El presidente de la Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (Acnao), Pablo Padilla, reconoció al respecto que, por toda esta situación vivida en los primeros meses del año, se esperaría que al final de la campaña se observe una producción menor respecto a la obtenida el año pasado, aunque con mejores expectativas de crecimiento en cuanto a exportación de fruta fresca, debido a la caída de las producciones competidoras de España, Turquía y los Estados Unidos
Para el dirigente industrial, en cambio, se esperaría una merma sensible en la industrialización citrícola local, ya sea en jugos o aceites, simplemente por una baja de producción.
Para Padilla, este año se podrían llegar a cosechar 1,7 millón de toneladas, contra el 1,9 millón del año pasado. “Hay que ver si llegamos a tiempo para levantar toda la cosecha con este tema del protocolo que hay que seguir por la pandemia del coronavirus”, señaló en una entrevista.
Es que el protocolo especifica –entre otras cosas- evitar la aglomeración de personas, por lo que los traslados de cosecheros en colectivos a las fincas se hacen da manera más espaciadas y en las plantas de packaging hay menos clasificadores de frutas para evitar posibles contagios y respetar el distanciamiento social.
Respecto a las exportaciones, sostuvo que hoy estamos en una situación de oferta de contra-estación y con buenos precios y mucha demanda debido a que se trata de productos con gran contenido de vitamina C, que con el tema del coronavirus están siendo altamente demandados.
“Estimamos lograr exportaciones a todos los mercados por unas 300 mil toneladas. Aunque hay un gran signo de interrogación por cómo reaccionarán los mercados económicamente en tiempos de aislamiento social y cuarentena. Si podemos decir que ante el faltante de limones reaccionó positivamente en cuanto a los precios y la demanda. Hoy estamos teniendo alguna mejora de precio que el año pasado”.
Hoy Tucumán tiene una gran oportunidad con sus limones ya que el consumo está creciendo en el mundo a pesar de la crisis (por su vitamina C) y los países productores del hemisferio Norte están con merma de producción.
Del total de producción estimada (1.700.000 toneladas) 1.100.000 se destinaría a la industria, otras 300.000 toneladas irían a la exportación y 150.000 se volcaría como fruta fresca al mercado interno.
Según estimaciones del sector, la campaña podría culminar con una baja de un 13 por ciento respecto a la campaña 2019. “El año pasado, se produjeron 1.900.000 de toneladas, de las cuales 1.400.000 se volcó a la industria para hacer jugos y aceites esenciales; 240.000 fueron exportadas y 150.000 toneladas tuvieron como destino abastecer el mercado interno.
El esquema de prevención dentro del sector citrícola tiene dos ejes centrales: la higiene y la distancia. Ambas cuestiones llevan a ralentizar las tareas tanto de cosecha como de packaging y selección. Además, el sector está trabajando con menos personal. Los colectivos no trasladan la misma cantidad de gente y en los empaques se dispusieron más turnos, pero a menor velocidad para cumplir con el distanciamiento establecido.
Desde la crisis del coronavirus, la demanda y las ventas de cítricos vienen en aumento en todo el mundo. Los precios pasaron de bajos a más que decentes y hasta en el mercado interno se nota una mayor demanda y mejores precios. El Hemisferio Norte tuvo fuerte caída en producción y los productos con alto contenido de vitamina C están siendo altamente demandados. Ante el faltante y la mayor demanda tenemos mejora de precios. Sus exportaciones generan ingresos de divisas de más de 800 millones de dólares.
El sector citrícola en el NOA da trabajo a entre 50 y 55 mil personas, sin contabilizar los empleos indirectos como por ejemplo en el transporte. Solo en Tucumán, la principal plaza exportadora del mundo, hay implantadas unas 50 mil hectáreas con limoneros. Hay 14 industrias entre Tucumán, Salta y Jujuy.
La producción limonera española, predominante en los mercados europeos en estos momentos, tiene hoy muchas limitaciones, no sólo porque este año tuvo una cosecha menor, sino por las medidas de higiene y restricciones que se aplicaron para contener el coronavirus, además de las persistentes lluvias con eventuales inundaciones.
También Turquía tuvo problemas climáticos (heladas) lo que hizo que llegara con volúmenes limitados al mercado europeo.
Se han publicado estudios que afirman que con el limón, así como otros cítricos y productos con alto contenido de vitamina C, se pasa mejor la COVID-19 al reforzar el sistema inmunitario. Esto, unido a que es un producto que puede mantenerse fresco por más tiempo que otras frutas, es lo que está motivando a los consumidores a aumentar sus compras en Europa y el mundo.
ACNOA señaló en un comunicado que desde lo económico las cosas no están del todo bien. “Los productores tendrán que sortear un año complejo. Los insumos para producir y exportar se mantienen en dólares generando un costo extra frente a la campaña anterior. También se mantienen las dificultades y restricciones en toda la operación logística por la infraestructura deficiente en el país sumado a la fuerte suba en el precio de los fletes que se presentan este año. Otro aspecto que sigue afectando la competitividad del sector son los derechos de exportación vigentes al 5% que generan una presión asfixiante hacia toda la actividad en un marco insostenible de carga de impuestos locales, provinciales y nacionales”.
El ingeniero agrónomo Hernán Salas, director asistente en investigación y tecnología agropecuaria de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC), reconoció que el año en curso será mejor respecto al 2019 en cuanto a calidad de fruta, aunque también vislumbra una caída importante de la producción, en el orden del 20 por ciento. Así lo indicó en una entrevista en medio de la pandemia por el coronavirus. “La fruta es de buena calidad pero hay una menor producción local. No sólo en Argentina pasa esto, sino en todo el mundo. Todos los países tienen menos fruta cítrica, en el orden de un 20 por ciento menos (España, Turquía, Estados Unidos). Argentina ha tenido una temporada con menos humedad y bajas precipitaciones en noviembre y diciembre, meses donde las plantaciones soportaron temperatura muy cálida”, apuntó.
En cuanto a la venta de limones al mundo, Salas fue más cauto: “Hoy tenemos fruta con buena calidad y hay una menor competencia de países productores en el mercado europeo. Sin embargo, hay muchas formas de ver qué puede pasar con las exportaciones argentinas. Sabemos que por el coronavirus hay mucha demanda de fruta fresca cítrica por su aporte en vitamina C, pero también sabemos que la pandemia afectó la economía y los bolsillos de la gente en eso países. Por lo que es una incógnita lo que pueda llegar a pasar con las ventas del sector.