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Nov (2019)/Ene 2020


Citrus

consideraciones de la campaña 2018/19 y perspectivas

Hernán Salas, Coordinador del Programa Citrus y Director Asistente de la EEAOC y Gabriela Fogliata, se refirieron a la situación de la última campaña limonera en la provincia como así también a las perspectivas.

Revista PRODUCCION: consideraciones de la campaña 2018/19 y perspectivas
 
Revista PRODUCCION: consideraciones de la campaña 2018/19 y perspectivas
 

El Ingeniero Agrónomo Hernán Salas, Coordinador del Programa Citrus y Director Asistente de la EEAOC, se refirió a la situación de la última campaña limonera en la provincia como así también a las perspectivas tanto de producción como de mercados de la fruta fresca en 2020. El tema climático, y cómo afecta al sector y a la calidad de la fruta.
"Las condiciones ambientales, durante todo el ciclo y no sólo en la etapa de desarrollo de la producción, siguen siendo uno de los factores condicionantes en el éxito de la campaña citrícola. En la última campaña, las abundantes precipitaciones ocurridas durante los meses de marzo, abril y mayo dificultaron seriamente el inicio de la cosecha. Asimismo, las mencionadas condiciones provocaron un marcado deterioro de parte de la infraestructura (callejones, caminos, playas de carga) y además generaron condiciones altamente predisponentes para las infecciones de fin de campaña y de poscosecha de distintos patógenos. Al no iniciar la cosecha, la fruta siguió su evolución en la planta alcanzando calibres superiores a los aptos para la exportación. Hubo pocos lugares donde se pudo cosechar a tiempo, permitiendo iniciar la exportación, tanto a Rusia como a Estados Unidos. Un gran inconveniente se presentó también por la existencia de grandes volúmenes de fruta en la Unión Europea provenientes de España lo que dificultaba la comercialización óptima del limón argentino".
"Productivamente, en términos cuantitativos, la campaña 2018/19 fue excelente. Aproximadamente 1.200.000 toneladas fueron procesadas en la industria tucumana, mientras que el volumen exportado como fruta fresca fue un poco más de 230.000 toneladas. El mercado interno normalmente absorbe algo más de 100.000 toneladas".
Salas remarcó que de acuerdo a estimaciones realizadas por técnicos y productores, en el campo habrían quedado algo más de 200.000 toneladas de baja calidad (por tamaño, color o sanidad) sin cosechar que se terminaron perdiendo por falta de oportunidades de comercialización.
Por otra parte, se refirió a los precios de la etapa inicial de la campaña: "Generaban alguna expectativa. Sin embargo, con el transcurrir de los días la situación empeoró y el esperado repunte que se preveía para el final, nunca llegó, agudizando más aun la difícil situación del sector. Esto obedeció a un año de gran producción en todos los países productores del hemisferio norte".
"Con los resultados recientes, el productor deberá recurrir a una verdadera ingeniería para diseñar una estrategia adecuada para la campaña en curso. Pensar en una salida tan simple como reducir los costos de producción puede resultar muy peligroso. Es evidente que la mejor manera en que podremos defender el valor de la producción en el corto y mediano plazo será elevando los porcentajes de fruta exportable, por lo que si pensamos en bajar costos sacrificando tratamientos fitosanitarios, difícilmente estemos acertando en la estrategia".
Recordó que la EEAOC trabaja desde hace ya muchos años en procura de mejorar la calidad de fruta mediante varias medidas, una de las cuales y muy importante es el control de enfermedades que afectan la cosmética del fruto y además constituyen una traba cuarentenaria, como lo son la cancrosis y mancha negra. En el primer caso, la cobertura permanente con fungicidas cúpricos y el control eficiente del minador mientras tengamos frutos con tamaño susceptible a ser infectados es fundamental, mientras que en el segundo caso, la incorporación de estrobilurinas junto a los cúpricos, también serán de gran ayuda.
"Según información que surge en los últimos días, la producción del hemisferio norte tendría una importante caída para la próxima campaña. Países como España, Turquía y Estados Unidos ya anunciaron una marcada disminución de sus cosechas. También se sabe que la sequía está causando importantes pérdidas en Mejico y Chile. Esto sin duda alguna debiera ser aprovechado por Argentina para recuperar su lugar en los mercados y alcanzar nuevamente los buenos negocios. Para esto, sin duda alguna, la disponibilidad de fruta fresca de calidad (tanto cosmética como sanitaria) será de fundamental importancia y a este objetivo, será muy difícil alcanzarlo sin una inversión adecuada y un uso estratégicamente eficiente de los recursos".
Por su parte, la Ingeniera Agrónoma Gabriela Fogliata (Coordinadora de la Sección Fitopatología área Cítricos de la EEAOC) hizo hincapié en un punto importante: El período clave para el cuidado de la sanidad del fruto del limón. Al respecto comentó: "La calidad de la fruta del limón en la cosecha 2019 se vio muy afectada por la alta severidad de botrytis y melanosis, tanto en zonas de Tucumán donde generalmente estas enfermedades se presentan con alta incidencia (especialmente entre Lules y Aguilares), como en otras zonas donde no suelen causar daños significativos (como ser en los extremos norte y sur del área citrícola de la provincia). Esto se debió a la gran cantidad de lluvias registradas en la primavera 2018, especialmente en el mes de octubre, acompañada de temperaturas óptimas, causando un total de horas de periodos con "condiciones favorables a la infección" que duplicó los valores normales. También, se registraron en algunas zonas infecciones severas de cancrosis, más relacionadas a las lluvias tardías de otoño y a la presencia de fuertes daños del minador de los cítricos".
Agregó: "El fruto que se cosechará en la campaña 2020 está actualmente en pleno crecimiento, siendo esta etapa clave en el cuidado de su sanidad ya que es la fase de susceptibilidad a la infección de enfermedades como melanosis, mancha negra y cancrosis".
La investigadora remarcó que desde la caída de pétalos, o en algunos casos desde la pre-floración, ya se vienen realizando aplicaciones con cúpricos, adicionando en algunos casos estrobilurinas. Los activos químicos permitidos actualmente son escasos por lo que es muy importante maximizar la eficiencia en el uso de los mismos. Además de respetar las dosis y volúmenes recomendados para el control de las enfermedades, recalcó la importancia de mantener una adecuada frecuencia de aplicación, ya que los controles son de tipo preventivo.
Asimismo, destacó la importancia de disminuir las fuentes de inóculo a través de la "poda de seco" y "remoción de los restos de poda", que se debe realizar apenas finalizada la cosecha, debido a que las ramas secas son un reservorio de los hongos causantes de botrytis, melanosis y mancha negra; así como la remoción de los frutos maduros que pudieran quedar en las plantas con síntomas de mancha negra y que son una importante fuente de inoculo para la fruta nueva que está en crecimiento.
"La presente primavera se está desarrollando con condiciones ambientales menos favorables que la campaña pasada para la infección de enfermedades como melanosis (que requieren mayor cantidad y continuidad de horas de mojado de los órganos susceptibles, hojas, ramas verdes y frutos). En el periodo comprendido entre septiembre y noviembre de la actual campaña, se están registrando aproximadamente la mitad de horas con condiciones favorables para melanosis que similar periodo de la campaña pasada. Por ejemplo, alrededor de 220 horas en Aguilares y Monteros, 148 horas en la Cocha y 120 horas en El Rodeo, en la presente campaña; mientras en la anterior se registraron 440 horas en Aguilares y Monteros, 300 en La Cocha y 310 en El rodeo, para ese mismo periodo", apuntó.
"Sin embargo -dijo-, hay que tener en cuenta que la mancha negra requiere condiciones distintas, y no tiene una correlación tan directa con el volumen de lluvia caída en primavera sino que otras variables pueden condicionar su mayor o menor incidencia, como ser periodos alternados de humedecimiento y secado durante la primavera. Por esto, mantener las dosis, volúmenes y frecuencia adecuada de aplicación permitirá reducir las probabilidades de infección. Se debe tener en cuenta que los fungicidas cúpricos requieren aplicaciones periódicas, no solo por la remoción causada por las lluvias, sino también por el crecimiento de los órganos vegetales que deja áreas desprotegidas por ser los cúpricos fungicidas protectores".t

Por Fabián Seidán

Portada de la Edición correspondiente a esta nota Esta nota fue publicada en las páginas Nº 20 y 21 de la edición digital de la revista de Noviembre (2019) / Enero 2020.
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