Revista ProduccionRevista Produccion

   inicio      última versión digital       ediciones anteriores     mercado de granos       el tiempo       contáctese con la editorial       guía de proveedores 
Regresar al sumario

Nov (2015)/Dic 2015


Economía

productores de tucumán en la búsqueda de la competitividad perdida

Fue un año difícil para las distintas actividades productivas
que se desarrollan en la provincia y, salvo el sector limonero, caña de
azúcar, granos gruesos, trigo y frutilla, debieron lidiar con factores climáticos,
políticos y económicos adversos, que los condicionó en materia productiva.
"En materia de frutilla, la temporada se presentó complicada porque
el otoño y el invierno fueron estaciones con muchas precipitaciones
y humedad. Las lluvias saturaron los suelos e impidieron su correcta
preparación a tiempo, lo que retrasó las plantaciones casi un mes".


El azúcar y el trigo son los productos con menor competitividad del país. Así lo indica un informe de la consultora Economía & Regiones (E&R) que subraya además que una quita de las retenciones no alcanzaría para mejorar el rendimiento de la principal industria tucumana ya que el atraso cambiario, más la inflación y la presión fiscal terminan por ahogar a los productores, sobre todo a los más pequeños. Pero el informe no se queda simplemente con estos dos productos y agrega que son muchos los cultivos agrícolas regionales que dejaron de ser rentables, y por eso las economías del interior del país enfrentan una severa crisis de competitividad.
El informe relevó la competitividad de 19 producciones de agrícolas de todo el país donde precisa que el azúcar, una de las principales agroindustrias de Tucumán, resignó el 51% de competitividad, entre 2011 y 2015. Así, el azúcar lidera el ranking junto al trigo, seguidos por el algodón (-47%), cuero (-40%), poroto de soja (-35%), naranja (-34%), y girasol (-31%).
Para entender por qué las economías regionales perdieron competitividad se enumeran los siguientes factores: el retraso del tipo de cambio (la relación entre el peso y el dólar) sumado a la elevada presión tributaria, el avance de los costos de transporte para exportar, los problemas de infraestructura, las regulaciones para importar y para vender al exterior, la brecha entre salarios y productividad del trabajo, la inflación y la caída de precios internacionales.
Cada producto de las economías regionales está gravado con retenciones a la exportación. Por eso, una eventual quita de este impuesto mejoraría la competitividad de los cultivos, en el mercado internacional, aunque en diferentes magnitudes.
Los productos más beneficiados serían los que están gravados con las alícuotas más altas, como son el complejo sojero (entre 32% y 35%), el girasol (30%), el trigo (23%) y el maíz (20%).
En cambio, la mejora sería muy marginal para los productos con bajas alícuotas de retenciones, como el azúcar que tiene una retención del 5% sobre el precio de exportación.
"Una quita de 100% de las retenciones mejoraría la competitividad de la soja, del girasol, del trigo y del maíz en un 54%, 43%, 30% y 25%, respectivamente. En el caso del azúcar, de la manzana y de la naranja, la mejora sería del 5%", subrayó la consultora. Por esta razón, agregó E&R, para mantener a flote los productos de las economías regionales, que sufrieron un mayor deterioro de su competitividad, la política económica debería acudir a otros instrumentos que permitan aliviar otras cargas impositivas. Además, es necesario que se modernicen la infraestructura de transporte de manera que se abaraten los costos del flete para exportación", concluyó la consultora.
Desde la Sociedad Rural de Tucumán (SRT), el presidente José Ignacio Lobo Viaña, enumera que el aumento de los costos por la inflación, la presión fiscal y los efectos del tipo de cambio actual, son algunos de los factores que produjeron la crisis en el sector agrícola.
"La situación empeora año tras año. El trigo, por ejemplo, se ve afectado en la región por los costos del flete a los puertos, las obligaciones tributarias provincial y nacional, entre otras cargas. En maíz, también está en un escenario gravísimo".
Agregó que el caso más llamativo es el valor que recibe el tambero por su leche, que cobra $ 2,30 por litro; mientras que en las góndolas de los súper el consumidor abona un promedio de $ 12 y $ 13. Lo mismo pasa con las manzanas, los cítricos y otros productos de las economías regionales.
Los ruralistas cuentan, por ejemplo, que reciben 50 centavos por un kilo de naranjas; perciben $ 1 por uno de tomate; $ 1 por uno de pan; $ 1,50 por uno de manzanas; y $ 2,40 por un litro de leche pagada en las tranqueras.
Estos valores son entre un 1.700% y 2.500% menores frente a los precios que alcanzan en las góndolas de los supermercados o bien en el comercio minorista. Según los ruralistas, el próximo gobierno que asuma el 10 de diciembre deberá tener en cuenta esa diferencia para atender la problemática sectorial.
Sebastián Robles Terán, vicepresidente de la Sociedad Rural de Tucumán (SRT), advirtió que "sacando las retenciones al campo se mejorará el tipo de cambio: en el caso de la soja hoy tenemos un dólar de $ 5,90 y los insumos que pagamos (para encarar la su cosecha) se hacen a 13, 14 o 15 pesos".
La Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres -EEAOC-también reconoce la situación desfavorable para los hombres de campo y dice en uno de sus informes elaborado por la Sección Granos: "Mientras que en 2006 se necesitaban alrededor de 3 toneladas por hectárea de maíz, y 1,3 tonelada de soja, para cubrir los costos de barbecho a cosecha y administración y estructura; hoy se necesitan 10 toneladas por hectárea de maíz y 3 toneladas de soja, sin considerar el costo del arriendo. Ese diferencial de costos se debe a que hubo un aumento de los gastos de barbecho a cosecha del orden del 108% en maíz y 129% en soja".
Y subrayan que "La problemática de la producción de granos es compleja, especialmente en el caso del maíz, cultivo imprescindible desde el punto de vista de la sustentabilidad ambiental en el NOA. Este cultivo requiere medidas inmediatas como la eliminación de retenciones, la regularización de las exportación y los reintegros automáticos del IVA".
Este año la campaña de granos gruesos terminó el año con números apenas buenos en soja pero no tanto en maíz, poroto y garbanzo.
Es más, en trigo, hubo un retroceso de la superficie sembrada, y amenaza con bajar el área de producción porque los números no cierran ni aquí ni en el centro del país.
Se está muy lejos de las 60.000 hectáreas de 2014, y más cerca de reeditar las 12.000 hectáreas que se sembraron en el invierno de 2013. Vale recordar que la producción triguera creció en Tucumán de la mano de la tecnología, de la siembra directa, y por su condición de cultivo complementario y de cobertura de suelo invernal.
Pero disminuyó debido a decisiones políticas desacertadas y a condiciones climáticas adversas durante los últimos años.
En lo que hace a la agroindustria azucarera, terminó la zafra luego de seis meses de molienda y lejos de las proyecciones de producción esperadas de acuerdo a la materia primera disponible en la provincia.
Se estima que la producción en Tucumán alcanzó 1,42 millón de toneladas de azúcares, quedando mucha caña en pie disponible para la próxima zafra. Se cree que unos 3 millones de surcos de caña quedaron en pie, sin cosechar hasta la zafra 2016.
En citricultura (sector limonero), la situación no fue tan mala. Los productores reconocen que lograron cubrir los costos de la temporada a partir de las buenas exportaciones y el buen manejo de la oferta del producto en los distintos mercados, lo que posibilitó mantener el precio en dólares.
La producción de fruta fresca creció un 60% respecto de 2014, al igual que el volumen de exportación, que fue un 25% mayor comparado con el resultado del año pasado.
Europa estuvo comercializando a buenos valores. A diferencia de 2014, en 2015 se vio una estabilidad de precios mayor.
En materia de frutilla, la temporada se presentó complicada porque el otoño y el invierno fueron estaciones con muchas precipitaciones y humedad. Las lluvias saturaron los suelos e impidieron su correcta preparación a tiempo, lo que retrasó las plantaciones casi un mes.
Daniel Kirschbaum, de la División Frutihorticultura del INTA Famaillá, indicó que al ser un año húmedo, hubo pérdidas de plantas por hongos patógenos que habitan el suelo. Y aclaró que después, en el período de la cosecha, las lluvias causaron daños directos en la fruta y crearon condiciones para el ataque de hongos y, más tarde, cuando llegaron días más secos, cálidos y luminosos, el productor debió lidiar con la arañuela roja, la principal plaga de la frutilla.
Este año la superficie destinada a frutilla en Tucumán fue de 310 hectáreas debido a que el sector también se ven afectados por los altos costos de producción, los elevados fletes, el bajo precio de la fruta industria y la caída de las exportaciones.

Revista PRODUCCION: productores de tucumán en la búsqueda de la competitividad perdida
 
Revista PRODUCCION: productores de tucumán en la búsqueda de la competitividad perdida
 
Revista PRODUCCION: productores de tucumán en la búsqueda de la competitividad perdida
 
Por Fabián Seidán

Portada de la Edición correspondiente a esta nota Esta nota fue publicada en las páginas Nº 26, 27 y 28 de la edición digital de la revista de Noviembre (2015) / Diciembre 2015.
Haga click aquí para verla en nuestra Versión Hojeable







©1995-2024 Revista Producción. República Argentina  República Argentina. Todos los Derechos Reservados.    |    Contáctese con la EditorialWebsite desarrollado por InterNet Tucuman