo de la aparición de estos hongos, debe acudir a los institutos especializados, donde encontrará asesoramiento debido.

Por Ernesto Cepeda de Producción

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