Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA




Control químico de enfermedades:
Estrategias para el manejo de fungicidas en trigo
su relación con la generación del rendimiento

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El control químico o quimioterapia constituye una herramienta muy útil que debe formar parte de una estrategia definida del manejo integrado de las enfermedades. Es conveniente recordar que el mayor éxito en control de una enfermedad se logra con aplicación de varias medidas (control cultural, genético, biológico y químico) y no sólo con una de ellas. Es por eso que el uso de fungicidas debería estar enmarcado dentro del manejo integrado.
La aplicación eficiente de fungicidas ha demostrado, en muchos cultivos, aumentos significativos de los rendimientos y de la calidad de la producción. Desde el punto de vista epidemiológico, el uso de fungicidas puede reducir el inóculo inicial (ej. tratamiento de semillas) y/o disminuir la tasa epidemiológica de infección (aplicación foliar). Los fungicidas son utilizados desde hace mucho tiempo y han evolucionado considerablemente con el resultado de la aparición de nuevas moléculas químicas eficientes (ej. estrobirulinas) y generando un importante mercado económico y competitivo. En muchas oportunidades se puede considerar mucho más importante el momento oportuno de la aplicación, que el principio químico seleccionado. Tan importante es el momento adecuado de la pulverización que, un excelente fungicida con sus marcadas virtudes químicas puede, sin embargo, verse perjudicado y hasta castigado si se lo aplicara en forma y momento inadecuados (ej. aplicación tardía). Por eso es necesario capacitar a técnicos y productores para concientizar sobre los efectos de la oportunidad de aplicación. El uso de fungicidas para controlar enfermedades foliares debe realizarse en el momento en que el cultivo pueda beneficiarse por el aumento del área fotosintéticamente activa debido al control de la enfermedad. Un fungicida no aumenta el rinde ni es una panacea por sí mismo, sino que, sólo permite expresar el potencial de rendimiento del genotipo, eliminando el factor enfermedad. En muchos de los cultivos de granos se han determinado períodos fenológicos y fisiológicos denominado "críticos" por la importancia que tienen los eventos que ocurren dentro de los mismos y de sus interacciones con el ambiente, en la generación del rendimiento agronómico.
El período crítico (PC) en el cultivo de trigo comprende desde 20 a 30 días antes del 50% de floración y 10 días posteriores al 50% de floración (Fischer, 1985, Abbate et al, 1997) Es justamente en este período donde el cultivo debe llegar con la mayor área foliar sana posible para que la absorción de la radiación sea óptima y pueda completarse la formación de las flores y el cuaje de los granos determinándose el número final de granos por espiga. El rendimiento del cultivo puede explicarse numéricamente por el número de granos por m2 (NG), y el peso de los granos (PG), El primer componente es el que mejor explicaría la variabilidad de los rendimientos.
En este período un sombreado, stress o disminución del área foliar sana (menor absorción de radiación) afectará significativamente el número de granos por m2 principal componente numérico del rendimiento además del peso de los granos. En este sentido los umbrales determinados hace algunos años (Carmona, et al 1999 a y b y Carmona, et al 2000a), están orientados para lograr preservar este período crítico del trigo del stress generado por enfermedades. Por lo tanto se aconseja no retrasar la aplicación, debiendo realizar un oportuno monitoreo desde encañazón y siguiendo orientativamente los umbrales de decisión. A modo de ejemplo y siguiendo este razonamiento funcional, el Cuadro1 muestra como, ante aplicaciones crecientes de fungicidas en encañazón para lograr consecuentemente menores valores de intensidad de la roya de la hoja (Puccinia recondita f sp. tritici), se producen aumentos en los rendimientos al compararlas con el testigo sin tratar. Estos aumentos llegaron hasta 1000 kg/ha. Al descomponer numéricamente al rendimiento se observa que el número de granos y el peso fueron significativamente menores en el testigo. Los Gráficos 1 y 2 (ver en página 30) muestran la robusta asociación entre el número y peso de granos y la severidad de la roya. A medida que la severidad de la roya aumenta, los rendimientos disminuyen porque disminuyen el número y peso de los granos. En este mismo ensayo aplicaciones tardías no mostraron estadística y económicamente la misma asociación. El concepto de Umbral de Daño Económico (UDE) se expresa como el valor de enfermedad en el cual la pérdida ocasionada equivale al costo de aplicación del fungicida. Los investigadores justifican que la aplicación de fungicida debe ser hecha antes que la epidemia de una enfermedad alcance o exceda el UDE, por lo tanto se sugiere el Umbral de Acción (UDA) como el mejor indicador del momento de aplicación de fungicidas. Este UDA siempre es menor al UDE y para su cálculo se propone sustraer 5 puntos porcentuales al UDE.
El UDE es determinado utilizando como base de cálculo la fórmula de Munford & Norton (1984) modificada para enfermedades:
IE = Cc/(Pp x Cd x Ec), donde,
IE = intensidad de la enfermedad = UDE; Cc = costo del control; Pp = precio de la tonelada de trigo; Cd = coeficiente de daño (se calcula en función del rendimiento potencial); Ec = eficiencia del control del fungicida usado. (Los trabajos de los investigadores deberán aportar a los usuarios los datos relativos a la Ec de los fungicidas recomendado para uso en trigo.

Cálculo del UDE para manchas foliares
Debido a la necesidad de facilitar la decisión en el complejo de manchas foliares, y a la semejanza obtenida en mancha amarilla y septoriosis, se sugiere considerar el coeficiente de daño de acuerdo con la fórmula obtenida por Carmona et al (1999 a y b; Carmona et al 2000a). Para obtener los umbrales será necesario entonces sustituir los valores (de precio del trigo, del fungicida y de la aplicación) en la fórmula 1. También esos valores de severidad pueden ser rápidamente convertidos a valores de incidencia para facilitar la decisión. (Carmona y Reis, 2001)
Por ejemplo: Cc = aproximadamente US$ 25.00/ha
Pp = precio de la tonelada de trigo, por ejemplo US$ 110.00
Cd = tomado de tabla igual a 0,015 por unidad de Tn y considerando un rendimiento potencial del cultivo de por ejemplo 3,6 tn/ha se obtiene: 0,015 x 3,6; Cd = 0,054
Ec = Valor referente a la eficiencia de control de un fungicida triazol sistémico, aproximadamente 0,70
Sustituyendo estos valores en la fórmula (1) se tiene:
UDE = 25/ (110 x 0,054 x 0,7) =6 % S; en este caso el UDE corresponde a una severidad foliar de la mancha amarilla desde encañazón en adelante de 6%. Esto significa que para cada 6% de severidad foliar de mancahs foliares en cultivares susceptibles se tiene una pérdida de US$ 25/ha.
Como la evaluación de la severidad es un método muy subjetivo y laborioso se propuso establecer los UDE en valores de incidencia la cual es de medición objetiva y más sencilla y práctica para el productor. La relación entre la severidad y la incidencia de manchas foliares se estableció por medio de una ecuación resultante de un análisis de correlación. Los datos de I y S determinados en varios estados fenológicos se obtuvieron de diferentes experimentos de evaluación de fungicidas y prácticas culturales llevados a cabo en un período de 3 años. Para la estimación de la severidad se realizó un entrenamiento previo en computadora con el programa Distrain (Tomerlin & Howell, 1988 ).
I= ln (S/100 + 1,0261) X 100, donde I= Inc.(%) y S=severidad/100y ln=Log natural 0,152647
Transformando la S de 6 de acuerdo con la fórmula, se obtiene un valor de 54 % de I (Incidencia).
Considerando que para la eficiencia del control químico no se debe permitir que la incidencia y/o severidad exceda el UDE, (relación de indiferencia), la aplicación debe ser hecha un poco antes, debido a que tanto la implementación del control así como la acción del fungicida, demandan tiempo.
Como el UDA siempre es menor al UDE, se propone, un UDA de 50% de incidencia de manchas foliares en el estado de encañazón en adelante.



Cálculo del UDE para el control de la Roya de la hoja (Puccinia recondita f. sp.tritici ) (Carmona, et al 2000b)
Para determinar el coeficiente de daño, se sugiere utilizar la ecuación expresada en incidencia obtenida en el trabajo de Carmona y Sugia, (inédito) para cultivares susceptibles donde R 3848 - 17,905 I (%) y por lo tanto el Cd según tabla es de 0,0046, que deberá multiplicarse por el rendimiento potencial.
Para un rendimiento potencial por ej. de 3,6 tn/ha se obtiene 0.0046 X 3,6 = 0.0165.
Sustituyendo estos valores en la fórmula se tiene:
UDE = 25/ (110 x 0.0165 x 0.8) = 17% de Incidencia.
En este caso al ser las royas más eficientemente controladas por los fungicidas, se propone utilizar una eficiencia de control de 80%.
Considerando que para la eficiencia del control químico no se debe permitir que la incidencia exceda el UDE, (relación de indiferencia), la aplicación debe ser hecha un poco antes, debido a que tanto la implementación del control así como la acción del fungicida, demandan tiempo. Los fungicidas triazoles no deben ser aplicados preventivamente, esto es, cuando no se observan síntomas de roya.
Como el UDA siempre es menor al UDE, se propone, preliminarmente, un UDA de 12-17% (15%) de incidencia para la roya de la hoja en el estado de encañazón en adelante.
Como el UDE no es fijo se lo debe calcular anualmente para cada situación en función de las variaciones del precio del trigo y del costo de aplicación. La existencia de fungicidas sistémicos del grupo químico de los triazoles, y los nuevos principios activos derivados de las estrobirulinas fungitóxicos a los agentes causales de las royas, ofrece una medida segura de control en los cultivares susceptibles. Los fungicidas triazoles no deben ser aplicados preventivamente, esto es, cuando no se observan síntomas de roya.
Observaciones: Los cultivares clasificados como resistentes (R) no responden económicamente al control químico.

Sistema de decisión para la aplicación racional y económica de fungicidas en trigo
Con el objetivo de auxiliar la toma de decisión de la aplicación de fungicidas se elaboró un sistema que cuantifica la contribución relativa de algunos de los factores de producción existentes o aplicados en el cultivo de trigo de modo de poder estimar el potencial productivo teniendo siempre presente como preocupación principal, que el uso de tratamiento químico debe asegurar el retorno económico al productor. El sistema pondera algunos de los factores que contribuyen a la generación de los rendimientos de granos de trigo en una graduación (aporte relativo) de los mismos para cada situación, zona y lote particular de producción. Para ello, se confeccionaron cuatro tablas de puntuación para las principales localidades y zonas de la Región Pampeana. El sistema de puntuación propuesto, se utilizó como una herramienta auxiliar en la toma de decisión para el uso de fungicidas en trigo durante 2001. El sistema se encuentra actualmente informatizado y disponible libremente en una publicación y en internet mediante un convenio entre la Facultad de Agronomía UBA y la empresa Syngenta Agro. El usuario luego de cuantificar su lote, obtiene una calificación sobre si ese campo en cuestión, generará un potencial productivo bajo, medio o alto. Posteriormente y basándose en los nuevos criterios de los Umbrales de Daño desarrollados por Carmona y Reis (2001), el sistema le indica la conveniencia o no de la aplicación, y el momento de realizarla. Asimismo es posible estimar los daños y pérdidas en función del nivel de enfermedad registrado para cada caso particular. El número de usuarios registrados para la campaña triguera 2001-2002 fue de 557. El mayor % de evaluaciones (50%) correspondió a la región 1 (Norte de Buenos Aires y Sur de Santa Fe) y para la roya de la hoja. Para la campaña 2002-2003 el número de usuarios se incrementó ampliando la zona de consultas.
Se espera que el sistema continúe como un soporte técnico auxiliar para la toma de decisión de la aplicación química en trigo, y pueda en un futuro cercano, abarcar más localidades y enfermedades.¤

Por Marcelo A. Carmona,
Ing. Agr. M Sc Profesor Adjunto Cátedra de Fitopatología. Director del Proyecto de investigación subsidiado por UBACyT G036 (“Manejo integrado de enfermedades importantes en soja y cereales de invierno: alternativas para un producción sustentable”), Coordinador Académico de la carrera de Ing. Agr. en Carlos Casares, Miembro del Consejo Directivo, Facultad de Agronomía Universidad de Buenos Aires, Argentina, carmonam@mail.agro.uba.ar


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