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Técnicos del INTA determinaron que las proteínas de estrés térmico atenúan los efectos de daño por frío y mejora la calidad de las frutas. Una práctica que aumenta la vida útil. Tucumán aporta el 84% de los limones del país, cultivados en 35.000 hectáreas. La Unión Europea recibe el 76% de las exportaciones de limones tucumanos, seguida por Europa del Este, que compra el 19%. Esto significó que en 2010 se exporten 260 mil toneladas de fruta fresca por 180 millones de dólares. Así, investigadores del INTA determinaron que el tratamiento de curado en poscosecha es la mejor opción para aumentar la calidad y la preservación de los cítricos para su exportación, lo que permitirá expandir el comercio de limones hacia nuevos mercados mundiales. De acuerdo a los resultados, durante ese tratamiento los frutos son sometidos durante dos días a una temperatura de 36 °C que, aplicado durante el manejo poscosecha, permite atenuar el efecto posterior que producen las bajas temperaturas en el almacenamiento de los cítricos.
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