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Mar/Abr 2009


Novedades

Cosecha de agua

Revista PRODUCCION: Cosecha de agua
 

En general, muchos establecimientos ganaderos no cuentan con un abastecimiento de agua de bebida animal en cantidad y calidad suficiente para alcanzar buenos niveles de productividad. Particularmente el año 2008, por la intensa y prolongada sequía, puso de manifiesto la precariedad de los sistemas de provisión de agua.
Muchas regiones de nuestro país no cuentan con acuíferos verdaderos. El agua subterránea es provista por infiltración del agua de lluvia y es almacenada en freáticas estáticas. Estas regiones resultaron mucho más sensibles a la sequía y presentaron serias dificultades. El efecto de la sequía se manifestó no sólo por la falta de aguas superficiales sino también por el descenso de las napas y el aumento en la concentración de sales (por encima de la tolerancia de los animales) que provocó mermas en la producción y muerte de animales por deshidratación. También se sumó un aumento en los costos de producción por tener que comprar agua para bebida.

¿Es posible mejorar la provisión de agua?
Las precipitaciones son una excelente fuente de agua tanto en volumen como en calidad. Los sistemas actuales de utilización de agua de lluvia para bebida animal no resultan seguros, son poco confiables y altamente dependendientes del clima. Son sistemas que sólo funcionan con altas precipitaciones y en años llovedores.
Es posible mejorar la provisión de agua utilizando el agua de lluvia en forma eficiente y segura, para ello hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:
1)- Cálculo de las necesidades: Para dimensionar las represas y las captaciones es necesario calcular previamente:
a. la cantidad de agua que consumirá la hacienda, teniendo en cuenta el número de animales, el consumo diario y las variaciones en los requerimientos por efecto de altas temperaturas.
b. la disponibilidad de agua: Dimensionar los caudales de cada perforación, la capacidad de almacenamiento (tanques) y la calidad de dicha agua (concentración de sales totales y tipo de sales presentes)
2)- Captación: De acuerdo al cálculo de necesidades y sumando las pérdidas por infiltración se calcula la superficie necesaria para captar el agua de lluvia. En los sistemas tradicionales, las captaciones por medio de canaletas que llevan el agua por escorrentía, son ineficientes e insuficientes. Además son totalmente dependientes de la intensidad y magnitud de la lluvia, de tal manera que precipitaciones menores a 40 mm prácticamente no son captadas. La información meteorológica indica que más de la mitad de las lluvias son menores de 40 mm. Sin un área especialmente destinada y preparada para cosechar agua, es imposible una segura provisión. Para poder captar agua con eficiencia hay que sacrificar parte del terreno y prepararlo especialmente para dicha captación. Un buen diseño asegura el éxito en la captación.
Para tener idea de la cantidad de agua que puede ser captada, el volumen de agua por cada 100 mm de lluvia es 1.000.000 litros/ha. Si por ejemplo, la precipitación anual de la zona es de 700 mm, el volumen de agua disponible es de 7.000.000 litros/ha. No toda la lluvia caída es colectada, ya que parte se pierde dependiendo de la intensidad y magnitud de la lluvia y de la pendiente de la superficie. La eficiencia media de captación es del 50%, lo que significa que es posible almacenar 500.000 litros por hectárea por cada 100 mm de lluvia caído, con 700 mm serían 3.500.000 litros.
Una adecuada captación es lo que da mayor seguridad y es lo que nos hace estar mejor preparados para épocas de sequía.
3)- Almacenaje: El lugar destinado al almacenaje debe ser estratégico. El tipo de suelo determinará el tipo de represa a construir. Se pueden distinguir dos tipos de represas de acuerdo al destino del agua: aquellas para almacenamiento propiamente dicho y otras para almacenamiento y recarga por infiltración de napas. En suelos muy arenosos, donde la infiltración es elevada, la impermeabilización con nylon es imprescindible y no muy costosa. Las pérdidas más importantes ocurren por evaporación, pero pueden disminuirse a través de un diseño adecuado.
4)- Distribución y uso: El agua para distribución y uso se almacena normalmente en tanques elevados cercanos a la represa. No debería permitirse el acceso de los animales a la represa ni a los tanques. En estos tanques se realiza la mezcla de agua dulce (de represa) con el agua salada (de perforación), de allí la importancia de los mismos.
Por gravedad se distribuye el agua desde los tanques hacia los bebederos.
Muchos establecimientos ganaderos (ver fotos) han podido superar el problema de falta de agua subterránea, que desvalorizaba sus campos y constituía una seria limitante para las inversiones en pasturas y hacienda.
Nuestra región ganadera tiene agua: el desafío es cosecharla, almacenarla convenientemente y usarla con eficiencia.

Por: Ing. Agr.Oscar Melo, Ing. Agr. Cecilia Capozzolo
ganaderia@sagraseed.com
Gentileza: Sagra

Esta nota fue publicada en las páginas Nº 38 y 39 de la edición digital de la revista de Marzo / Abril 2009.







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