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Maíz: claves para que la implantación no afecte al rendimiento

Revista PRODUCCION: Maíz: claves para que la implantación no afecte al rendimiento
 
El maíz posee una importancia fundamental en la rotación al contribuir con el resultado económico de la empresa y el rinde de los otros cultivos, debido a la producción de rastrojos, mantenimiento del balance de materia orgánica y uso eficiente del agua. Como las fallas en la implantación pueden perjudicar el resultado de la campaña, conviene atender a algunas recomendaciones para no afectar los rendimientos.
La siembra debe programarse para que el período crítico de floración coincida con la mayor probabilidad de ocurrencia de lluvias y máxima radiación solar. Las siembras tardías implican ajustes en el manejo, como la elección de cultivares de ciclo más corto, de secado rápido y reducción de la densidad de siembra. El efecto puede también separarse en dos aspectos: densidad total de plantas por ha. -que dependerá del ambiente y del híbrido a sembrar- y la uniformidad en la emergencia y distribución entre plantas.
Así, la base de un buen programa de control de malezas en maíz deberá ser inicial y residual, cubriendo gramíneas y malezas de hoja ancha. Las aplicaciones postemergentes tendrán su lugar en los programas de control como complemento de las aplicaciones preemergentes.
La incidencia de plagas, fundamentalmente, insectos de suelo -gusano blanco- y orugas cortadoras, puede ser importante y más aún en planteos de siembra directa, ya que disminuye la densidad y uniformidad espacial en la línea de siembra. Por esto es imprescindible el curado con insecticidas aplicado a la semilla (curasemillas), que son de baja toxicidad ambiental y excelente efectividad.
El nitrógeno (N) y el fósforo (P) son los dos macronutrientes más limitantes para la producción agrícola en las zonas maiceras. Deben estar bien provistos en cantidad y oportunidad para asegurar un estado fisiológico óptimo del cultivo en la floración, cuando se determina el número de granos por unidad de superficie, principal componente de rendimiento. Es necesario ajustar las dosis y momentos de aplicación para lograr una alta eficiencia de uso de los nutrientes. Cultivos de alta producción necesitan 200 unidades de N y 25 de P a lo largo del ciclo.


Portada de la Edición correspondiente a esta nota Esta nota fue publicada en la página Nº 18 de la edición digital de la revista de Julio / Agosto 2011.
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