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 Biocombustibles
Regresar al Sumario Enero / Febrero 2009

"la disputa entre alimentos y biocombustibles no existe"

Roberto Doménech, presidente ejecutivo de CEPA (Centro de Empresas Procesadoras Avícolas) destaca la imperiosa necesidad de generar estrategias que permitan hacernos más eficientes como productores de maíz, productores de etanol y productores de carnes.

Revista PRODUCCION: "la disputa entre alimentos y biocombustibles no existe"
 
Por condiciones naturales, geográficas y poblacionales el Cono Sur es y será el gran transformador de proteína vegetal en proteína animal y sin lugar a dudas, daremos al mundo la mayor parte de las carnes que serán consumidas en los cinco continentes en los próximos años.
En esta situación nos encontrábamos en el inicio del siglo XXI pero, en los últimos años comenzaron a ganar presencia los biocombustibles, apoyándose fundamentalmente en la caída de las reservas de petróleo que irán acentuándose en las próximas décadas y en la necesidad de reducir la contaminación del medio ambiente.
Para paliar este faltante debemos encontrar combustibles alternativos. Estados Unidos primer productor y exportador de maíz fue quien dio el primer paso en la búsqueda de ese reemplazo, estableció reglas de juego y normativa relacionada con la utilización de cereales para la obtención de etanol y las inversiones en plantas elaboradoras no se hicieron esperar.
Brasil, quizás el país con más experiencia en el desarrollo de alternativas de petróleo también está trabajando desde antes en la producción de alcohol, a partir de la caña de azúcar y Argentina inició su camino como productor y segundo exportador mundial de maíz.
Este nuevo escenario, sumado a las malas cosechas y caída de los stocks, llevó a un incremento en los precios internacionales de los granos y por tal motivo comenzaron a generarse dudas sobre cuál sería en el futuro el valor de los mismos.
En lo relacionado con la producción de carnes, el maíz es la principal fuente de energía en la dieta alimentaria de los animales y, asimismo, es difícil de reemplazarlo con la misma eficiencia y costo con otros granos. Por esto estamos convencidos de que a partir de la situación imperante, los precios internacionales del maíz no sólo se fijarán por la mayor o menor producción sino que también estará íntimamente relacionado con el precio del barril de petróleo.
En definitiva la competencia es por la energía.
En este contexto creemos que la producción de pollo tiene ventajas comparativas con respecto a la producción de otras carnes, terminadas o suplementadas con cereal, ya que las conversiones de alimento balanceado en kilogramo de carne la favorecen ampliamente.
Desde el proyecto avícola sabemos que la mejora en genética y la mejora contínua de los alimentos para las aves nos da un plus que al ritmo actual llevará a la carne de aves a ser la más consumida. Sabemos y observamos con atención las investigaciones que se realizan sobre los remanentes de los procesos de producción de etanol a partir de maíz, considerándose hasta el día de hoy, que los niveles de energía y de proteínas subyacentes en estos remanentes no son aún lo suficientemente estables para aportarlos como reemplazo en la elaboración del alimento para las aves, aunque en principio podría ser utilizado en vacunos.
Nuestro proyecto de crecimiento se sostiene en una óptima sanidad de los planteles con controles contínuos y adecuados, en disponer de la tecnología de última generación en toda la cadena de producción, desde los equipamientos en granjas, incubadoras, fábricas de alimento balanceado hasta las líneas de eviscerado más modernas, incluyendo el frío y las líneas de producción de productos de alto valor agregado (productos cocidos, prefritos y preparaciones especiales a base de carne aviar).
Para esto necesitamos disponer para los próximos años entre cuatro y seis millones de toneladas de maíz por año para alimentar a todo el sector avícola, incluyendo a las gallinas ponedoras de huevos para consumo.
El sector avícola, como pocos sectores, es una industria que no para y por eso estamos convencidos que el crecimiento se sostendrá en los pilares enunciados.
El maíz y las oleaginosas se convierten en materias primas de un nuevo sector (el energético) y esto es bueno para la Argentina y para los productores, pero debemos ser capaces de generar estrategias que permitan hacernos más eficientes como productores de maíz, productores de etanol y productores de carnes.
No existe una disputa entre biocombustibles y alimentos, nosotros disponemos de las armas para contar con ambos, producirlos, transformarlos, consumirlos y exportarlos, sólo debemos ser inteligentes a la hora de desarrollar nuestras estrategias.

Por roberto doménech
MAIZAR

Esta nota fue publicada en la página Nº 61 de la edición digital de la revista de Enero / Febrero 2009.







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