Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA


PRODUCCION DE OCA EN HUMAHUACA



Las antiguas civilizaciones agrícolas que se asentaron en la Quebrada de Humahuaca, las que a pesar de haber sido distintas a la quechua o la aymará (propias del imperio incaico) hoy son denominadas kollas, por haber pertenecido a la provincia del sur de dicho imperio, el Kollasuyo, jamás habrían imaginado que sus tierras se convertirían en un paraíso de la producción agrícola.
Esta microrregión ubicada en el centro de la provincia de Jujuy se caracteriza por un paisaje de cerros surcados por ríos y arroyos. Su nombre proviene del profundo cauce del río Grande de Jujuy, que a su paso va dejando un ambiente "quebrado", fruto del trabajo erosivo de varios siglos. En este ecosistema se han ido desarrollando intensas producciones agrícolas y ganaderas bajo cerros multicolores y un cielo azul profundo típico de los ambientes de altura.

TRABAJOS

En las zonas áridas con riego proveniente de ríos y vertientes, se cultivan frutas y hortalizas de muy buena presentación, mayor tiempo de conservación y muy buen sabor debido a la altura, la baja humedad, las temperaturas, la alta irradiación solar y la poca incidencia de plagas y enfermedades y en todas las subregiones se encuentran zonas reservadas en las que nunca se ha usado ningún tipo de agroquímico, es decir que la producción se realiza en condiciones absolutamente naturales.
En la región se han intensificado los cultivos y se ha brindado apoyo a los productores a través de un convenio firmado por la Unidad Minifundio del INTA y la Secretaría de Desarrollo Social de la Nación. En tal sentido, Javier Rodríguez viene llevando a cabo una vasta tarea de soporte, asesoramiento y diligenciamiento de las producciones frutihortícolas que allí se producen y consultado sobre las bondades de la región manifestó que las escasas lluvias (200 mm anuales) y las temperaturas propias de la altura le dan un aspecto de aridez y que los ríos, arroyos y vertientes van dejando a su paso pequeños valles fértiles.
Tan sólo 60 km. hacia el Este el ambiente cambia vertiginosamente. Las lluvias ya aumentan a más de 1000 mm por años y los pastizales naturales comienzan a caracterizar el área y a pocos kilómetros se encuentra la selva Tucumano-Oranense. Esta variedad de climas y ambientes, sumada a la paciente tarea de antiguos habitantes del lugar, le dio al mundo cultivos de gran importancia como el maíz, la papa y el poroto, sin contar otra serie de cultivos que los españoles dejaron de lado o prohibieron por ser considerados por los nativos de la zona como plantas sagradas, tales como la kiwixha o la quinua, u otros tubérculos no emparentados con la papa como la oca y la papa lisa, buscados en el mundo entero recién desde hace dos décadas y en la Argentina todavía desconocidos.

VARIEDADES

En la actualidad, reseña Rodríguez, la quebrada de Humahuaca cuenta con 2800 hectáreas de producción agrícola, de las cuales en 25 por ciento se produce en forma orgánica. En la horticultura se destacan cultivos de zanahoria, arveja, habas, lechuga, tomate, pimiento, papa, maíz para choclo, remolacha, acelga, ajo, cebolla, espinaca, repollo, coliflor, etc. y en frutas: durazno, pera, manzana, ciruela, uva y en menor cantidad la tuna (silvestre). La época de producción comienza en agosto con las primeras labranzas, mes en que también se celebra la Pachamama, la Madre Tierra, y el grueso de las cosechas comienza en noviembre y culmina en abril y mayo, por lo que puede caracterizarse la mayor parte de la producción como primavera otoñal.
Consultado el presidente de la Cooperativa Agropecuaria Unión Quebrada y Valles (Cauqueva Ltda.), Salomón Zerpa, sobre qué tiene la quebrada de Humahuaca para ofrecer, destacó: "Un importante volumen de diversas producciones, una calidad y un sabor que ya ganó el reconocimiento de la región del NOA, productos propios que sólo se producen en nuestras tierras y que en muchos lugares son considerados como productos de lujo como la oca, cuyo sabor es más dulce que el de la batata y que en Nueva Zelanda vale 2,5 dólares por kg.".
Cualquier mesa bien servida se distinguiría presentando un choclo de color morado o negro de una dulzura inédita, o tal vez un tradicional blanco pero con el sabor característico de los maíces andinos o se podría sorprender a los comensales con papas de distintas formas y colores, tanto de cáscaras (azules, negras, moradas) como de corazón (blancas, amarillas y moradas), incluso los consumidores de productos biológicos u orgánicos tienen en esta hermosa zona de nuestro país tan desconocida para la gran mayoría su consumo asegurado.

por Horacio Esteban
Fuente: Ambito del Campo,
Junio 1996












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