Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA


CONSERVANTES: EL TIEMPO PASA...


Quienes comercializan frutas y hortalizas en la Argentina tendrán un desvelo menos: podrán lograr que sus producciones permanezcan en góndola por más tiempo extendiendo notoriamente su vida útil. La solución llegó de España. Se trata de un novedoso conservante no aditivo que depura la atmósfera (absorbe el etileno), pero lo cual detiene la actividad enzimática y retrasa la maduración de los alimentos preservando sabor, aroma, color y textura.
La filosofía de este absorbente, que es no tóxico pero sí ecológico y reciclable, es depurar el aire viciado que existe en las cámaras de conservación y transporte de productos frescos. Básicamente, actúa sobre "volátiles" (etileno) y gases perjudiciales para una correcta conservación. Según sus promotores, en muchas ocasiones aplicar frío no es suficiente.
"Los mercados y el consumidor exigen cada vez mayor calidad y las empresas lo saben bien. Lo que se vende en el mercado no es la producción entera sino solo aquella parte que logra mantener las condiciones aceptables para ser comprada", argumentan los de Retarder.
"Sabemos fehacientemente que lo que se está ofreciendo impacta de lleno y de manera determinante en la rentabilidad del negocio frutihortícola al reducir las pérdidas por putrefacción y mermas de peso. Incluso, tiene vital importancia al momento de planificar un almacenamiento estratégico o políticas exportadoras", dicen. "Otra ventaja es que revaloriza la cotización de los productos por su mejor presentación, potenciando frente a los clientes la imagen de calidad total".

LA PRESENTACION

El compuesto viene en diversas presentaciones que se adaptan a las necesidades de productores, transportistas, acopiadores, tiendas minoristas e, inclusive, amas de casa. Puede usarse en bolsas de 7 gramos (deben depositarse sobre los cajones) o filtros de 100, 50 y 25 centímetros para usar en refrigeradores. Ambas opciones tienen una vida útil no menor a los 30 días y no precisan obras ni instalaciones especiales. Los volátiles o gases que absorbe se transforman en anhídrido carbónico y vapor de agua, precisamente lo que frena el crecimiento de microorganismos, mantiene el color, la textura y la frescura de los alimentos evitando el envejecimiento prematuro.

Osvaldo Smaldone - Clarín Rural







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