Los números fríos parecen plantearse un presente de bonanza para la citricultura.
Las exportaciones han vuelto a crecer en 1995, superando casi un 11% los volúmenes de
la temporada 1994 y en un 70% los de la olvidable campaña de 1993, especialmente en el
caso de los limones, el rubro estelar de la familia en el último bienio. Las ventas de
kumquats al exterior (naranjilla china) superaron el 40% tomando el período 1994 contra
1995.
Los precios internacionales para las manufacturas cítricas levantaron cabeza dejando
atrás un período realmente oscuro en la materia. Se han frecuentado mercados
nuevos -como Japón- u otros recuperados -como la Europa Oriental-. Actualmente la
continuidad caracteriza la relación comercial con estos nuevos mercados. Por ejemplo, la
actividad citrícola estuvo exponiendo en la mayor feria de la alimentación del
SudEste asiático, Fooder '96, por 3er año consecutivo. El sostenimiento de una
presencia exportadora creciente resulta cada día más indispensable frente a un
mercado interno que no sale de su apatía. "Carecemos de manera alarmante de apoyo
del sector financiero institucional, no existen créditos para incorporación de
tecnología". "La presión impositiva no es coherente con una actividad mano de
obra intensiva, alejada de los grandes centros de consumo y ubicada en zonas carecientes de
infraestructura. Los valores de flete interno y la protección al sector papelero impiden
seguir bajando costos. El precio de las cajas de cartón ha llegado a su valor
máximo de la última década", comentó Jorge Amigo, gerente de la
Federación Argentina de Citrus (Feder-Citrus).