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Mar/Abr 2011


Opinión

2011, un año donde el hombre de campo deberá ser más prudente

Entrevista: Víctor Elías

El reconocido economista Víctor Elías, titular del Instituto de Economía Aplicada de Tucumán, dio su punto de vista sobre la perspectiva económica del sector agropecuario teniendo en cuenta distintos parámetros como lo son la crisis en el mundo árabe, el ajuste inflacionario en China y la situación política en la Argentina.

Revista PRODUCCION: 2011, un año donde el hombre de campo deberá ser más prudente
 

Víctor Elías es doctor en Economía de la Universidad de Chicago (EEUU), desde 1965, trabajó como profesor titular de Econometría en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), fue becario Guggenheim (1974), en 1996 recibió el Premio Konex y es miembro de número de la Academia Nacional de Ciencias Económicas. En 2005 fue designado "Profesor emérito" por el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT).

¿Cree que es un buen momento para la producción agropecuaria debido a la mayor demanda de alimentos que hay en el mundo?
Siempre es un buen momento para ser productor agropecuario porque el mundo siempre va a necesitar alimentos, pero creo que este año hay algunos hechos que podrían actuar en contra como la crisis política en países árabes y la presión que tiene el gobierno de acomodar su inflación. Este año, y hay que ver si por otros 3 ó 4 años más, será todo bastante incierto. Para invertir fuerte o intentar expandirse en el sector hay que estar tremendamente seguro de que los precios de los commodities van a estar fuerte. Por eso yo no me aventuraría. Hay que estar seguro para una gran inversión en el sector agropecuario en 2011 ó 2012. Da la impresión de que los nuevos problemas afectarán el aumento de la demanda, este año es incierto porque uno de los grandes actores del mercado como lo es China habrá que ver si mantiene la demanda. Pero este año puede ser complicado.

El comportamiento de China es incierto y eso genera dudas a la hora de producir más...
En efecto. Vamos a tener cuanto menos 4 años de bastante incertidumbre, y por eso yo hablo en el caso de que se quiera hacer un gran incremento en la producción. Siempre está la tendencia histórica de producción agropecuaria, pero yo digo que en ese marco no será bueno para el agregado de algunos productos, no creo que aparezcan con más posibilidades que otro. Por eso digo que hay que estar atentos, el tema es que el sector agropecuario no tiene muchas alternativas como para prever tal o cual cosa que pase o vaya a pasar. Por eso digo que hay que ser prudentes.

Hay analistas que sostienen que los commodities tienen asegurado su mercado...
Los commodities tienen un repunte en el mundo, pero la gran incertidumbre es saber qué pasa hoy en China que tiene un rol importante en la compra de esos productos. Hay que ver que China este año tiene un proceso de ajuste importante, la inflación en el país asiático está siendo un peligro y tiene la presión grande de cómo hacer el ajuste. Eso puede llevar a frenar un poco la gran expansión y seguramente incidirá en el mercado. Esto de la incertidumbre es algo que en el sector agropecuario es normal. Lo anormal es tener la demanda garantizada. Siempre el hombre de campo tiene más castigo con el clima que con el mercado. Yo digo siempre que el clima es un castigo permanente del productor rural y es algo que a ellos los acostumbra a tener vaivenes en su economía.

Se decía que la mejora en el ingreso per cápita en China e India iban a incentivar la demanda de productos frescos como carne argentina...
Yo digo que el mayor ingreso per cápita en un país no incide tanto en un mayor consumo de alimentos y sí en la adquisición de tecnologías o bienes durables. Cuando los países son más ricos comen menos alimentos, la gran expansión de la población sí genera mayor demanda de productos agroalimentarios, pero el mayor ingreso no.

El productor rural sigue con el problema de que el gobierno lo castiga con retenciones y suba de impuestos. ¿Cómo analiza esa situación de inequidad?
Mire, ese es un problema tradicional que tiene Argentina. El agricultor sabe esto, no es nuevo, porque viene desde 1920. El Estado argentino desde hace muchos años que toma al campo como fuente de financiamiento de la industria y de otros sectores. El sector agropecuario tiene que luchar contra todo eso y por eso vienen las grandes caídas. Se llega a este tipo de circunstancias porque muy pocos sectores cumplen con sus obligaciones. Y a pesar del castigo, sale adelante y no le va tan mal, porque algunos sectores tienen incentivos. Yo digo que el castigo es fuerte y no es bueno porque la política tributaria debe ser igual y uniforme para todos. Muchas veces uno se pregunta por qué siempre se castiga a este sector o será que es el más fácil de castigar. El tema también es que el órgano recaudador no tiene tanto control ni recursos para hacer que todos paguen en la misma proporción, y como Argentina está acostumbrada a tratar de recaudar rápido, se hacen políticas como la del débito bancario, este impuesto que es un gran invento para el recaudador pero malo para la economía.

¿Cree que las retenciones a la soja, trigo y maíz seguirán creciendo?
Me da la impresión de que las retenciones no van a volver a aumentar. Creo que si hay algo que pueda pasar con las retenciones será una tendencia a la baja. No creo que empeore la situación de las retenciones. Siempre hay cuestiones circunstanciales que son coyunturales, se implementan y luego se quitan o mantienen según la conveniencia del gobierno, pero creo que se equivocan con el hecho de pensar que se va a combatir la inflación interna controlando o evitando exportar más. Eso es cosa de muy corto plazo.

Pero la soja no se consume en el mercado interno, ¿de qué manera afecta a la inflación?
La soja no, pero sí la carne de vaca y el trigo, por ejemplo, que son parte del consumo importante en el mercado doméstico. Pero aún así, priorizar o cuotificar la exportación no son políticas correctas y lo único que hacen es castigar a la producción del campo además de evitar el crecimiento del sector ganadero, en este caso, mientras en países vecinos como Uruguay y Brasil crece el número de cabezas de reses porque hay incentivos. Pero, digo, no creo que la presión tributaria del sector vaya a empeorar, sí creo que puede haber un mayor costo del trabajo. No creo que ante un panorama mundial incierto para los commodities al campo se lo castigue más.

¿Qué cree que puede pasar con el tema de la carne bovina debido a la fuerte suba que experimentó en el mercado interno?
Pienso que cuando uno ve lo que ocurre en las economías avanzadas, el consumidor no tiene otro camino que adaptarse. Lo que sí resulta duro es cambiar de golpe. Uno está acostumbrado a comer algo y de pronto debe dejar de hacerlo y cambiar por otro producto que no estaba incorporado en su dieta diaria. Algunos argumentos dicen que es mucho más fácil cocinar carne de vaca que otros productos como pollo, pescado o verduras. La rapidez de la cocción de un bife, más el costo y el rendimiento del mismo hacen la diferencia porque son comidas sencillas, sin salsas complicadas y rinde más. Pero cuando uno ve hoy el precio de la carne no queda otra que cambiar. Creo que la gente se irá adaptando, incluso ocurrió algo parecido con los vinos en los Estados Unidos cuando los de mayor calidad subieron mucho su precio, la gente cambió y comenzó a desplazarse a otros más económicos. Comienzan a aparecer otros productos competidores. No conozco bien los tiempos que llevan a la gente a adaptarse, pero si en otros países pueden vivir con otro tipo de carne o de consumo, por qué no nosotros. Siempre doy el ejemplo del caso árabe del kipe -una comida típica- que aquí en Argentina se hace con carne de vaca y allá con carne de cordero. No es porque guste más, sino por el tema del precio.



¿Es posible que en un año electoral el Gobierno obligue a bajar el precio de la carne?
Es muy difícil porque el problema es que no hay muchas vacas y producir un ternero tiene su tiempo. Ahora bien, lo raro aquí es que los políticos y el Estado siempre han tomado este tema como un caballito de batalla y lo incluyen en la pelea de la canasta familiar. Digo que la gente de más bajos ingresos es la que más rápido se adapta a los cambios alimentarios.

¿Hay menos vacas en el país porque el gobierno carece de un plan ganadero?
Cuando usted repasa la historia puede ver que los sectores agropecuarios dejan de invertir o invierten lo mínimo cuando la situación no es favorable para que le quede algo de recursos, de ganancias o mejor dicho, no pierda tanto. Esa ha sido una forma de seguir en el frente. Por eso digo que el sector agropecuario tiene que tener el mismo tratamiento que otros sectores de la economía. El agricultor maneja las cuentas de forma muy clara, sabe qué le conviene, qué fertilizante usar, o el agroquímico, qué dejará de ponerle a la tierra; si alquilará maquinarias o no, etcétera. Es algo clave, por ejemplo China cuando hizo sus reformas en el campo agrícola, uno de los elementos claves fue darle lo que corresponde a los agricultores como incentivo para que trabajen. En Argentina se necesitan incentivos claros y persistentes en el tiempo. No cuando vienen las cosas buenas cambiar porque sino uno está inseguro. Es lamentable que se lo castigue después de que ha invertido con nuevas reglas de juego. Eso no es buena señal.

Este es un año electoral, ¿cómo cree que puede incidir en el sector agropecuario?
Se dice que la conducta del Estado en épocas de elecciones se contrae, se achica la caja y hay más déficit. Eso es malo para la parte inflacionaria porque hay más gasto y más emisión. Hay estudios que se hacen sobre este tema, pero particularmente pienso que hay ciertas cuestiones económicas que no responden a cuestiones de calendario y que pueden resentir mucho la caja. Mucha plata en el mercado va a reactivar la economía porque van a subir más los precios. Puede haber un período más o menos estable, donde ésto no se refleje en los precios pero tarde o temprano se va a reflejar. El mercado no olvida, toda emisión y más circulación va a hacer que haya suba de precios a corto plazo.
La forma que gastar del gobierno, el aumento de gastos en subsidios, todo eso a la larga afectará más el proceso inflacionario.

Revista PRODUCCION: 2011, un año donde el hombre de campo deberá ser más prudente
 
Por Fabián Seidán

Portada de la Edición correspondiente a esta nota Esta nota fue publicada en las páginas Nº 30 y 31 de la edición digital de la revista de Marzo / Abril 2011.
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