Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA




Entrevista: Ing. Agr. Daniel Ploper
La soja y sus enfermedades

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Las enfermedades son factores que reducen la productividad de la soja. Esas enfermedades pueden afectar raíces, tallos, hojas, vainas y/o semillas. Pueden ser infecciosas o no; las primeras se pueden transmitir de plantas enfermas a las sanas y, entre los agentes causales pueden mencionarse a hongos, bacterias, virus, nematodos. La soja puede sufrir más de 100 enfermedades, de las cuales solamente 35 tienen importancia económica.

En nuestro país, el número de enfermedades identificadas en soja se ha incrementado en los últimos años, y los daños registrados hasta el presente han sido variables, dependiendo de la región, la variedad sembrada, las prácticas agronómicas utilizadas, las condiciones ambientales, etc.
El ingeniero agrónomo Daniel Ploper es doctor en Fitopatología, y jefe de esa sección en la Estación Experimental Obispo Colombres de Tucumán.
Es además un apasionado por su especialidad, y combina su tiempo entre el laboratorio y las visitas al campo, convencido de que el estudio y la experimentación están indisolublemente unidos.

¿Cuáles son las principales enfermedades que afectan a la soja?.
Como en todas las cosas, tal vez convenga aquí hacer un poco de historia.
Entre nosotros, la soja comenzó a expandirse en los años 70, y una de las cosas que más llama la atención, es que por entonces los problemas sanitarios de este grano fueron mínimos, sólo algunos casos de bacteriosis en las hojas y otros de calidad de las semillas.
Después el tema varió sustancialmente, a partir de fines de la década del 80 y principios de la del 90, cuando empezaron a aparecer las enfermedades más importantes del cultivo, como el síndrome de la muerte súbita, que surgió en la campaña 92/93, afectando felizmente sólo a una variedad brasileña que era muy buena, pero extremadamente sensible a esta enfermedad, lo que obligó a quitarla de la escena.
Hubo lotes en aquella campaña, fundamentalmente en Rosario de la Frontera, que llegaron a experimentar pérdidas del 90% en la producción. Este patógeno provoca que plantas normales y vigorosas se tornen amarillentas y mueran en forma rápida (10 a 20 días después de la aparición de los síntomas); cuanto más temprano aparece la enfermedad más daño causa, por ejemplo en aquella trágica cosecha, la enfermedad se manifestó cuando el grano recién estaba llenándose.
Otra patología importante de nuestra región es la podredumbre húmeda del tallo, que aún hoy es un grave problema fúngico, porque es de dificil manejo, no hay niveles buenos de resistencia, y es muy complicado combatirla con fungicidas. Los síntomas son el marchitamiento y posterior muerte de las hojas, y se presenta durante los períodos R3 (comienzo de la fructificación) y R4 (plena fructificación).
Pero quizás la enfermedad más impactante que padecimos y apareció en la campaña 96-97, fue el cancro del tallo (ver foto 1 en página 15), que provocó numerosas pérdidas importantes tanto ese año como el siguiente en cultivares susceptibles y altamente susceptibles. Llegamos a tener lotes con pérdidas estimadas entre el 80 y 90 % durante esos dos años, no solamente en Tucumán y Salta sino también en el norte de Santa Fe y en la pampa húmeda.
Esta enfermedad tuvo dos efectos inmediatos: concientizó a los productores acerca del tremendo potencial destructivo de las enfermedades, y provocó un recambio varietal, dejándose de cultivar variedades que hasta entonces se habían mostrado como excelentes, tal el caso de la Monte Redondo, recién salida de nuestro "horno" en la Estación Experimental, que tuvo que ser retirada del mercado. Afortunadamente se contaba con variedades de recambio, y fue importante la labor de la Estación que en aquel mismo 1997, cuando se desencadenó la epifitia (enfermedad que ataca a muchos vegetales de la misma especie), armó un excelente esquema de graduación en invernáculo, lo que posibilitó que para julio de ese año se contara con todos los resultados de la reacción varietal, a partir de los cuales los productores pudieron procurarse semillas de las variedades resistentes para la siguiente campaña.
Al año siguiente aparecieron dos nuevas patologías: el oidio, que adquiría importancia no tanto por los daños causados en nuestro medio, sino por la terrible epifitia que provocara un año antes en Brasil, y la mancha ojo de rana (ver foto 2 en página 15), que si bien aparece en la campaña 97-98, provoca serios problemas recién en la campaña 1999-2000.
Otra enfermedad que aparece por entonces es la podredumbre de la raíz y base de tallo, que es muy importante a nivel mundial, y se la viene notando con avance significativo a medida que aumentan los años de siembra directa. El patógeno provocó daños en la campaña 97-98, con producción de razas, lo cual implica que algunas variedades de soja se mostraran resistentes a la acción de ciertas razas, pero no a otras.

¿Cuál es actualmente la patología más peligrosa para la soja?.
La mancha ojo de rana es hoy el problema más candente, fue la que provocó más problemas en la última campaña, con lotes que llegaron a perder el 35% de la producción; esto es muy impactante para una enfermedad que, a diferencia de por ejemplo la muerte súbita, no mata prematuramente a la planta, sino que destruye básicamente el follaje, y mancha tallo y semilla. También produce razas, de modo que hay variedades de soja resistentes a algunas de ellas, no a otras.
Hubo variedades promisorias, con un potencial de producción muy alto, que las empresas tuvieron sin embargo que retirar del mercado por causa de este hongo.

¿Qué se debe hacer para prevenir estas patologías?.
Algunos productores trabajan en condiciones de alto riesgo, haciendo monocultivo de soja, donde los restos de tejidos enfermos quedan en el mismo lote y, -a diferencia de cuando uno incorpora rotación con una gramínea dando oportunidad de que el patógeno se descomponga-, acumulan peligrosamente niveles de inóculos; con siembra directa, que deja los rastrojos en superficie, proveen los inóculos que en la siguiente campaña estarán listos para infectar nuevas plantas. No obstante, para la mayoría de los productores de granos del NOA, hoy la siembra directa, o sea la eliminación de todo lo que es movimiento de suelos, es un imperativo. Y lo es, porque tiene otros condicionantes importantes como son la humedad y conservación del suelo, que previenen la erosión hídrica y eólica. Por otra parte , cabe destacar que hay enfermedades que aumentan con la siembra directa, pero también las hay que se desarrollan con la labranza convencional, y están asociadas con estreses hídricos y nutricionales.
Por ejemplo la podredumbre húmeda del tallo. Es una enfermedad que, una vez que se genera la infección en la parte media de la planta, en las flores, es como un moho que se ve favorecido por una canopea cerrada., cuanto más cerrada y densa, más enferma. Cuando comparamos los cultivos de labranza tradicional y de siembra directa, encontramos que éstos últimos, tienden a tener canopea más densa y mayor crecimiento porque hay mayor fertilidad del suelo.

¿Cuáles son entonces los mayores riesgos?.
Hablamos de condicionantes, de peligros, el monocultivo de soja es una condición de riesgo, la siembra directa es otra, y también lo es la utilización de variedades susceptibles.
Al comienzo los productores no le concedían demasiada importancia a estos temas, y es cuando empezaron a aparecer las enfermedades y epifitias, que les enseñaron dolorosamente cuan peligrosas pueden ser estas patologías.

Cómo reducir el impacto de estas enfermedades?.
En la medida de sus posibilidades, debe el productor aplicar la rotación de cultivo, que es la práctica cultural por excelencia para reducir el golpe de las patologías, claro que esto no es fácil debido a los bajos precios del maíz. Por eso el porcentaje en rotación de soja ha disminuído con relación a la campaña anterior, se está haciendo menos maíz, y esto es peligroso. Lo ideal es hacer un año soja y otro maíz, pero si no se puede, al menos dos años soja y uno maíz. La ventaja de la rotación no es solamente la sanidad del cultivo de la soja, sino también la fertilidad, la incorporación del maíz trae beneficios desde el punto de vísta de la fertilidad física y química del suelo.
En los últimos dos años hemos advertido enfermedades foliares, y sobre todo el tema de las enfermedades de fin de ciclo, como la mancha marrón o mancha parda, y el tizón o mancha foliar que provocan el manchado de hoja y la desfoliación prematura, acortando el ciclo de la planta, tendiendo a un menor tamaño de semilla y rendimiento.
Para ese esquema se recomienda la aplicación de fungicidas. En cuanto al manejo de estas enfermedades, es importante que los productores cobren conciencia de los fungicidas para curar semilla, que tiene varias ventajas: en primer lugar, si la semilla tiene algún problema patológico, el cura semilla mejorará la germinación, tiende a proteger a la plántula de hongos de suelo que pueden entorpecer la germinación, y además previene que ingrese al lote alguna enfermedad que llegue con la semilla. Desafortunadamente la rotacion de cultivos no es fácil para el productor por razones económicas, pero hay que pensar que, de no hacerla, está comprometiendo seriamente la producción; cuantos más años hagamos monocultivo de soja, más incrementamos niveles de inóculos. Por eso muchos productores, a la pérdida de rentabilidad que tienen por utilizar maíz, la toman como costo de producción de la siguiente campaña de soja, y ése es un criterio muy inteligente.
O sea que hay que encontrar las soluciones dentro del sistema de siembra directa, porque en general los beneficios de este sistema son muy importantes, y son también importantes la elección apropiada de la fecha de siembra, y la de una buena variedad. Afortunadamente hoy la mayoría de las empresas informan la reacción sanitaria de sus materiales, nosotros en la Estación Experimental disponemos de abundante información sobre el particular. Hoy como nunca tiene el productor una amplísima gama de variedades convencionales y transgénicas, determinadas e indeterminadas, procedentes de semilleros públicos y privados. Nuestra institución coordina una red de macroparcelas en 14 localidades con más de 30 materiales con toda la información respectiva.
El otro componente es el uso de agroquímicos. Actualmente recomendamos el uso de fungicidas en aplicaciones foliares, especialmente para aquellos lotes que van a ser destinados a semillas, es decir en los estadios R 5 y medio a 6, y lo que hemos visto en las dos últimas campañas, especialmente en el último año, es que ha habido una interesante respuesta en rendimiento a las aplicaciones de fungicidas en lotes comerciales, es decir no para aplicación de semillas. El rendimiento largamente supera los costos de aplicación.
Es también importante el uso de semilla de buena calidad, el productor nunca debe olvidar que ella es el cultivo en miniatura. Cuando siembra una semilla de origen desconocido, que se la canjearon o prestaron, pone en marcha un riesgo que hace peligrar toda la inversión. Hoy más que nunca hay que utilizar semillas certificadas que garantizan, por un lado, la pureza genética, y por el otro la calidad. Si es un semillero reconocido, vale la pena invertir en la compra de semillas, que al mismo tiempo favorece la continuación de los programas de mejoramiento de empresas públicas y privadas.

¿Cómo se comporta el material transgénico en este tema de patologías?.
No hemos observado diferencias fundamentales en cuanto a las enfermedades, hay variedades resistentes y otros susceptibles. No hay ningún factor asociado al gen de resistencia a los glifosatos que aparentemente tenga relación con el comportamiento frente a las patologías.

¿Existe un contacto fluído entre vuestra institución y los productores?.
Tenemos permanente relación con los productores, tal vez más con los asesores de empresas de todo tipo y tamaño, y disponemos de un laboratorio de diagnóstico, de modo que cuando aparece un problema nuevo, de inmediato contamos con muestras para identificar estos nuevos "visitantes". Además, a través de días de campo, sobre todo nuestro tan conocido de abril, exhibimos toda la red de macroparcelas. Esto se efectiviza en la subestación Monte Redondo, ubicada en el departamento Cruz Alta, allí mostramos los avances en diferentes facetas de cultivos (malezas, enfermedades, plagas) de modo que es buena oportunidad para que el productor se acerque. Por otra parte realizamos permanentemente minireuniones con grupos que lo solicitan, y tenemos contactos con los grupos Crea, Cambio Rural, etc.

¿Cómo se presenta la actual campaña de soja?.
Recién estamos en la etapa de siembra, pero todo indica que tendremos actividad fitopatológica, porque muchas de estas abundantes lluvias tempranas, están madurando los rastrojos infectados. Se librarán esporas y es posible que desde temprano tengamos algunos problemas, aunque los principales aparecen a partir de la floración, en los estadíos reproductivos.
Se están haciendo siembras muy tempranas y ello provoca junto a las lluvias, problemas en la calidad de semillas y el propio grano.

Por Ernesto Cepeda,
de Producción


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