Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA




Industria azucarera:
Necesario proceso de reconversión

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• La Amenaza y el Desafío
Una gran parte de la Agroindustria de la Caña de Azúcar en la Argentina, ya no reúne las indispensables condiciones de competitividad en el actual contexto. La globalización de la economía y la fluidez de los mercados han acelerado los tiempos y los desenlaces tan temidos, pero también previsibles desde hacía mucho tiempo. Entonces no se respondió con agilidad, ni a la altura de las circunstancias: nadie o pocos se interesaron por el futuro que parecía alejado, pero que final e inexorablemente llega.
Hoy gran parte del sector azucarero nacional ha sido superado por los hechos, quedando obsoleto en lo estructural y en lo conceptual y apareciendo ahora como finalmente dispuesto para su desguace y extinción. Esta no es una visión apocalíptica para una situación imaginaria, sino la percepción de una cruda realidad que está "a la vuelta de la esquina" y que sorprendentemente, aún hoy muchos protagonistas directos de la crisis se resisten ver y aceptar.
La otra verdad irreversible, es que lo perdido, perdido está y no se trata ahora de intentar una reanimación tardía de modelos largamente superados que ya no son de estos tiempos. En el siglo XXI, simplemente no pueden aplicarse los mismos modelos que en el XIX. Por el contrario, se trata de reconstruir sobre bases sólidas una estructura de producción acorde con los tiempos, con las aptitudes y con las verdaderas posibilidades.
Esta reconstrucción implica necesariamente un fuerte proceso de reconversión de la Agroindustria azucarera regional que debe establecer objetivos clarísimos y metas a alcanzar en tiempos también definidos y en muchos casos perentorios. Estas medidas y actitudes, nada tienen que ver con los acuerdos de partes que se logren para la zafra 2000, sino, por el contrario, con el diseño de la Agroindus-tria de la ca-ña de azúcar que se quiere tener en el 2010 y en el 2025 y comenzar ahora a implementar las acciones ne-cesarias para alcanzar exitosamente los objetivos propuestos. Se trata en suma, de avanzar en una planificación estratégica de la actividad que se pre-tende establecer sobre bases fuertes y sostenibles. Se basa en aprender del pasado, por lo menos para no cometer los mismos errores y sobre todo, para imaginar propuestas novedosas y audaces.

•Metas Propuestas
En el Tucumán del 2000, que representa mas del 60 % de la producción azucarera del país, menos del 20 % del área bajo cultivo alcanza niveles productivos satisfactorios, lo que resulta francamente inadmisible. En la actualidad, no se puede pretender ser competitivo con producciones promedio equivalentes a 5.000 kg de azúcar/ha, cuando se disponen de tecnologías de producción de probada eficacia, las que se aprovechan pobremente en la mayor parte de los casos. Si se quiere subsistir como región productiva no deficitaria, es necesario subir la apuesta.
Un análisis de los potenciales agroecológicos y tecnológicos con que se cuentan, permiten postular que Tucumán puede y debe propo-nerse producir en el año 2005 un promedio de 8.000 kg azúcar/ha, lo que deberá convertirse en "piso productivo" para el 2010, en donde el nivel promedio deberá ser cer-cano a los 10.000 kg azúcar/ha.
Estas metas comprometen tanto a los sectores de campo como de fábrica, ya que estos últimos deberán incrementar sensiblemente sus eficien-cias fabriles y capacidades extractivas para lograr rendimientos efectivos no menores del 11% en el 2005 y del 12 % en el 2010, compatibles con los potenciales de las variedades que se disponen. Las tecnologías de campo y de fábrica con que hoy se cuentan y otras que están en estado avanzado de desarrollo, permiten alcanzar estas metas en los plazos establecidos. Los sectores que quieran ser protagonistas y partícipes del cambio, deberán invertir en las innovaciones tecnológicas necesarias para alcanzar tales objetivos. El Estado deberá apoyar el proceso con políticas que promuevan la in-novación y propicien la reconversión.
La notable mejora en los niveles productivos tiene un efecto colateral que debe ser considerado y tratado simultáneamente: Si la producción azucarera de Tucumán ha de man-tenerse cercana al millón de tone-ladas de azúcar/año, debe esperarse que hasta el 2005 se liberen de la producción de caña de azú-car unas 75.000 ha, cifra que hacia el año 2010 se incrementaría a 100.000 has. Por lo tanto habrá que pensar en otros destinos para las áreas que saldrán del cultivo.
Este efecto, sumado a la esperada concentración de la producción en los sectores de mejor desempeño en campo y en fábrica, implica asumir por parte de los sectores la responsabilidad de proponer, diseñar e impulsar actividades alternativas, lo que es también parte integrada de un proceso de reconversión. Entre las responsabilidades del Estado se cuentan no solamente la de proveer los mecanismos que permitan una rápida adecuación de las estructuras productivas para alcanzar las metas propuestas, sino también la de facilitar la incorporación de las áreas dejadas vacantes por la caña de azúcar a otras producciones mediante acciones tales como el asesoramiento y la disponibilidad de créditos accesibles para la implemen-tación de nuevos emprendimientos, como así la correspondiente asistencia social a los sectores mas vulnerados en el proceso de cambio.

•Promoción del Producto
Si el consumo por habitante se mantiene en el actual promedio de 37 kg/año, la industria nacional deberá producir para el consumo interno 1.535.000 tn de azúcar en el año 2010. Esto significa un incremento en el consumo nacional respecto del actual del orden de las 165.000 tn/año. Sin embargo, debe mencionarse que por cada kilo de aumento en el consumo, la demanda en 2010 se incrementaría en 45.000 tn/año. Esto a cuento de que el consumo nacional se encuentra por debajo del promedio de los países de similar economía.
En muchos de esos países se ha logrado aumentar el consumo mediante una adecuada promoción del producto fronteras adentro, cosa que no se ha intentando en la Argentina por lo menos en los últimos 30 años. Lejos de eso, en el país el consumo de azúcar ha sufrido una considerable retracción por el avance de otros edulcorantes que sí han implementado campañas promocionales agresivas y efectivas. Siendo el mercado nacional el principal destino del producto, se estima importante emprender una campaña de promoción en serio, para mejorar la imagen del azúcar y potenciar su consumo. Esta campaña debería sin embargo, ir de la mano con una oferta diversificada de productos orientados para diferentes tipos de demandas (in-dustrial, gaseosas, repostería, consumo doméstico, "delicatessen", azúcar "enriquecida"). Esta gama de productos permitiría también diferenciar claramente calidades y precios para dife-rentes sectores del mercado, lo cual podrá mejorar significativamente el tema de los precios deprimidos, con acciones un poco mas imaginativas que las actualmente sugeridas. La mejor o-ferta de productos de calidad diferenciada, muy probablemente generará también nuevas oportunidades en los mercados externos.

•Imagen de la Industria Azucarera nacional
Además de la imagen del producto, también debe reconvertirse la imagen del sector azucarero, visiblemente de-teriorada tras demasiados años de conflictos de diferente índole. La socie-dad como conjunto, siente que el sec-tor azucarero nacional es por lo menos "poco creíble", que es otra manera de decir que no es confiable, o que es tramposo. Solo unas pocas empresas "creíbles" han escapado de esta sensa-ción generalizada y cuentan con buena imagen pública. No es posible ofrecer un producto "noble" sobre la base de una imagen pública de insolvencia. Una manera de comenzar a recuperar una buena imagen pública podría pasar por ejemplo, además de la lógica y de-seable transparencia de la actividad, por una decidida acción de recuperación y prevención del deterioro ambiental, de lo que hasta ahora se ha ocupado muy poco el sector. La cose-cha en verde de la caña de azúcar, es una de las acciones inscriptas en esta amplia temática en la que ya muchos países han establecido pautas y plazos y sobre lo cual no se ha avanzado en nuestro país. Este es uno de los temas, pero hay muchos otros pendientes, como los de la contaminación del aire y de las aguas, que no son cuestiones menores. Otra manera pasa por la incorporación de nuevas estrategias que hacen a la integración de las cade-nas productivas, considerando otros posibles usos de la materia prima o de nuevos productos industrializados, desde combustibles menos contaminantes hasta la fabricación de plásticos biodegradables. Todo ello implica invertir en la investigación y en el desarrollo de nuevas tecnologías. Se trata de creer y de hacer ver que se cree y a partir de allí crear las condiciones para un futuro mejor.

•Reflexión Final
En épocas de crisis las dos cosas mas importantes que sirven para resolver los problemas son el conocimiento y la imaginación. Hay conocimientos que se disponen y otros cuyos desarrollos tecnológicos se encuentran en avanzado estado. El momento y las circunstancias exigen la implementación de acciones necesarias para reconvertir profundamente la agroindustria azucarera argentina.
¿Estará faltando la imaginación?.

Por J. A. Mariotti
(INTA - EEA Famaillá)


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