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En manos de 16 mil familias productoras, la mandioca constituye una actividad clave para el valor agregado en Misiones. Las estrategias para su manejo fueron presentadas en INTA Expone NEA. Con once plantas industriales y 16 mil familias productoras, esta hortaliza constituye una actividad clave en Misiones con grandes perspectivas de crecimiento de la mano de la innovación tecnológica y del agregado de valor en origen. De acuerdo con Antonio Uset, técnico extensionista del INTA Montecarlo, Misiones, la mandioca es una de las hortalizas más difundidas a escala mundial, en especial, en los países tropicales, ya que es un cultivo que no tolera el frío. "En nuestro país hay una superficie implantada de 35 mil hectáreas, de las cuales más de la mitad se encuentran en Misiones". Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la producción mundial de la mandioca se incrementó en un 60% desde 2000 y se estima que este tubérculo -duro y resistente- sea uno de los alimentos menos afectados por el cambio climático. Misiones es la principal provincia productora de mandioca del país con alrededor de 5 mil familias dedicadas a su obtención para renta y otras 11 mil para autoconsumo y la alimentación de animales de granja. En esta línea, la FAO considera a este tubérculo como una fuente importante de alimentos para la seguridad alimentaria, al tiempo que ponderó su potencial ya que estimula el desarrollo industrial y los ingresos rurales. Actualmente, se investiga sobre tratamientos con parafina, que permiten que la mandioca se conserve hasta 20 ó 25 días después de su cosecha. "Esto juega de manera decisiva a la hora de ganar los grandes mercados consumidores del país", aseguró Uset. La producción de esta hortaliza se destina tanto para consumo fresco como para la industria de fécula. Asimismo, con los desperdicios de la mandioca se obtienen subproductos como afrecho para la alimentación animal y la cascarilla para abonar los suelos.
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