UNA NUEVA VISION SOBRE LA DINAMICA
DE LOS PASTIZALES NATURALES
Gran parte del Noroeste Argentino presenta ecosistemas de pastizales naturales
(praderas, sabanas, estepas, montes, bosques, pastizales de altura, etc) cuya principal
utilización es el pastoreo de herbívoros domésticos y silvestres (vacunos,
caprinos, camélidos, etc). En general, los investigadores de la región han
coincidido que en los últimos 100-120 años, el efecto de factores como el pastoreo
incontrolado
y la tala irracional de bosques, han
contribuido significativamente al severo deterioro ambiental, ecológico y social que hoy
padecemos.
Desde varios medios y aún desde esta Revista, en reiteradas oportunidades y con el
objetivo de contribuir a la toma de conciencia sobre el correcto uso de nuestros recursos
naturales por parte de los productores agropecuarios, hemos aconsejado acerca de la forma en
que deberíamos manejar los campos de pastoreo para evitar su sobreuso y en muchos
casos, permitir la recuperación de su anterior potencial productivo.
Estas recomendaciones fueron hechas en base al conocido modelo "sucesional" de Clements
(1928), que hasta 5 años atrás, no tuvo objeciones relevantes por parte de la
comunidad científica. Actualmente ha surgido un nuevo modelo que trata de explicar lo
que sucede con la dinámica de la vegetación de los pastizales naturales a
través del tiempo y el efecto de pastoreo: el modelo de "estados y transiciones".
Trataremos aquí de explicar de la manera más simple posible, los conceptos y las
diferencias de cada uno de ellos.
Modelo Sucesional Clásico
Sabemos que la composición florística de un pastizal (diversidad y cobertura de
especies), suele cambiar a lo largo del tiempo. Este cambio es visible después de
disturbios que destruyen la vegetación o modifican las condiciones ambientales. El
modelo estipula que a cada ambiente le corresponde una estructura de vegetación
particular, denominada "climax". Los disturbios apartan a la vegetación de ese estado
climáxico a través de una modificación paulatina y continua, llamada
"sucesión". Esa sucesión puede ser positiiva desde el punto de vista productivo, según determine el aumento o la
disminución de las especies de aptitud forrajera, forestal, etc.
En términos prácticos se diría que el pastoreo produce cambios
contínuos que van en dirección opuesta a la tendencia sucesional natural, que va
desde formaciones vegetales simples a estructuras complejas como bosques o selvas. El
pastoreo, por el contrario, tiende a disminuir la diversidad florística. "La idea clave que se
deduce de este modelo es que sería posible encontrar una presión de pastoreo de
igual intensidad pero de dirección opuesta a la tendencia sucesional y, por lo tanto,
mantener a la vegetación en un equilibrio distinto del climax con una determinada carga
animal" (Oesterheld y Sala, 1994).
De acuerdo con este modelo, podríamos encontrar en una región, todos los
estados posibles de la vegetación (condición del pastizal) a lo largo de un
continuum (tendencia del pastizal) que va desde una situación sin pastoreo a una
situación de pastoreo intenso. En base a lo expresado, los técnicos en pastizales
hemos estado asesorando a los productores sobre la manera de encontrar la relación
más directa posible entre la forrajimasa o productividad de un potrero y la carga animal
que éste pueda sustentar para mantener el sistema en equilibrio. La carga animal se
convertía así en la "herramienta mágica" que permitía
gradualmente adquirir la condición deseada, evitando el sobrepastoreo y maximizando la
producción.
Desafortunadamente, las cosas en la Naturaleza no funcionan de manera tan simple y los
descubrimientos de los últimos años, nos obligan a reflexionar sobre algunos de los
aspectos planteados.
Modelo de Estados y Transiciones
Westoby, Walker y Noy-Meir (1989) estudiando diferentes tipos de pastizal, propusieron un
modelo en el que la idea básica es que se puede describir la dinámica de la
vegetación de un sitio o región, en función de un grupo de "estados"
definidos y un grupo de "transiciones" entre "estados" de la vegetación.
Las grandes diferencias entre este modelo y el precedente se basan en que el modelo de
"estados y transiciones" introduce las siguientes ideas:
- los cambios observables sobre la vegetación, no son necesariamente graduales.
- el pasaje de un estado a otro generalmente no es reversible.
- el pastoreo o la carga animal no son los únicos motores de la dinámica de la
vegetación, sino que deben tenerse en cuenta eventos como los incendios, las
inundaciones, las condiciones climáticas inusuales, etc.
Estos conceptos determinan que las pautas generales de manejo de pastizales hasta hoy
conocidas, deban modificarse bajo la influencia de este modelo. De hoy en más, la carga
animal no será el único elemento contemplable y en muchos casos no
deberá usarse en forma defensiva (bajar la carga para mejorar la condición), sino
de manera agresiva para llevar el sistema a un estado más deseable. El manejo
deberá ser ahora más oportunista y la capacidad de observación y el
sentido común del técnico o productor, deberá agudizarse. "En lugar de
recetas rígidas, se deberá responder a eventos climáticos y otras
circunstancias con base en la información científica que haya identificado las
posibles respuestas del pastizal ante determinadas oportunidades o peligros" (Oesterheld y Sala,
1994).
Algunos ejemplos concretos de este modelo pueden extraerse del trabajo de Bertiller (1994)
sobre los pastizales de la Patagonia. Allí se determina que las áreas muy
degradadas no recuperan una mejor condición con la exclusión del pastoreo. A
su vez, la coexistencia de síntomas de sobrepastoreo y subpastoreo en un mismo
potrero, hecho que también suele observarse en muchos establecimientos del NOA,
indica que el deterioro no está directamente relacionado a un exceso de carga animal
(como hasta hoy generalmente se creía), sino a una incorrecta elección e
implementación del sistema de pastoreo; en especial en lo que se refiere a la
distribución espacio-temporal de los animales (Ares y otros, 1990).
Conclusión
A través de este modelo podemos observar que:
- no existe un único estado estable de la vegetación, sino un conjunto de estados
estables resultantes de distintas intensidades de pastoreo.
- los diferentes estados estables pueden persistir aún cuando la presión de
pastoreo es reducida o eliminada.
- las transiciones entre estados sólo pueden ser impulsadas por una combinación
de acciones de manejo y eventos naturales y no en forma exclusiva con la reducción o la
eliminación de la carga animal.
Lo planteado en este artículo persigue que los técnicos y productores que en el
NOA tenemos la responsabilidad de manejar adecuadamente nuestros recursos nativos,
tomemos conciencia que sólo con adecuados y actualizados conocimientos y sano
criterio, podremos entender la dinámica de los ecosistemas naturales.
Por: Guillermo O. Martín (h) - Marta G. Nicosia
Cátedra de Forrajes
Facultad de Agronomía y Zootecnia
Universidad Nacional de Tucumán
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