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May/Jun 2012


Soja

Soja 2012: una campaña atípica, lejana a lo ideal

Entrevista: Víctor Pereyra, Marcelo Bucal, Daniel Rossi

Mientras se estima que la cosecha nacional caerá de las 49,2 millones de toneladas de 2011, a casi 44 millones de toneladas para este año, en el NOA, técnicos y productores coinciden al hablar de pérdidas superiores al 30 por ciento. En trigo, la superficie de siembra también caería de manera estrepitosa, siendo la colza y el garbanzo las mejores alternativas.

Revista PRODUCCION: Soja 2012: una campaña atípica, lejana a lo ideal
 

El Noroeste Argentino sufrió una grave y generalizada sequía durante el verano, con lluvias por debajo de lo normal y temperaturas, por encima del promedio para la época, lo que terminó por afectar toda la campaña de granos gruesos, al punto de que muchas áreas soportaron un déficit hídrico calificado por lo expertos como de muy severo. Esa situación hace que hoy en la zona se hable de que habrá muchos casos de rindes que van de regulares o muy bajos, y con pocos cultivos en situación favorable, tanto en soja como en maíz.
Las zonas más afectadas comprenden vastas extensiones de Tucumán, Salta, Catamarca, Jujuy y Santiago del Estero. Y si a ello se suma Chaco, se estaría hablando de una zona que produce algo así como 6,7 millones de toneladas de soja y unas 2,9 millones de toneladas de maíz.
El presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Tucumán (Cartuc), Víctor Pereyra, explicó al respecto que al ser una campaña que está definida en materia de rendimiento, ya que la sequía hizo estragos con el grano, y lo que se trilló en la provincia y toda la región es una clara muestra de la situación. "A eso hay que sumarle la inclemencia del tiempo lluvioso durante la trilla de casi todo el mes de abril. Muchos pensamos que en soja las pérdidas pueden llegar hasta un 50 por ciento".
Para Pereyra, el mal no termina ahí y aclara que para colmo el precio no ayuda, los costos de producción y cosecha se incrementaron y a todo hay que sumar fletes sumamente elevados para la región que disminuyen márgenes de ganancias a su mínima expresión. "Si a todo eso sumamos que en la provincia de Tucumán se aprobó un nuevo código tributario con Ingresos Brutos más altos que afecta a la actividad primaria, hacer otros productos que no sean soja será casi imposible". Y es que el dirigente rural se refiere puntualmente al tema del maíz, ya que no cuenta con buenos precios, ni mercado, ni reglas de juegos claras, y con los fletes decididamente altos, todo termina por hacer poco rentable la producción. "Es una situación inaceptable que llevará a la corta a que no podamos hacer maíz en toda la provincia".
De acuerdo a un informe elaborado por el Grupo CREA, el efecto agronómico de estas extremas condiciones climáticas -400 milímetros de lluvia menor a la normal para la época-, sobre la soja se llevó a que inicialmente se haga siembra tardía, lo que genera un desarrollo con bajo porte y escasa producción de vainas por planta. Así, en la parte final del cultivo se afectó el peso de 1.000 granos y se acortó el ciclo por secado anticipado. Iniciada la trilla, estos fenómenos dan lugar a una alta producción de grano verde, que en muchos lotes alcanza al 60% de lo cosechado, afectando la calidad de la producción final.
Un sondeo en distintos campos de la zona NOA a fines de marzo mostró una caída promedio de 46 por ciento en los rindes de soja respecto de lo esperado a la siembra. La investigación técnica abarcó alrededor de 150.000 hectáreas, con datos de localidades que aportan el 66 por ciento de la producción regional.
La sequía también fue grave en el maíz, producción que sufrió un déficit de entre 400 a 600 milimetrajes de lluvia en el acumulado de la campaña. "Eso trajo aparejado cosechas muy bajas o nulas por el desfase entre la liberación de polen por la flor masculina y su recepción en las espigas. La situación se agravó con ataques de orugas e invasión de hongos. También hubo grandes superficies de cultivo que se perdieron por no haber podido sembrarse a tiempo", indicó Marcelo Bucal, asesor de CREA El Palomar.
Como promedio del maíz en todos los campos CREA de la región NOA se estiman pérdidas de rendimiento del 45 por ciento, sobre 44.000 hectáreas relevadas.
Si a la mala campaña se le suma la situación de los fletes, la ecuación final es muy crítica. "Un productor del NOA, para cumplir con las entregas en puertos de Rosario (Santa Fe), deberá resignar, del rinde obtenido (45 por ciento menor al histórico), un 50 por ciento adicional para trasladar su mercadería a silos en Rosario. Por eso, desde CREA decimos que entre las diferencias de precio cobrado respecto del FAS teórico, fletes y reducción del rendimiento, el ingreso neto de la actividad se reducirá casi un 59 por ciento".
Datos publicados por la asociación Argentina de Consorcios de Experimentación Agrícola, destacan que la situación de la soja y el maíz, también es grave en la provincia de Santiago del Estero y en el Chaco. Por ejemplo, indican que en la zona núcleo -Sachayoj y Pozo del Arbolito- sufrió el peor comportamiento hídrico de los últimos 15 años. Así, sobre unas 180.000 hectáreas, dio como resultado una baja en promedio del 36 por ciento en los rindes de la principal oleaginosa. En Charata, por ejemplo, se habla de lotes de soja con rindes cero, mientras que en otra localidad como La Paloma, la cifra alcanza los 500 kilos por hectárea.
En maíz, las pérdidas de rinde alcanzarían el 30 por ciento promedio, aunque también se observaron muchos lotes con pérdidas del 50 al 60 por ciento, en tanto hay otros donde directamente no se cosecharán.
Como principal consecuencia, los productores -sobre todo los que arriendan- ya avisaron que han optado por ajustar los gastos mermando por ejemplo la inversión en los campos. Así, en cultivos de bajo rendimiento, se cosecharán con máquinas viejas evitándose contratar el servicio a terceros.
Tucumán, una de las provincias más afectadas, con zonas puntuales y con grandes pérdidas en La Cocha y con cero de producción. También en el noroeste de Santiago del Estero, donde llovió entre 100 y 130 milímetros en los últimos dos meses, cuando el registro histórico es de 300 milímetros, allí también están comprometidos los campos maiceros.
En Tucumán, antes del inicio de campaña, los productores tenían buenas perspectivas de cosecha y existía la posibilidad de repetir los números de 2011, sin embargo está claro que en soja habrá alrededor de un 30 por ciento menos y en maíz hasta un 40 por ciento de pérdidas, con localidades donde hay lotes que perdieron el 100 por ciento de su siembra.
En ese contexto, el productor del Grupo CREA Daniel Rossi, recalcó en una entrevista que los rindes obtenidos en soja dependen siempre de la zona analizada y del antecesor del cultivo. "En los mejores lotes se obtienen entre 1.200 y 1.300 kilogramos por hectárea, y que son aquellos que provienen de rastrojos de maíz, con buenos barbechos, porque el maíz no se llevó toda la humedad del suelo, por lo que quedó agua disponible para la soja".
Aclaró que en Tucumán también hay lotes de 1.000 kilogramos que provienen de rastrojos de trigo, donde este grano se llevó parte de la humedad disponible en el suelo, secando el perfil del agua remanente; ésto se puso peor porque no hubo buenas lluvias en la región.
Para el técnico-productor, el castigo por la sequía, de menor a mayor, fue para los campos con antecesor maíz, soja y trigo, donde los más castigos fueron los granos de los grupos cortos, y los menos castigados los grupos V y VI, y los largos VII y VIII, además de los tardíos GL VIII. De esta manera se puede concluir que en Tucumán los rindes mínimos oscilan entre los 800 y 1.000 kilogramos por hectárea, y los máximos hasta 2.500.
En fin, la sequía que afectó al NOA y NEA hará caer a 43,1 millones de toneladas la producción argentina de soja para la presente campaña, sobre una expectativa superior a las 45 millones de toneladas, debido a las dificultades climáticas que afectaron el desarrollo de los cultivos oleaginosos en Tucumán, Salta, Chaco y Santiago del Estero. En tanto, en maíz la producción rondaría los 19,7 millones de toneladas por el estrés termohídrico sufrido en dichas regiones.
El relevamiento de los daños registrados en las cuatro provincias pertenecientes al norte argentino, con una capacidad de cultivo de 2,5 millones de hectáreas sojeras muestra rindes menores a los 1.000 kilos en muchas zonas y pérdidas que reducen en un 30% las 6 millones de toneladas previstas para el presente ciclo. Por ello, se estima en casi 43,1 millones de toneladas la producción de soja para la presente campaña, con un rendimiento promedio de 2.300 kilos por hectárea, es decir 100 kilos menos que en la previsión anterior.
Esta situación representa un perjuicio directo a los productores con posibilidad de quebranto inmediata, porque pierde plata que gastó e invirtió para afrontar la campaña. Hay que ver que la sequía encontró a los productores con la inversión hecha en sus cultivos: herbicidas, insecticidas, fungicidas y otros insumos aplicados ya que la seca expuso a los lotes de soja a una fuerte presión de insectos, lo que obligó a los agricultores a reforzar los esfuerzos y gastos en el control. A esa inversión realizada debe sumársele la necesaria para cosechar los lotes. Se estima que la trilla cuesta entre 300 y 320 pesos la hectárea. Y como consecuencia más lejana, la des-financiación para la próxima campaña con muchos casos de salida de productores de cultivos alternativos como el maíz, por ejemplo.

Menos trigo
Según afirman consultores técnicos de los grupos CREA en el país, la cebada, la colza, el garbanzo y la arveja pueden ser las alternativas invernales para este año ya que los resultados agronómicos, pero sobre todo económicos, de los cultivos invernales tradicionales no fueron buenos en los años que pasaron. Víctor Pereyra (Cartuc), sobre este tema, dijo que en Tucumán seguramente este invierno se hará muy poco trigo por varios factores siendo uno el intervencionismo del mercado, la falta de agua en muchas zonas productivas, y el precio que cayó hasta 70 dólares. "En el NOA es difícil invertir en un producto donde la inflación y suba de cotos no dan respiro, y que al final no se sabe si se podrá vender y a qué precio".
Igualmente la situación de muchas zonas productoras en la cual las sequías golpearon muy fuerte a los productores, estas alternativas deben ser bien evaluadas y que la decisión de siembra vaya acompañada de un correcto diagnóstico de los contenidos de humedad acumulada en los suelos para evitar inconvenientes en el desarrollo del cultivo.
Con los productores en el límite por las intervenciones en el trigo, en los últimos años, esas alternativas productivas se convirtieron en la vía de escape al cereal, cuando faltan días para el inicio de la nueva campaña triguera.
Se estima una caída de al menos 20 por ciento en la siembra de trigo. De cumplirse las estimaciones, la superficie de 4,62 millones de hectáreas del ciclo pasado bajaría a 3,7 millones. Esa cifra es la segunda entre los peores registros de los últimos 100 años, luego de los 3,5 millones de hectáreas de la campaña 2009/2010.

Por Fabián Seidán

Portada de la Edición correspondiente a esta nota Esta nota fue publicada en las páginas Nº 30 y 31 de la edición digital de la revista de Mayo / Junio 2012.
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