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Gerardo Masiá, del Instituto de Ingeniería Rural del INTA Castelar, señaló que la mejor manera de pulverizar es de forma ordenada. "La calibración de la máquina antes del tratamiento debe realizarse en la cabecera del lote, previa verificación en el galpón: limpiar filtros y picos tapados, engrasarla y suministrar el combustible necesario". A su vez, Pedro Daniel Leiva, especialista en manejo integrado de plagas del INTA Pergamino, indicó que es sumamente importante que el equipo se encuentre limpio por fuera y por dentro. "Se deberán sacar y limpiar todos los filtros -de líneas y picos- y luego volverlos a armar". La eficiencia en el control de plagas depende del caudal suministrado. El éxito de la aplicación también depende de la estrategia que utilice el productor. Para esto debe tener en cuenta, previo a la pulverización, las condiciones atmosféricas, el estado del cultivo y de las plagas. Para Masiá, la condiciones climáticas son importantes: "Temperaturas medias que ronden los 18ºC, humedad mayor al 50%, viento suave y cielo nublado -para impedir el contacto del agroquímico con el sol-". La resistencia de las plagas al principio activo de los agroquímicos es natural e inevitable. "Si la aplicación se realizó como corresponde la resistencia de la plaga tardará más en llegar", enfatizó Masiá.
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