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Producción orgánica: Nuevas alternativas para la actividad hortícola  |
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• Introducción La tecnificación progresiva de la agricultura llevó a explotar los recursos naturales al límite de sus posibilidades, produciendo efectos indesea-dos sobre el ambiente, en especial en los países del hemisferio norte. Esto alertó sobre la necesidad de no producir más alteraciones en los ecosistemas, generando una vuelta a los antiguos modos de producción. Simultáneamente, la población comenzó a tomar conciencia de la necesidad de mejorar su calidad de vida, consumiendo alimentos sanos, producidos a partir del cuidado de los recursos naturales, un patrimonio que debe ser legado a las generaciones futuras. Así nace la demanda de alimentos producidos en forma "más natural", con un impacto mínimo sobre el ambiente. La producción orgánica, entonces se constituye en la alternativa para satisfacer ambas necesidades al tener como objetivo principal la producción de alimentos saludables, de la mejor calidad nutritiva, sin contaminantes y obtenidos mediante sistemas de trabajo sustentables. •Situación actual de la producción orgánica en la Argentina El concepto de producción orgánica aparece más arraigado en aquellas comunidades donde el grado de deterioro ambiental por el abuso de agroquímicos ha sido mayor. Así el concepto de agricultura orgánica nace en el hemisferio Norte, a fin de detener el grado creciente de contaminación. Este no es el caso de Argentina, donde, si bien el abuso de agroquímicos existe, no alcanza la magnitud que encuentra en Europa y América del Norte. En nuestro país la necesidad de aplicar criterios de sustentabilidad tiene que ver con la conservación del recurso suelo, actualmente amenazado y con la necesidad de conquistar mercados en el exterior cada vez más exigentes en cuanto a la presencia de residuos de agroquímicos. La superficie total destinada a la producción orgánica en el país asciende a 344.870 hectáreas, de las cuales 18.483 hectáreas corresponden a actividades vegetales y 326.387 hectáreas a producciones animales. Las producciones orgánicas de origen vegetal incluyen: avena, girasol, lino, lúpulo, maíz, mijo, soja, sorgo, trigo, ciruelo, cítricos, durazno, manzana, membrillo, olivo, uva, pera, ajo, cebolla, espárrago, papa, poroto, aromáticas, algodón, azúcar, té y yerba mate. Las producciones orgánicas de origen animal comprenden carne y leche bovina, carne aviar y huevos, carne ovina y lana y apicultura. Las provincias en las que se concentra la mayor superficie destinada a la producción orgánica tanto animal como vegetal son La Pampa, Buenos Aires, Santiago del Estero, San Luis, Córdoba y Entre Ríos. La mayor superficie bajo cultivo orgánico se ubica en Buenos Aires, donde se encuentra el 94 % del área total destinada a las hierbas aromáticas. En la actualidad existen 90 establecimientos dedicados a la producción ecológica de Bovinos, de los cuales 39 se localizan en Buenos Aires, 21 en La Pampa, 7 en Santa Fe, 6 en Santiago del Estero, 5 en Córdoba y Entre Ríos, 3 en Corrientes y San Luis y 1 en Río Negro. •Globalización y comercio internacional de la Producción Orgánica El actual escenario mundial, luego de la caída del muro de Berlín y el colapso de las economías de los países socialistas, del Bloque liderado por la ex Unión Soviética nos presenta nuevas posibilidades como también así nuevos desafíos, para nuestros productos a exportar. Como reflexión inicial en este aspecto es conveniente resaltar sobre la pérdida de vigencia que han tenido los paradigmas tradicionales sobre rentabilidad económica, para la producción agrícola en general. El clásico enfoque de las economías de escala, el análisis microeconómico (costos- volumen- utilidad), no nos brinda la solución esperada cuando se trata de producciones perecederas y/o precios altamente sensibles a los excesos de ofertas. En consecuencia a los fines de lograr propuestas ajustadas a la realidad de nuestras economías regionales, se hace recomendable canalizar los esfuerzos productivos hacia mercados con alta capacidad adquisitiva que demandan productos "diferenciados"; los cuales retribuyen a sus proveedores, a través de mecanismos de precios también diferenciados, con demanda en sostenida ascenso. En el otro caso, del tradicional mercado de exportación en permanente crecimiento en cuanto a volúmenes ofertados (productos no orgánicos) no encuentran la correlativa inserción en los mercados internacionales calificados, por lo cual deben soportar una recurrente tendencia a precios descendentes. Esta resultante nos refleja en gran medida la situación de estancamiento o quebranto en que se encuentran una alta proporción de nuestros productores. Si a ello agregamos las barreras arancelarias, para arancelarias, fitosanitarias, etc. con que debe enfrentarse nuestra producción exportable, la situación se torna aún más compleja. Cualquier proyección que se pretenda hacer con vista al próximo milenio deberá realizarse en observancia a las directrices que pro-vienen de la Comunidad Internacional. Como antecedente de importancia podemos citar la CONFERENCIA DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE EL MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO (1992, Río de Janeiro, Brasil) en la cual se sientan las bases para una progresiva armonización de los imperativos de la Economía y de la Ecología mediante la formulación de nuevos objetivo como el Principio 8 de la Conferencia de Río que recomienda a los estados a "Reducir y eliminar los sistemas de producción y consumo insostenibles, y fomentar políticas demográficas apropiadas". La expansión de la superficie con certificación orgánica en la Unión Europea ha sido y continúa siendo altamente significativa. A título de ejemplo cabe mencionar que la proporción de tierra cultivada orgáni-camente en UK pasó del 0,3% en 1996 a algo más del 1% en la actualidad, estimándose que será de alrededor del 2,5% del total del área cultivada, en el año 2000. En Austria hoy el 10 % de la tierra agrícola es orgánica y piensan llegar al 20% en el 2010. Dinamarca, constituye uno de los casos más ambiciosos, esperando tener en el 2010 el 50% de la superficie cultivada bajo certificación orgánica. También en Suecia la producción orgánica está saliendo de lo que se considera un mercado de nichos para pasar a constituir una parte significativa del mercado global de alimentos. El Directorio Nacional de Agricultura Sueco ha recomendado que los productos orgánicos deberían integrar por lo menos el 20% de la producción agropecuaria para el año 2005. La demanda de productos orgánicos supera ampliamente a la oferta. Para ilustrar ésto, cabe mencionar por ejemplo, que Alemania importó el 50% de lo que comercializaba en el año 1997; UK el 70%; Dinamarca el 25%; Holanda el 60%; Austria el 30% y Suecia el 30%. Sobre USA y Japón no hay información disponible. La tendencia al crecimiento de las ventas de productos orgánicos sería superior al 20% anual, lo que indica una fuerte tendencia a la demanda de este tipo de productos, pero de acuerdo a estudios realizados por la Universidad Estatal de California (1992) el consumidor no está dispuesto a pagar el sobreprecio que los supermercados cotizan. •Conclusiones Es necesario concluir en una serie de consideraciones positivas sobre las perspectivas de la provincia de Tucumán en torno al sistema orgánico de producción hortícola. 1.- La agricultura orgánica se encuentra en franca expansión en el mundo acompañando la creciente tendencia al consumo de alimentos más sanos y a la conservación de los recursos naturales. Todas las estimaciones coinciden en sostener que dicha tendencia continuará incrementándose en el tiempo, generando una firme demanda de este tipo de producto. 2.- Es posible prever también que a pesar de los reducidos volúmenes comercializados internacionalmente, los diferenciales de precios, entre los productos convencionales y orgánicos, son importantes. 3.- Existe un marco legal que regula la producción y la certificación de los productos orgánicos en el ámbito nacional, equiparable y coincidente con las exigencias internacionales. 4.- Se estima que la demanda potencial puede ampliarse en forma casi geométrica con la incorporación de los mercados de países con altos ingresos per cápita. 5.- La agricultura orgánica, representa la oportunidad más genuina para absorber grandes cantidades de mano de obra desempleada, incorporándolas a un proceso productivo de fuerte sesgo exportador y productor de divisas; lográndose así un doble propósito: por un lado su "costo" es incorporado al costo final de un producto comercializable, y por el otro esta situación descomprime las partidas presupuestarias del Estado Nacional con fines asistenciales (ATN y Planes Trabajar), con el consiguiente beneficio hacia los contribuyentes. En cuanto a las limitaciones podemos observar lo siguiente: 1.- La alta perecibilidad de los productos impone la necesidad de la adopción de técnicas apropiadas de post-cosecha. 2.- El perfil cultural del productor acostumbrado a los usos y costumbres de las prácticas productivas y de comercialización tradicionales. La tónica actual recomienda la agrupación entre productores, a los fines de concentrar volúmenes con calidad homogénea para cumplir satisfactoriamente con los requerimientos de exportación y a costos competitivos. 3.- Ausencia de una política económica nacional coherente con esta naciente y promisoria actividad . 4.- Logística insuficiente en materia de provisión de insumos apropiados a la actividad orgánica. 5.- Dificultades en la provincia para acceder a los recursos genéticos adaptados a los cultivos orgánicos. Protagonismo que debería ser ejercido por nuestros Centros de Investigación y Casa de Altos Estudios que cuentan con profesionales de reconocida solvencia en la materia. |
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Por Divizia, María Teresa (*), Martínez Novillo, Jorge C. (**), Díaz Volachec, Eugenio (***), Suárez, Luis (****) (*) Prof. Adjunta Cátedra de Horticultura, FAZ, UNT; (**) Prof. Adjunto Cátedra de Horticultura, FAZ, UNT; (***) Msc. Relac. Internacionales, CPN, Lic. Adm. de Empresas y Empresario del sector agrícola ; (****) Prof. Asociado Cátedra de Fitotecnia, FAZ |
