Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA




Mercado de Granos:
Los vientos del norte

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El último informe del USDA y el proyecto para modificar la política agrícola en EEUU conforman un coctel alcista para el mercado

Con subas para la mayoría de los cultivos.
Así recibieron los mercados de granos el informe mensual del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA).
El dato saliente no pasó por un recorte de la cosecha estadounidense sino por una fuerte reducción en los stocks finales de la campaña en ese país. El dato evidencia que hay una razón de tipo estructural que acompaña la tendencia alcista que desde hace algún tiempo guía los mercados: una mayor demanda.
El USDA redujo, respecto de julio, las existencias finales en maíz de 46.5 millones a 37 millones de toneladas. Y en soja la previsión de reservas pasó de 9.4 millones a 7.6 millones. Para los analistas, estos datos explican por si solos el fuerte repunte de las cotizaciones, más allá de la fortaleza de la oferta por las mayores cosechas esperadas en Sudamérica.
El crecimiento de las compras se concentraría en el sudeste asiático, aunque también sería clave la mayor demanda de harinas vegetales desde Europa, como consecuencia de la prohibición a las harinas animales por el mal de las vacas locas.
Pero más allá de esta coyuntura favorable, también desde los Estados Unidos llegaron noticias clave para el futuro del negocio agrícola. El elemento central que ocupó la escena fue la aprobación, por el Comité de Agricultura de la Casa Blanca, de un nuevo proyecto de ley agrícola. El paquete introduce varios cambios que pueden incidir muy fuerte en el futuro de los precios internacionales. En consecuencia, hay que seguir la evolución del debate en el Congreso, aunque el presidente George W. Bush ya dijo que vetará cualquier cambio. Lo más probable es que lo que se apruebe esté muy cerca del proyecto, conocido como HR 2646.
La nueva legislación propone la continuidad de varios de los mecanismos de subsidios de la ley anterior, pero introduce algunas ideas nuevas. Y modifica algunos parámetros clave, por su incidencia en los precios internacionales.
Lo más importante para la Argentina es que reduce el loan rate (precio sostén) para las oleaginosas, lo que implica un desestímulo para su producción. En el caso de la soja, el loan rate baja de 5.26 dólares por bushel (193 dólares por tonelada) a 4.92 (180 dólares la tonelada), el 7%.
Como no se modificó el sostén para el maíz (queda en 74 dólares) la relación nueva favorece su cultivo. Entonces, según el análisis de Jim Wiesemeyer, del Food ande Agricultural Policy Research Institute, habría una leve tendencia a una mayor siembra de cereales en detrimento de las oleaginosas.
Esto podría significar una mejora en los precios en ese rubro y una leve caída en la de los cereales.
Sin embargo, mejorarían los ingresos de los productores, porque se introdujeron mecanismos de pago desacoplados de los precios. Se incorpora por primera vez a la soja en el sistema de pago fijo por superficie, y además se establece un mecanismo “contracíclico”. Esto significa que finalmente los subsidios a los productores se incrementarán.
Ahora la clave es ver si esto significa alterar el acuerdo de la Ronda Uruguay. Según el propio Wiesemeyer, los Estados Unidos declararon un nivel máximo de soporte doméstico de 19.100 millones de dólares anuales. “La estructura ahora conocida plantea un 36,5% de chances de que se exceda este límite en el año agrícola 2002”, agrega.
Será un tema clave para los negociadores argentinos, de cara a una nueva ronda en la OMC. Muy pronto se reúne el Grupo Cairns y allí este tema ocupará buen espacio.
Pero lo que es cierto es que si los precios agrícolas siguen mejorando, como lo están haciendo en los últimos meses, los números de los subsidios van a cambiar. Con un loan rate más bajo, es menos probable que los precios del mercado se pongan muy por debajo. En los últimos días la soja estuvo arriba de los 5 dólares por bushel, es decir, unos 10 centavos por encima del loan rate. Esto significa un ahorro para el fisco norteamericano, pero también les da márgen para eludir los inevitables embates del grupo Cairns.
En la Argentina hay conciencia clara del perjuicio que el mecanismo del loan rate produce a la agricultura local, ya que con esos niveles de precios los farmers siguen sembrando y ganando plata, inundando el mercado de granos producidos no competitivamente. Por eso es en principio buena la intención de bajar el loan rate. Sobre todo cuando hay mucha presión en el Congreso para subir un 50% los subsidios al sector agrícola.
También el presidente George W. Bush salió al cruce de estas presiones diciendo que los 5.000 millones anuales para granos no se ampliarán a los 7.500 pretendidos, “porque esa diferencia nunca llega a los productores”.
Y además esta cifra les ocasionaría un problema mayor en la OMC.¤

Fuente: Clarín Rural

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