Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA




PASTURAS:
CONTROL DE LEñOSAS EN PASTIZALES
(1ra parte)

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Un importante problema que afecta la productividad y el manejo de muchos campos ganaderos en el Noroeste Argentino, es la presencia y/o invasión de leñosas. Tradicionalmente, se ha considerado que estas especies, fundamentalmente las arbustivas, no tienen mayor contribución en la alimentación animal y constituyen un serio obstáculo para la germinación y desarrollo de los pastos. Investigaciones realizadas en los últimos años, están demostrando que muchas de las leñosas arbustivas y arbóreas de los ecosistemas semiáridos y áridos, presentan propiedades alimenticias muy interesantes, particularmente en épocas del año en que los pastos resienten su contribución a la forrajimasa del sistema. Las nuevas técnicas de estudio y evaluación de hábitos dietarios de herbívoros, están permitiendo identificar a las leñosas que contribuyen a la alimentación animal, su época más importante de aprovechamiento y la productividad de Materia Seca/ha que estas especies presentan.
Sin embargo, también es honesto decir, que cuando la densidad/ha de estas leñosas supera ciertos límites (en general, por encima del 30 % de cobertura/ha), el manejo animal empieza a ser problemático y la competencia por agua, luz y nutrientes se vuelve un factor limitante para el crecimiento y diseminación de las pasturas herbáceas. Todo esto se agrava, si el mayor porcentaje de cobertura por parte de las leñosas, se hace mediante la invasión de especies arbustivas.
Entre las propuestas productivas más recientes a nivel pecuario, está comenzando a instalarse aquella que contempla un "manejo silvopastoril" del sistema. Sin lugar a dudas, que en este esquema, las leñosas (fundamentalmente las arbóreas) pasan a tener un protagonismo central.
Es así, que muchos campos arbustizados del NOA, pueden hoy empezar a modelarse hacia el esquema mencionado, mediante el raleo y extracción de leñosas indeseables a ese propósito, definiendo cual será la configuración final del potrero, de acuerdo al nivel de cobertura de leñosas remanente. En general, en un esquema silvopastoril con énfasis en la producción ganadera, la cobertura arbórea no debería superar un 30 % de la superficie, en una distribución en parque. Cuando el esquema silvopastoril ponga énfasis en la producción forestal, la cobertura arbórea puede llegar al 70 %.

•ALGUNAS PREMISAS BASICAS PARA EL CONTROL DE LEñOSAS
Volviendo al problema del control de leñosas en campos de pastoreo, una alternativa a emplear es el uso de arbusticidas de aplicación aérea o individual. Estudios realizados en Texas y California (EE.UU.) por el Dr. R. Sosebee, demuestran que el momento de aplicación del producto, en función del estado fenológico de la leñosa, es la clave para lograr la mortandad de la planta.
Los 4 aspectos básicos a conocer son:
a) el estado fenológico de la especie a controlar.
b) el patrón fisiológico que está pasando la planta, lo que define el destino de los fotosintatos producidos, para poder tomar decisiones.
c) las condiciones ambientales relacionadas con la planta y en consecuencia, su mayor o menor susceptibilidad al control.
d) el modo de acción de los herbicidas o arbusticidas.
No todas las leñosas presentan la misma susceptibilidad al control químico. Un aspecto que define la metodología y eficiencia del control, es la forma en que particionan las especies, la ubicación de la Energía (fotosintatos y reservas) en sus diferentes órganos. Las especies anuales acumulan mucha E en tejidos reproductivos (inflorescencias - flores - frutos - semillas), que emplean para diseminarse y sobrevivir, y después desechan. Estos tejidos suelen acumular un elevado porcentaje de sustancias de reserva (en general superior al 65 %). En plantas herbáceas perennes, alrededor del 40 % de la E se concentra en raíces y rizomas, que son los que superviven cada año. En especies leñosas, en cambio, solo una fracción menor al 20% de la E es acumulada en tejidos reproductivos; el mayor porcentaje (alrededor del 50 a 55%) se acumula en troncos, tallos y ramas, que luego utiliza para su rebrote.

•DINAMICA DEL CONTROL QUIMICO
Conocer el movimiento de los Hidratos de Carbono No Estructurales dentro de la planta, es decisivo, pues son ellos los que harán el transporte interno del herbicida. En general, en nuestro medio, la aplicación de los defoliantes para leñosas suele hacerse cuando hay un buen desarrollo foliar y la planta está totalmente verde, con hojas tiernas o en plena brotación. Este momento coincide con el principio del verano (Diciembre) y el resultado es que entonces, debido a la gran movilidad de reservas y fotosintatos que hay hacia la parte aérea, el herbicida es translocado hacia allí, produciendo la defoliación del vegetal. Se considera exitoso el control debido a que se produce la caída foliar de la leñosa, se permite una mejor entrada de luz al campo y las pasturas incrementan su productividad.
Sin embargo, lo que hemos logrado con este manejo es la muerte de los tejidos aéreos del arbusto, pero sus órganos basales de supervivencia quedan intactos. A esto se debe que en numerosas oportunidades, se observa una alta tasa de rebrote en las leñosas controladas y el problema subsiste. Lo mismo ocurre si se aplica el arbusticida en estado de fruto verde; la planta está translocando gran cantidad de fotosintatos a este órgano y allí va el producto aplicado.
El momento correcto de aplicación, si lo que se busca es eliminar al arbusto, es en estado de fruto maduro. En general, en leñosas Leguminosas, el crecimiento del fruto desde 1 cm a 12 cmts, se hace en pocos días. Esto se debe a la gran concentración de H de C solubles que están concentrándose allí. Con el comienzo de la fase de maduración de la legumbre, este fenómeno se revierte. En esta fase fenológica, la planta ha cubierto todas sus necesidades de translocación de fotosintatos a la parte aérea. Los frutos maduros se independizan del patrón fisiológico de la planta y la demanda de E hacia ellos, decae. Es entonces cuando la planta comienza a prepararse para entrar en la fase de latencia invernal y la dinámica de la acumulación de reservas, se invierte. Los fotosintatos formados van ahora en dirección descendente, para acumularse en troncos, tallos, raíces, etc. El herbicida aplicado en ese momento, será entonces acumulado en estos órganos de renuevo, originando la muerte de la planta. En este momento, la susceptibilidad de la leñosa al producto, es máxima.
Indudablemente, que la aplicación del arbusticida en una época (estado de brotación foliar: Diciembre) o en otra (estado de fruto maduro: Marzo), determinará también la posible habilitación del potrero según el objetivo propuesto. La primordial razón por la que en la mayoría de los casos, la aplicación se hace en Diciembre, es que se busca tener defoliado el monte durante la época de lluvias, para permitir un rápido "empastado" del campo. Sin embargo, este aparente rápido beneficio, suele verse desdibujado debido a una alta tasa de rebrote de leñosas.
La segunda alternativa, exige resignar temporalmente el "beneficio" anterior, pero asegura una mejor desarbustización del potrero durante varios años. De la ecuasión "estrategia de manejo vs. costos" deberá salir la decisión a tomar en cada caso.

Ing. Zoot. Guillermo O. MARTIN (h)
Prof. Asociado
Cát. Forrajes y Manejo Pasturas
Fac. Agron. y Zootecnia - U.N.T.

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