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Mar/Abr 2011


Plagas

Soja en el NOA

Las orugas medidoras se hacen fuertes en el tercio inferior de las plantas

En los cultivos de soja del noroeste argentino se está registrando un problema con las orugas medidoras. Éstas se ubican en el tercio medio e inferior de las plantas, y ahora, para controlarlas, hay que mejorar la calidad de aplicación para tener mejor penetración.

El estado de la soja en el noroeste argentino es, en general, excelente, ya que en esta campaña no se registró ninguna situación de estrés hídrico en lo que va del ciclo, exceptuando situaciones puntuales. Sin embargo, un problema fitosanitario está perjudicando los cultivos y puede ensombrecer los resultados de la campaña si no se toman medidas: el nivel de ataque de orugas medidoras.
Los técnicos de Syngenta que recorren los campos en la zona han relevado la gravedad del tema, que se repite en una gran cantidad de lotes cuando los cultivos en están ya en estadios R3 y R4.
El problema es consecuencia de no haber aplicado productos con buena persistencia en el momento previo al cierre del surco, donde la mojabilidad de la planta, en todos sus estratos, era óptima. Esta oportunidad se perdió por diferentes causas, ya sea por no registrarse suficiente cantidad de orugas, por malas condiciones del tiempo, lavado de productos, etc.
La gran estructura que poseen las plantas actualmente impide la llegada de los productos a los tercios inferiores, donde se encuentran en mayor medida las orugas medidoras. Esta situación genera una ineficacia en el control, aún cuando se utilicen insecticidas de alta toxicidad como el Metomil o Metamidofos y se suban las dosis.
Según sostiene el Servicio Técnico Syngenta en el NOA, ante esta situación se debería trabajar muy bien con la calidad de aplicaciones, tratando de llegar con buena cantidad de gotas y con buena concentración en las mismas.
Es difícil entrar a los tercios inferiores de la planta.
Mejorar la aplicación no significa aumentar el volumen por superficie, sino conseguir gotas uniformes y de tamaño adecuado para que puedan penetrar en los estratos inferiores sin superponer gotas en la parte superior.
Un tamaño adecuado de gotas ronda los 200 micrones de DVM, las cuales no son muy susceptibles a deriva (en condiciones adecuadas de aplicación) y tienen la capacidad de penetrar en la canopia del cultivo. Lo ideal es tratar de lograr 20 impactos por lo menos en la zona media de la planta con alta concentración de insecticida. Es muy útil utilizar tarjetas para medir la cantidad de impactos.
En lo que respecta a productos, se recomendó el uso de Curyom o Engeo por su muy buena capacidad de volteo y su acción biológica residual. Engeo brinda además un muy buen control de chinches y picudos.
Sobre la presencia de esta plaga, los especialistas de Syngenta están encontrando entre 15 y 30 orugas por metro, y hay muchas larvas pequeñas y adultos volando sobre la soja. De todos modos, para decidir la aplicación se recomienda evaluar el daño en el área foliar: por lo general se sugiere no pasar del 20% de defoliación cuando está entrando al estado reproductivo, pero esto es muy variable de acuerdo con el IAF (índice de área foliar) que posea el cultivo.

Revista PRODUCCION: Soja en el NOA
 
Fuente: www.syngenta.com.ar

Portada de la Edición correspondiente a esta nota Esta nota fue publicada en la página Nº 66 de la edición digital de la revista de Marzo / Abril 2011.
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