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May/Jun 2014


Cosecha

Soja: se aguarda una trilla levemente superior

En esta campaña llovió más que en el período 2012/2013, pero aún falta. La superficie neta cultivada con soja y maíz en la provincia de Tucumán fue estimada en 180.000 hectáreas y 70.910 hectáreas, respectivamente, debido a cuestiones climáticas y de costos de producción. En Salta, la siembra se redujo esta campaña en 100.000 hectáreas.

La nueva campaña sojera en Tucumán podría ser este año levemente mejor a la pasada en materia de rendimientos aunque nadie en el sector: técnicos, productores y empresarios, se anima a dar decir los números finales con que podría terminar la cosecha. En todo sentido, se supone que la presente campaña se presenta con un panorama más alentador que los últimos dos años -azotada por fuertes sequías-, esperando mejores rendimientos pero sin aspirar a los máximos potenciales que podría alcanzar el cultivo en la zona.
Y es que en esta parte del país, en el NOA, los productores sojeros reconocieron que el rendimiento promedio del grano en las últimas campañas apenas superó los 1.400 kilos por hectárea (en Tucumán) en promedio, siendo el sur de la provincia la zona más afectada, principalmente por la sequía.
Los productores de esta oleaginosa están muy preocupados por la situación de tres años de sequía que afecta al cultivo y que redujo considerablemente la producción, a lo que se deben sumar los costos del sector que sufrieron un fuerte aumento, como los químicos, que se fueron por las nubes y en dólares, y el costo laboral que también subió.
Desde la Estacón Experimental Agroindustrial Obispo Colombres, se destacó que la superficie sembrada en Tucumán rondaría las 180.000 hectáreas, un terreno destinado a este cultivo muy inferior al que supo tener por ejemplo en la campaña 2008/9 de 293.220 hectáreas.
Para Mario Devani, Jefe de la Sección Granos de la EEAOC el factor determinante de esa disminución del área sojera fue el extenso período de sequía que determinó un importante atraso en la siembra. Concluye que muchos productores sojeros se pasaron a caña de azúcar, al maíz, poroto, o al citrus.
La campaña de granos gruesos se inició nuevamente en Tucumán con falta de precipitaciones. Si bien luego llegaron las lluvias, la demora hídrica ocasionó que un importante porcentaje de las siembras de soja se realizaran en fechas tardías y extra-tardías (realizadas durante el mes de enero). Inclusive se presentaron situaciones muy extremas como la del sur de la provincia, en donde la escasez hídrica fue más severa aún. Esta realidad implica una disminución del potencial de rendimiento del cultivo en nuestra provincia y zonas de influencia y le pone techo a los mismos.
Desde la implantación y en las sucesivas etapas del cultivo, la disponibilidad hídrica fue ajustada, con la característica de prolongados períodos de altas temperaturas que generaron estrés térmico principalmente en la soja, condicionando su crecimiento y desarrollo. A su vez hubo numerosos casos de resiembra por la disminución en el stand de plantas, tanto por las condiciones térmicas e hídricas extremas como por situaciones de planchado.
Asimismo, señaló que las lluvias generalizadas de la segunda quincena de febrero, les trajeron alivio a los productores, ya que permitieron que el cultivo disponga de buena humedad al momento de iniciar las etapas críticas para la soja (formación y llenado de vainas). "Así se podría esperar mejores rendimientos que las dos últimas campañas. Estas fueron sumamente críticas para los productores, no sólo debido a la prolongada sequía que disminuyó el promedio de rindes, sino también por un complejo panorama económico de muy baja rentabilidad", apuntó el especialista.
En lo que hace al aspecto sanitario, la campaña se caracteriza por los crecientes problemas de malezas tolerantes y resistentes al glifosato. Eso obliga al productor a utilizar nuevas estrategias de manejo para controlarla, no siendo totalmente efectivas en muchos casos. Esta situación ocasionó que se observaran lotes donde el control de esta problemática no fue adecuado.
"Respecto a plagas y enfermedades, hasta el momento los niveles pueden considerarse normales, recomendando tener especial cuidado en el control del picudo negro, una plaga con importante presencia, así como también estar atentos a la presencia de la oruga bolillera. Es necesario realizar monitoreos en el cultivo para realizar un manejo adecuado de las plagas", sentenció.
En todo este contexto, se supone que la presente campaña presenta un panorama más alentador que los últimos dos años. "Esperamos mejores rendimientos pero sin aspirar a los máximos potenciales que podría alcanzar el cultivo".
Y es que en la campaña 2012, el rendimiento promedio de la soja se estimó en 1.230 kilos por hectárea, algo así como un 62 por ciento inferior al ciclo 2011, con una producción del orden de las 284.400 toneladas, porque hubo una gran variabilidad en los rindes, con extremos de 500 kilos por hectárea, hasta 2.600 kilos, y área sin cosechar, porque el rendimiento ni siquiera, cubría el costo de la trilla.
Por otra parte, se resaltó la importancia de menos plagas en el cultivo ya que la sequía de la última campaña, afectó notoriamente el desarrollo del picudo chico Promecops sp. y del picudo del tallo Sternechus subsignatus. De esa forma, se considera que en la presente campaña la incidencia de estas especies será muy baja. Por el contrario, el picudo negro de la vaina Rhyssomatus subtilis, ha manifestado una expansión en su distribución en el área sojera de la provincia con incrementos de sus niveles poblacionales en aquellas zonas en donde ya se encontraba establecido, debido a dos factores: la disyuntiva que afrontó el productor durante gran parte del cultivo, a la hora de decidir alguna aplicación para el control de este picudo sin certeza de cosecha del mismo y los frecuentes abandonos de lotes que favorecieron su desarrollo.

Falta de humedad en los perfiles
En términos generales, los valores acumulados de precipitación en la presente campaña estuvieron unos 90 milímetros por debajo del valor normal. Así, respecto de la campaña pasada que fue inferior a la normal, la actual la superó en 223 milímetros, según datos de la Sección Agrometeorología de la EEAOC.
La información da cuenta que durante el período octubre-noviembre de 2013 llovieron 56 mm en Tucumán, lo que representa un 38,5% del valor normal. "Los suelos venían con poca agua en el perfil, debido a la sequía de la campaña 2012/13 y a la sequía estacional. Con las lluvias de la primera quincena de diciembre, los valores acumulados de precipitaciones llegaron a noviembre a cifras cercanas al promedio de referencia, pero luego comenzó un período sin precipitaciones hasta enero del presente año", se indicó.
El informe resaltó que en el mes de enero el período hídrico fue normal, aunque las precipitaciones se concentraron en la primera y tercera década del mes. En el aspecto térmico, las dos primeras decenas de enero fueron las más calientes y se las clasificó como muy superiores a la normal, siendo la tercera la más fresca con valores en promedio normales.
En tanto, en febrero, un mes muy importante para la soja por el llenado de las vainas, las lluvias también fueron normales desde el punto de vista hídrico, con precipitaciones que se concentraron, en su mayoría, en la segunda mitad del mes, con más de la mitad del mes con días nublados.
Ya en marzo: el mes se presentó con un aspecto hídrico inferior a lo normal. La lluvia más importante se registró el día 30, con 63,2 mm (más del 60% de la lluvia del mes). Las temperaturas máximas fueron, en promedio, normales a lo largo del mes, mientras que las mínimas fueron normales en la primera década, inferiores a lo normal en la segunda, y extremadamente inferior a lo normal en la tercera década del mes.
Por otra parte, en materia de soja se sabe que en la provincia de Salta, la siembra se redujo esta campaña en 100.000 hectáreas también por el clima adverso de los últimos años, por peso de las retenciones (35%) y, sobre todo, por la incidencia de los fletes hasta los puertos de Rosario de Santa Fe, que se llevan de 60 a 80 dólares por tonelada y hacen que, en campos alquilados del Norte Argentino, los márgenes den negativo. En tanto, en Santiago del Estero, se implantaron 1.147.000 hectáreas, de las cuales 850.000 se encuentran en Quimilí y sus alrededores y 297.000 hectáreas en el resto de la provincia.
Más del 90% de los cultivos de soja están en buen estado en la provincia, por lo que se prevé un rinde que se ubicaría en los máximos históricos para la región, es decir en el orden de los 2.500 kilos por hectárea.

Revista PRODUCCION: Soja: se aguarda una trilla levemente superior
 
Por Fabián Seidán

Portada de la Edición correspondiente a esta nota Esta nota fue publicada en las páginas Nº 26 y 27 de la edición digital de la revista de Mayo / Junio 2014.
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