Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA




Suelos:
Compactación de suelos
un oculto problema

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La compactación amorfa provocada por el desbalance de cationes, al integrarse con la compactación laminar derivada de la yuxtaposición de rastrojos, genera una capa impermeable con efectos negativos para el desarrollo radicular del cultivo.
En los distintos tipos de suelos, tanto arenosos como argiudoles, las compactaciones, en mayor medida laminares subsuperficiales, limitan el normal desarrollo de las raíces, de todas las especies presentes, inclusive las malezas.
A pesar de que el nivel de precipita­ciones pueda superar los valores estadísticos de la década anterior en cientos de milímetros en las diferentes zonas agrícolas analizadas, las raíces no han podido "perforar" la compactación que se manifiesta alrededor de los 15 cm de profundidad, confrontando la implantada idea de que las raíces generan estructura en los suelos.
En realidad es el suelo el que define las posibilidades del desarrollo radicular, tanto en su volumen como en la profundidad que éste pueda alcanzar.
Entonces, si bien la Fertilidad es un concepto global que incluye Textura, Nutrientes, pH, etc., en la actualidad se considera que después del agua el factor determinante de la producción es la Estructura del suelo.
Sin el adecuado desarrollo radicular y el almacenamiento de agua y aire, que también afectan a la vida microbiana, la producción se reduce en un 40% en su rendimiento potencial, hasta la pérdida total por falta de profundidad radicular que pueda absorber agua desde horizontes inferiores a los 15-20 cm.
Por estas razones la compactación subsuperficial es el "oculto problema" que pone en grave peligro la producción de la Pampa Húmeda, actual pilar de la economía argentina, manifestándose también en los suelos productivos de Jujuy y Salta.

Alerta compactación
El análisis realizado luego de recorrer más de 60.000 km. visitando más de 150 establecimientos con suelos arenosos como los de Santi Spiritu, Pueblo Italiano (Sta. Fe) y Alejo Ledesema (Córdoba) o con argiudoles como en Pergamino (Bs. As.) y Firmat y Esperanza (Sta. Fe), descalzando con pala en mano raíces de todo tipo en suelos de muy diferentes texturas, se comprueba una compactación subsuperficial más que alarmante. En los análisis, la raíz de la planta de soja no alcanza las medidas normales de la especie (raíz pivotante con desarrollo de 0,40 a 1,50 mts) según el tipo de suelo, y además en la mayoría de los lotes explorados no llega a superar los 10 a 12 cms. de profundidad, aún en aquellos lotes donde los rendimientos superaron los 30 qq/ha.
En el cultivo de maíz, las raíces se aglomeran en un disco de tierra de 30 cms. de diámetro por unos 20 cms. de profundidad, siendo común ver, en días de lluvia con fuertes vientos y en etapas avanzadas del cultivo, la planta completa volcada con el disco compacto de tierra adherido.
Las alfalfas en gran mayoría carecen de la típica raíz pivotante, de longitudes próximas al metro luego de su 2do. ó 3er. año de ciclo, ya que la persistencia se ha reducido notablemente.
En su reemplazo aparecen raíces deformes, presentando dos ó más bifurcaciones ó raíces que crecen con sentido de geotropismo negativo al encontrar las compactaciones mencionadas.

Situación y resultados
La creencia de que casi cualquier lote puede producir 30 qq de soja ó 100 qq de maíz, se ha hecho carne en los productores e inclusive en los técnicos, si evaluar que el incremento promedio del 25% en las pre­cipitaciones ha sido la causal, sumándose la regularidad casi computarizada de las mismas, que han generado una suerte de HIDROPONÍA EXTENSIVA, donde el ingreso de los nutrientes a los cultivos por flujo de masa ha compensado la falta de desarrollo en profundidad y superficie de las raíces, inclusive incrementando la maginitud de absorción de los nutrientes.
Las compactaciones laminares subsuperficiales limitan la penetración del agua en profundidad, quedando retenida en esa suerte de maceta, apreciable tras una lluvia media, donde al excavar se nota la humedad hasta los primeros 20 cm., y por debajo de esta profundidad el suelo no presenta rastros de agua.
El problema está enunciado y las implicancias para el suelo definidas. Las consecuencias para los futuros cultivos son fáciles de prever:
•A)- Graves dificultades para el desarrollo radicular, especialmente en profundidad, limitando el volumen de suelo a explorar, y la absorción de nutrientes y agua.

•B)- Extremo riesgo ante un estrés hídrico, ya que la falta de penetración radicular y de retención de humedad, por carencia de microporos que puedan almacenar agua en la profundidad el perfil, transforma a las plantas en total dependientes de la periodicidad y abundancia de las lluvias.

•C)- La flora microbiana favorable para la fijación de Nitrógeno, así como la interviniente en la mineralización de los rastrojos (aeróbicas: dependiente del oxígeno), mueren o enquistan en suelos compactados por la ausencia de macroporos, reduciendo la mineralización de la Materia Orgánica a compuestos nitrogenados, esenciales para los vegetales y exclusiva fuente de nitrógeno en especies no asociadas a bacterias fijadoras.

Una vez planteado el problema de las compactaciones laminares subsuperficiales, caben dos pasos:
•I)- Identificar las causas del proceso.
•II)- Proponer una solución consistente y probada a campo.

•I)- CAUSAS IDENTIFICADAS DEL PROCESO:
a- Desbalance de Cationes (Lixiviaciones diferenciales): Es conocido que las lluvias "lavan" a los Nitratos, razón por la cual en los balances de nitrógeno, que se aplican en la fertilización, son compensados por dosis suplementarias de dicho elemento.
Tal vez no se ha difundido tanto que los Aniones (Nitratos, Sulfatos y Cloruros) no existen en la naturaleza como entes independientes, sino que se encuentran formando sales asociados a Cationes (Calcio, Magnesio, Po­tasio, Sodio) ó microcationes (Cobre, Hierro, Zinc, etc). En consecuencia se "lavan" ó lixivian sales que contienen distinta proporción de cationes, lo que provoca un desbalance, generando un efecto físico en el suelo en forma de compactaciones, mayoritariamente amorfas.

b- Yuxtaposición de rastrojos:
La compactación laminar subsuperficial está presente en la mayoría de los suelos dedicados a la agricultura, donde se aprecian los efectos sobre las raíces de Maíz y Soja.
El sistema de yuxtaposición ya había mostrado la formación de estructura laminar en el horizonte A2 en suelos sin cultivar (roturar) de bosques de hojas caducas para zonas de clima templado y húmedo (Soil Surveystaff, 1960).
Las hojas caen en muy corto tiempo durante el otoño en forma similar al aporte de los rastrojos de maíz, soja y sorgo, en suelos no roturados.
Esta estructura está registrada por el Dr. C. A. Black, "padre de la física de los suelos" y profesor de la Universidad de lowa (USA), en su libro Relaciones Suelo-Planta (1975), Tomo I, pág. 20, Fig. 1.12, donde muestra un corte vertical del horizonte A2, con la estructura laminar desarrollada en esas condiciones, similar a la formada en nuestros suelos.
En la misma publicación (Tomo I, pág. 24, fig. 1.15), el Dr. Black muestra la estructura granular generada bajo un suelo sin cultivar cubierta de pastos (pradera).
En síntesis, la compactación amorfa, provocada por el desbalance de cationes, al integrarse con la laminar, derivada de la yuxtaposición de rastrojos, genera una capa impermeable, cuyos efectos sobre el suelo son los señalados anteriormente.
c- Bajo nivel de materia orgánica:
La disposición superficial de rastrojos incrementa notoriamente el nivel de MO de los primeros 10 cm., siendo común después de algunos años superar el 3%.
Esta concentración se reduce bruscamente a partir de los 10-15 cm. a valores del orden del 1,5%.
Siendo la MO determinante de la agrumación de los suelos y su estructuración, la pobre presencia de la misma, potencia la compactación subsuperficial.

•II) -PROPUESTA DE SOLU-CIÓN VERIFICADA A CAMPO
a- Invalidez del índice de pH:
Comprobada la invalidez del índice pH como indicador de la disponibilidad de nutrientes y de la estructura del suelo (11° Conferencia de la Organización Mundial de Conservación del Suelo - ISCO 2000 - Invalidez del Indice pH - Turati et al, Nov. 2000), fueron necesarios una serie de trabajos para obtener una explicación química al fenómeno de compactación, que hasta esa fecha se corregía mediante la uti­lización de herramientas (arado, cincel, escarificador, subsolador, paratil, etc.) para romper las compactaciones generadas por las mismas y erróneamente atribuidas a la hacienda vacuna, ya que el suelo cuando es plástico y no elástico, se clavan en profundidad las patas.

b- Corrección mecánica:
La corrección mecánica por fracturación se aplicaba en forma anual o semestral, previo a cada cultivo, entonces este efecto no era persistente y el resultado final era similar al de "cortar dulce de batata", con una rápida unión de las partes, favorecido por la humedad de la tierra luego de las lluvias. La evaluación de miles de análisis de suelos completos (incluyendo macro y micro cationes, saturaciones de bases, capacidad de intercambio catiónico, Buffer, aniones, etc.), permitió elaborar un método sistemático que ofrece los siguientes beneficios, ratificados en todo tipo de suelos, zonas, explotaciones agrícolas, ganaderas, tambos, etc.

c- Método de Balance Catiónico:
1- Muestreo de suelos por tipo de vegetación (Efecto espejo).
2- Análisis completo de macro-micronutrientes y parámetros básicos.
3- Diagnóstico de balances catiónicos y nutricional.
4- Determinación de tipo y dosis de catión/es a balancear.
5- Selección de corrector/es.
6- Dosis y tipo de nutrientes a balancear.

d- Logística a campo:
1- Laboreo del suelo con escarificador a 40 cm. de profundidad uniforme.
2- Nivelación con disco.
3- Aplicación de corrector/es y fosforados.
4- Aplicación de nutrientes (Meso y micro Balance nutricional).

La roturación con escarificador no persigue el fin de resolver el problema en forma mecánica, sino permitir una rápida lixiviación de los correctores, para que el efecto de estructuración granular se produzca muy aceleradamente, de modo tal que los beneficios productivos y económicos se manifiesten a los pocos meses, en función de las precipitaciones que permiten la lixiviación de los productos y las combinaciones químicas que originan el cambio de estructura.
El método denominado Balance Catiónico consiste en normalizar cationes desbalanceados en sus relaciones con los otros, que son la causa de las compactaciones amorfas observadas especialmente tras períodos de grandes lluvias, que al producir lixiviaciones diferenciales, de acuerdo al anión y ca­tión considerado, se potencia (El Niño 1997/98 y 2001/02).

e- Correctores Catiónicos:
Los más graves efectos ocurren por los desbalances entre los cationes de mayor presencia en el suelo (Ca-Mg-K-Na y Al).
Por razones de precios relativos se utilizan productos calcáreos, no para variar el índice de pH, sino para aprovechar los altos contenidos de Ca y/o Mg en el rebalanceo catiónico, por ser la fuente más económica. En cuanto al Potasio, se recurre a sustancias químicas de alta pureza.

f- Micronutrientes:
El aporte de micronutrientes se efectúa dosificando en forma hidrosoluble cada uno de los microcationes ó aniones, de acuerdo al requerimiento, para generar un Balance Nutricional, acorde con el cultivo a implantar.

Logros del Balance Catiónico
1.- Transformación de las estructuras laminares y masivas (amorfas) en granulares, tras las lluvias o riegos de 100/150 mm.
2.- Eliminación de malezas con requerimientos estructurales y nutricionales diferentes (Gramón, Pasto puna, Rama negra, Diente de león, Capiqui, Apio cimarrón, Roseta, etc.).
3.- Incremento del volumen de macroporos por estructuración granular.
4.- Relación óptima entre precios agropecuarios y costo de correctores requeridos.
5.- Sustancial mejora del "piso" para la hacienda vacuna tras las lluvias, por suelo "elástico" en lugar de "plástico", sin estructura granular.
6.- Adecuado hábitat para la vida microbiana, especialmente de bacterias fijadoras de N y partícipes de la degradación de la MO nitrogenada, todas ellas aeróbicas, cuya supervivencia se limita mucho en suelos compactados.¤

Por Ingeniero Agrónomo Raúl Turati
Fuente: Massey Hoy
Año 3, Nº 7 - Junio 2004


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