Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA




Cultivos:
Sorgos Forrajeros. La nueva generación.

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Entre maíz y sorgo, ante similares rindes y eficiencia de conversión de forraje a carne o leche, ya sea como forraje directo o silaje, el menor costo de producción del sorgo y su mayor adaptación a suelos y climas más desfavorables, sitúan a esta especie como una alternativa de primer orden para los sistemas agropecuarios del NOA.
El avance tecnológico en el tema de nuevos materiales de sorgos forrajeros es muy importante. Tradicionalmente los sorgos para pastoreo directo han sido los de tipo Sudán de buena capacidad de macollaje o el llamado Sorgo Negro o Garaví, que a diferencia de los primeros, posee rizoma definido que le otorga perennidad a la planta.
En la actualidad el espectro de los sorgos forrajeros y sileros comprende tres alternativas: los tradicionales Sudán, los Fotosensitivos y los de Baja Lignina (o nervadura marrón) llamados BMR (Brown MidRib).
Los Sudán tradicionales son sorgos de 70 a 80 días a floración, lo que significa que en un corto período podemos disponer de una buena cantidad de forraje, pero esa precocidad de crecimiento determina una menor producción final y un más rápido deterioro de la calidad forrajera; es bien conocido que el efecto de entrar en floración (etapa reproductiva), disminuye sensiblemente el contenido proteico y la digestibilidad del material, el que se vuelve más fibroso, reduciendo la eficiencia de conversión de la Materia Seca en carne.
Los sorgos Fotosensitivos son materiales híbridos mejorados para retrasar su entrada en floración hasta los 110 a 120 días; este alargamiento de la etapa vegetativa produce un mayor crecimiento de tallos y hojas del sorgo, pudiendo llegar a los 3 m de altura y un rinde forrajero superior a las 80 Tn/ha. La gran ventaja de estos sorgos es que brindan mucho más tiempo para planificar los turnos de pastoreo, pues no se "pasan" tan rápidamente como los Sudán, lo que es un problema a resolver en el caso de los sistemas de pastoreo rotativo.
En relación a la productividad por corte, los Sudán rinden mejor en el 1er corte o pastoreo; en el 2do corte son similares los rindes de ambos tipos (Sudán y Fotosensitivos), pero estos últimos tienen un 3er corte de alta producción, superando netamente a los Sudán. Un manejo correcto de tener ambos materiales en el campo, sería hacer los primeros pastoreos fuertes con los Sudán y los últimos con los Fotosensitivos.
Los sorgos BMR o Baja Lignina tienen una productividad similar a los Sudán, pero su ventaja radica en que poseen mayor calidad forrajera que estos.
El hecho de tener menos lignina en su constitución, favorece el consumo voluntario animal y la digestibilidad. Al tener un 20 a 25% menos de lignina que los Sudán tradicionales, los BMR son consumidos en mayor cantidad y al tener mejor digestibilidad, la tasa de pasaje del forraje es mayor, se desocupa el rumen más rápidamente y el animal se ve compelido a consumir nuevamente en una frecuencia de tiempo menor que en el caso de los Sudán. Esto mejora la tasa de ganancia diaria de los animales. En general los BMR tienen 1 a 1,5% más de proteína que un Sudán tradicional. Este tipo de sorgo, debido a su alta calidad, es más eficiente utilizarlo para animales de altos requerimientos como en invernada o tambo; en experiencias realizadas se ha comprobado que mejora la cantidad de leche y el tenor graso en relación a un Sudán. Estos materiales presentan buena rusticidad a ambientes adversos, pero una debilidad se da en los casos en que se siembra a muy altas densidades que provocan tallos finos y alta posibilidad de vuelco por viento al tener menos lignina en su constitución. El reconocimiento a campo de estos sorgos es por la coloración amarronada de su nervadura foliar central y tallos basales más rojizos. En general, el sorgo como planta entera tiene un 40 a 50% más de lignina que el maíz (maíz: 5%; sorgo común: 9 a 10%; sorgo BMR: 7 a 8%).
Una recomendación práctica para maximizar el aprovechamiento bajo pastoreo directo de los sorgos forrajeros, es sembrarlos a 45 cm entre líneas (permite mejor el paso de los animales entre los surcos sin voltear plantas) y trazar las líneas de siembra en dirección a la aguada; esto reduce las pérdidas por pisoteo.
El otro uso importante para los sorgos es la confección de silaje. Para esto pueden emplearse tanto los sorgos forrajeros como los graníferos.
Un buen sorgo para silaje debe ser de ciclo largo, con alto porcentaje de grano (superior al 35%) y muy buena sanidad foliar. La diferencia primordial entre un granífero silero y un forrajero silero, está en el alto porcentaje de grano del primero, que le otorga buena calidad digestible al silaje; en el caso del forrajero lo que tenemos es mayor cantidad de forraje verde (10 a 15% superior). Un sorgo granífero silero tiene 20 a 30 cm más de altura promedio que un granífero tradicional (1,75 cm) y entre 10 y 15 días más a floración.
Un problema a tener en cuenta en los sorgos para alimentación animal, es la presencia de taninos condensados; los taninos se encuentran sólo en la testa del grano (capa interior del pericarpio o cubierta de la semilla). Se conocen tres clases de sorgos en función de la coloración del grano: marrones, rojos y blancos; sólo los marrones poseen taninos condensados en su testa. La forma de identificar este carácter es poniendo granos en lavandina y calentando a Baño María durante 10 minutos; los que tengan taninos condensados darán una coloración atabacada oscura y el resto se verán blanquecinos.
En alimentación animal se deben emplear los sorgos sin tanino, pues el tanino se adhiere a las proteínas del grano, inhibiendo la acción de las alfa-amilasas del sistema digestivo de los herbívoros, reduciendo la capacidad de digestión del material.
Un silaje de grano húmedo de sorgo sin tanino (con 30% de humedad), tiene un valor alimenticio similar al de maíz y puede alcanzar una digestibilidad de hasta 82%. Se suele preferir el silaje de maíz basado en que éste presenta mayor Energía Metabolizable (EM), pero la razón de ello es que este último presenta un poco más de grasa y por eso eleva el valor de EM; si en cambio comparamos el porcentaje de proteína en cada caso, el grano de sorgo es 1% superior al del maíz.
Entre maíz y sorgo, ante similares rindes y eficiencia de conversión de forraje a carne o leche, ya sea como forraje directo o silaje, el menor costo de producción del sorgo y su mayor adaptación a suelos y climas más desfavorables, sitúan a esta especie como una alternativa de primer orden para los sistemas agropecuarios del NOA.¤



Por Ing. Zoot. Guillermo O. Martín (h)
Cátedra de Forrajes y Cereales - FAZ - UNT


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