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Ene/Feb 2011


Ganadería

Norte argentino: último refugio de la ganadería

Entrevista: Felipe Goizueta

Revista PRODUCCION: Norte argentino: último refugio de la ganadería
 

Cuando se cerraron las exportaciones de carne en nuestro país para "fomentar" el consumo interno, se deprimieron los precios de la hacienda y los productores comenzaron entonces a perder rentabilidad al mal vender sus animales. Muchos empezaron a liquidar vientres, la cadena de producción cárnica se resintió y por ende, bajó la productividad. Poco a poco, por el bajo stock de animales y las menores pariciones por la gran faena de madres, llevó a que el precio de la carne manifestara un fuerte ascenso. Esa situación no tardó en reflejarse en los mostradores de las carnicerías al punto de que el consumo per cápita de carne de novillo pasó de un año a otro de 70 a 54 kilos anuales en la Argentina. Por eso, desde hace cinco meses, para poder comer un buen "asadito" se debe pagar en una carnicería local alrededor de 39 pesos el kilogramo de costilla especial o de un vacío.
Producción dialogó con el hombre que más sabe de ganadería en el NOA, Felipe Goizueta, quien se refirió a la actualidad del sector, repasando parte del pasado y de las medidas que llevaron a que hoy el precio de la carne sea exuberante en las góndolas argentinas.

¿Cómo analiza el aumento del precio de la carne roja en el país?
El tema del aumento en la carne es muy complejo. Yo digo que en Argentina de ahora en más habrá que acostumbrarse a los picos de subas y a las bajas, más a las subas que a las bajas, puesto que todos sabemos que el sector comercial no siempre baja los precios por más que el valor el producto haya experimentado un descenso en el mercado en pie. Pero la realidad muestra que todo ésto es una consecuencia de la falta de ganado. Hoy faltan 10 millones de cabezas. Hay 4 millones menos de vientres y por ende menos pariciones. La faena de vientres fue muy grande en nuestro país en los últimos años y cuando se faena más del 44 por ciento de los vientres, la producción se resiente y hay menos carne en el mercado. Acá hemos llegado al 48 por ciento de faena de vientres y en estos momentos estamos en 42 por ciento, un porcentaje que podemos decir que es "bueno" si se quiere comenzar a recomponer el stock.

¿Para frenar esta situación que habría que hacer?
Hay que tener en cuenta que hay que ser más eficientes en el tema de la parición. No puede ser que en nuestros rodeos tengamos una parición del 52 por ciento. Si tenemos en cuenta que este año lo podríamos aumentar un 20 por ciento, a las pariciones, que no es una cosa difícil, porque no hacerlo, ya que estamos pensando en la posibilidad de poder tener 3 millones más de terneros por año. Pero para que esa eficiencia se produzca, no hay duda de que hay que contar con una política de ganadería y carnes a nivel nacional, una política que contemple el acceso a créditos acordes a la actividad, o sea a largo plazo y con bajo interés, que se apoye al productor pequeño para hacer mejor pastura y mejorar las instalaciones para proveer de agua al rodeo. Así, el ganado comerá mejor, podrá cumplir su ciclo y preñarse. Pero como no hay una política clara y los precios no acompañaron a los productores durante tanto tiempo, todo se manejó mal, y la parte alimentaria de la vaca y demás cosas, se fueron perdiendo los incentivos para hacer novillos, al punto que se vendieron animales a un valor de 200 y 300 pesos. Eso, sumado a fuertes sequías que afectaron al país en los últimos años y la falta de incentivos para hacer pastura, habían calado hondo en la cabeza del productor. No convenía ser ganadero.

¿En la actualidad conviene?
Se puede decir que sí, hoy todo eso ha cambiado. El negocio es mejor porque el ganado vivo es escaso y los precios subieron. Y un ejemplo es que el año pasado había un precio de 0,60 de dólar por kilo vivo y hoy tenemos un ternero a 3,20 dólares, siendo él más alto del mundo. La verdad, eso no puede ser así, al ganadero no nos gusta lo que está pasando. Si bien todo el mundo tiene que ganar dinero por su trabajo, desde el sector decimos que el novillo tiene que tener un precio rentable ya que sólo así la cadena comercial se mueve de manera uniforme. Cuando el novillo vale, toda la cadena se mueve de manera uniforme en materia de precios y valores. Hoy el mundo pide carne y si bien la Unión Europea nunca se repuso del tema de la vaca loca, y se mermó el consumo de carne de vaca. Nunca se recuperó el nivel de venta, hay otros mercados que comenzaron a pedir el producto de manera más asidua. Por ejemplo, el mercado asiático con China y la India a la cabeza. Un ejemplo es que en China, por año, hay 40 millones de personas que pasan a tener un mejor nivel de vida y entonces, por ende, comen mejor, y comer mejor significa incorporar en su dieta más carne roja.

¿Se ha emparejado el precio de la carne en el mercado local con el exterior?
Nosotros vemos que hoy exportamos a la cuota Hilton los tres cortes más valiosos: lomo, cuadril y bife ancho; los otros cortes como pulpa y la paleta, que es lo que no se consume aquí, vale 6 dólares el kilo, o sea algo así como 24 pesos el kilogramo; entonces hoy por hoy nos conviene vender esos productos en el mercado interno que exportarlos a los Estados Unidos que tiene un alto arancel. Hoy, con estos precios internos, al ganadero no le conviene sacar carne del país. Por eso el Gobierno tiene que entender que no se puede hacer política ganadera sin consultar a los ganaderos, a gente que entienda del tema. Yo digo que si nos sentamos a trabajar en una mesa de discusión vamos a lograr recomponer el stock del sector en 4 años. Hay mucho futuro en esta actividad, pero hay que discutir con inteligencia para que no vuelva a pasar lo que hace uno año, que nos obligaban a vender barato y como la actividad no era rentable, se comieron hasta a las vacas, las fábricas de terneros.

¿Cuánto hay que esperar para que los precios se normalicen?
Hay que esperar como mínimo 4 años para estabilizarnos y ver la posibilidad de que aumente el stock ganadero, pero tenemos que hacernos fuertes. Cuando perdimos 10 millones de cabezas, Brasil aumentó su stock en 17 millones de cabezas. Hay menos stock porque matamos muchos vientres puesto que el negocio antes no servía, nosotros regalábamos la carne, la gente compró muy barata y eso desalentó al productor que vendía sus vacas a 300 pesos, por simple negocio. Y el que retuvo algo, luego le llovió y la vaca engordó y esa vaca comenzó a valer más. Hoy la puede vender a 3 mil pesos si no quiere darle servicio para producir terneros.

La ganadería cada vez avanza más hacia el norte del país.
Sí, es verdad. La ganadería se vino al Norte del país, pero cuidado, la Cuenca del Salado, ha arrinconado a las vacas, pero no ha perdido el stock, y acá en el Norte, hay zonas (en Córdoba y Santa Fe) con bajos stocks. Si bien en ganadería, Tucumán no mueve mucho el péndulo, Salta y Santiago del Estero se muestran como el gran polo ganadero y ahí se puede hablar del NOA ganadero. También el NEA ha crecido en cabezas con Chaco principalmente, pero hay cosas que solucionar como la ley Bonasso. Yo soy ecologista pero hablo de la ecología bien entendida, o sea, hay que hacer desmontes pero de manera de no afectar el medioambiente. No hay que decir que no se puede tocar nada porque la ecología no es eso. Hay que forestar con plantas típicas y hacer un plan y exigir que se cumpla, porque la ganadería se está viniendo al Norte y nada la puede frenar.

¿Y el Norte está preparado para albergar esta actividad de manera eficiente?
Hay que reconocer que esta "invasión" ganadera a la región se está haciendo con muy buena genética, hay buenos campos, están las pasturas adecuadas, están las razas sintéticas que andan muy bien y está demostrado que se puede obtener carne de calidad porque en la región hay muchos profesionales que saben mucho del tema. Y se pueden hacer muy buenas cosas, más con las técnicos del INTA y la Estación Experimental, sólo falta el crédito, eso hay que pulirlo y hacerlo. Hoy Salta, Tucumán y Santiago del Estero trabajan para que el productor pequeño tenga una instalación de manga, balanza, buena genética y pasturas para que mejore la calidad de su carne. Y eso es bueno, sólo falta el crédito para contener a esa gente en su hacienda y no tenga que malvender su vaca o novillo. Se paró la faena de vientres en estos últimos tiempos, está en 42 por ciento, tendríamos que llegar a 44 por ciento, hay una recomposición de vientres y eso se traducirá en más terneros. O sea que si el productor es más eficiente podrá tener más pariciones y más detestes. De acá a 4 ó 5 años se podrá recomponer el stock y los precios de la carne serán más acordes en las carnicerías de nuestro país.

FRASES SUELTAS

•En 2008/2009, muchos productores ganaderos se vieron empujados a dejar la actividad por falta de rentabilidad, ya que en los últimos años no solo debió enfrentarse a un gobierno "sordo" sino que también las inclemencias climáticas jugaron en contra: sequías prolongadas, inundaciones en la zona del Delta; todo eso hizo que el productor ganadero empezara a pensar en realizar otro tipo de actividad agropecuaria y abandonara sus rodeos, y así, de a poco, fue disminuyendo la oferta vacuna en el mercado local. Muchos se volcaron a la soja.
•El mundo -a pesar de las distintas crisis- mantiene su postura demandante de carne (demanda de proteínas animales), hace pensar que hay futuro para el sector. Existe afuera un nuevo panorama para la ganadería y nosotros somos eficientes como para ganar y recuperar mercados. Tenemos una excelente genética, que se adapta a las distintas regiones productivas del país, excelentes pasturas, sorgos y maíces de alto valor nutritivo y las herramientas técnicas necesarias para trabajarla. Solo hacen falta políticas acordes a la circunstancia.
•Tenemos la tecnología, la técnica y los pastizales naturales y artificiales para la formulación de las distintas dietas, de acuerdo al peso del animal. Aquí, en nuestro país, el problema es la recría. A los 6 meses, el animal pesa 180 kilos, después viene el período de recría que es de un año, con una dieta distinta, donde se la lleva a un campo especial y así después entrar a un engorde a pasto (alimentación estratégica).
•El criador, cuando estaba en plena sequía, comenzó a vender sus vientres a 200 pesos, un valor exagerado de barato, y hoy un vientre vale 4 pesos el kilogramo. El productor hoy lo piensa y vende ese vientre para sacar 1.800 pesos por animal. O sea que en vez de ir a reproducción, el animal va a carne. Por supuesto, es un productor que se quedó sin recursos y trata de recuperar algo de todo lo que ha perdido. Muchas vaquillonas se van al consumo estando preñadas, porque el precio compensa todas las obligaciones del productor. Es una de las razones por la cual hoy se producen menos terneros.

Por Fabián Seidán

Portada de la Edición correspondiente a esta nota Esta nota fue publicada en las páginas Nº 30 y 31 de la edición digital de la revista de Enero / Febrero 2011.
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