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Nov/Dic 2010


Caña de azúcar

La caña de azúcar volvió a ser el motor del NOA

Entrevista: Fernando Nebbia

El presidente del Centro Azucarero Argentino, Fernando Nebbia, se refirió a la actualidad y futuro de la agroindustria, destacando que ha vuelto a seducir a las inversiones. Un gran abanico de posibilidades se abre a partir de la materia prima.

Revista PRODUCCION: La caña de azúcar volvió a ser el motor del NOA
Fernando Nebbia, presidente del Centro Azucarero Argentino
 
Revista PRODUCCION: La caña de azúcar volvió a ser el motor del NOA
 

Industriales azucareros, productores cañeros, y demás referentes de la "Madre Industria" del país se reunieron en Tucumán para plantear las estrategias de desarrollo del sector para los próximos diez años, en el marco de la Jornada "Tucumán es Azúcar - Azúcar es Energía". En la oportunidad disertaron el presidente del Centro Azucarero Argentino, Fernando Nebbia; el presidente del Centro Azucarero Regional Tucumán (CART), Julio Colombres; el titular del Centro de Agricultores Cañeros de Tucumán, Otto Gramajo; Roberto Soppena, del INTA Famaillá, y Jorge Scandaliaris de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres -EEAOC-, entre otros.
Los temas tratados fueron: "Posibilidades de crecimiento del área cultivada con caña de azúcar en la provincia de Tucumán", "La evolución del sector azucarero en los últimos 10 años", "Actualidad en el sector azucarero. Innovaciones y mejoras", y "Perspectivas de la actividad azucarera 2010-2020".
Revista Producción estuvo presente y en la oportunidad rescató el siguiente diálogo con Fernando Nebbia y Julio Colombres sobre lo que viene para la agroindustria de la caña de azúcar.



¿Cuál es la importancia de este encuentro para la actividad azucarera?
Estamos acá para analizar lo que está pasando y lo que va a pasar en Tucumán en los próximos 10 años. Y puedo decir que todos en el sector tenemos el optimismo que nos está dando hoy el mercado mundial, con todas las características de las cosas que hemos hecho bien para sobrevivir en los últimos 20 año -lo cual no era normal que una industria sobreviva y lo logramos hacer-, contando con nuevos incentivos como la ley de biocombustibles, la cogeneración de energía y las distintas alternativas que adicionalmente presenta la caña de azúcar.



¿Y cómo ven el futuro teniendo en cuenta esos incentivos?
Para hablar del futuro, tenemos que decir que estamos satisfechos con las cosas que se hicieron dentro de la agroindustria, muchas más cosas de las que los tucumanos perciben a simple vista, ya que se debe tomar en cuenta que además de crecer en lo productivo, se creció en materia de cuidado del medioambiente y eso excede lo que pensábamos que éramos capaces de hacer. Por que hoy contamos con seis calderas de última generación, con filtros incorporados, con emisión de micropartículas al aire de norma internacional, con inversiones de 52 millones de dólares y la mayoría de lo ingenios está con filtros húmedos.



¿Hay más conciencia, se podría decir por parte del cañero y del industrial?
En cosecha de caña hoy hay más conciencia de parte de todos los que integramos la familia azucarera, está claro que hemos hecho un buen trabajo de sustituir caña quemada por caña cosechada en verde. Pero hay que decir que la quema de caña es un tema que debe ser tratado con prudencia. Porque está el tema del cañero chico (pequeño minifundista) que si no quema, se verá afectado y su supervivencia como productor peligra. Es que el cañero chico se ve obligado a hacer cosecha manual, sin máquinas, porque la cosechadora no da para un surco pequeño, no es rentable, y si no quema, entonces desaparecerá, ya que los costos se van a las nubes. Entonces Tucumán y su Gobierno tienen que tomar una decisión estratégica en el sentido que tienda a permitir a aquellos cañeros pequeños que no llegan al 10 por ciento del sector, a que quemen caña pero con prolijidad y prudencia, tomando las medidas de seguridad del caso. Así se evitará que estos pequeños minifundistas tengan un futuro triste.



¿Cómo están trabajando con el tema de los biocombustibles y el corte de naftas?
En el tema de los biocombustibles, es cierto que no estamos trabajando con la celeridad que debiéramos, pero también es cierto que el Estado demoró mucho en las decisiones y que los beneficios de los acuerdos firmados el año pasado y la ausencia de créditos para el sector, hizo demasiado dificultosas las inversiones que se debieron hacer. También es difícil de que alguien que maneja un ingenio y que produce azúcar, y que puede venderla a 2.500 pesos la tonelada, resigne esa posibilidad de hacer más azúcar para hacer alcohol. Hoy, hacer azúcar es más conveniente porque se puede vender bien en el mercado internacional, entonces se hace difícil destinar caña para alcohol, a un precio menor.



¿En materia energética, hubo algún avance?
Es factible que los ingenios que operan en Tucumán lleguen a generar 400 megavatios por hora y eso significa un ingreso muy importante para la provincia a la vez que viene a solucionar problemas parciales a Tucumán en materia de generación de energía eléctrica, sobre todo aportando a donde no hay capacidad para llevar energía eléctrica. Los ingenios azucareros inyectan al Sur de la provincia electricidad para evitar cortes.



¿Qué lectura hace de la situación actual del sector y el rol del Estado?
Que nos preocupa el incumplimiento de normas en todas las esferas de la vida. Hoy, por ejemplo, dentro de la actividad azucarera algunos dejaron de entregar alcohol porque no lo ven como negocio. Es más negocio vender azúcar hoy y este es solo un ejemplo. Preocupa cómo jugamos los partidos. Tenemos dentro de los riesgos, un Estado que no cumple la función de árbitro, para hacer cumplir las normas, lo peor es que cuando le conviene mira y cuando no, hace la vista gorda, y eso en el sector azucarero es letal. Eso genera la posibilidad de anarquía en el sector. Creo que con el Estado o sin el Estado, es imprescindible hacer algo parecido a lo que hicieron los españoles después de la guerra civil, firmar aquí un acuerdo nacional azucarero que contemple e incluya a todos los facto-res que son parte y responsables. Porque nosotros tenemos la responsabilidad de aprovechar las oportunidades que no muchas veces tiene Tucumán.



¿Y cuál es el futuro de la industria azucarera?
Creemos que tiene un futuro brillante porque no se habla solo de la industria azucarera argentina, sino de la industria sucro-alcoholera, sucro-energética, y el paso que sigue creemos, es sucro-química, en un futuro muy cercano. Cada una de estas etiquetas que le ponemos a la Madre de las Industrias para calificar a la azucarera, tiene necesidades tecnológicas, científicas y empresariales de enorme magnitud. Significan saltos importantes hacia delante, en el desarrollo de la producción. La caña ha vuelto a seducir, atrae las inversiones, en la fábrica, en el surco, en el industrial, en el cañero; la azucarera volvió a ser el motor de la economía del NOA.



¿Cuál es la visión de futuro de la agroindustria en el período 2010-2020?
Lo primero que se nos ocurre es que el futuro no es el lugar hacia donde estamos yendo, el futuro es el lugar que estamos construyendo y dependerá de lo que hagamos hoy, cuál será el resultado que obtengamos cuando lleguemos a la fecha 2020. El trabajo permanente, sin descanso, no de tanto ruido, pero sí con determinación, es el que nos llevará a un futuro de éxito. Si tengo que decir cómo visualizo a la industria azucarera y su futuro, en mi mente matemática, digo que la veo como un triángulo escaleno: Hasta el 2010 la industria azucarera tuvo un gran avance al azúcar, el lado más largo, el alcohol y el más pequeño, el bagazo cuando se utilizaba para quemar en la industria como autogenerador de energía. Hoy, con la muchas posibilidades, el bioetanol, la bioenergía, los fertilizantes, la base sigue siendo el azúcar, pero ahora tiene varios lados con el alcohol, la energía, los fertilizantes, el biodiesel, los plásticos, y la agroquímica. Hay muchos desarrollos que se están forjando ya en el mundo. Atrás de esto está la celulosa, y hay otras: está la utilización de la maloja para generar energía. Como ve, las oportunidades son muchísimas.



Usted habla de biodiesel...
Sí, porque el biodiesel es posible en Argentina a través de la caña y particularmente me atrae. No me refiero a la destilación del etanol, porque es un proceso caro para llegar a hacer biodiesel desde el etanol. Pero en Brasil observé que una importante empresa química ha desarrollado un procedimiento para generar biodiesel directamente por fermentación del jugo de azúcar, al moler azúcar. Y sin necesidad de ser destilado. Esto es otra alternativa que nos brinda la biotecnología y que puede estar disponible en los próximos años en Argentina teniendo en cuenta que el año que viene ya habrá producción de biodiesel en Sao Paulo donde sería utilizado en el transporte urbano.



En materia de números, ¿qué lectura hace de la actividad hoy y en un futuro?
Hoy Argentina cuenta con un área cañera cuya superficie llega a 325 mil hectáreas, repartidas 100 mil en el Norte, 250 en Tucumán, y en 10 años pasaríamos a tener en Argentina una superficie de 400 mil hectáreas. A razón de 75 toneladas de azúcar por hectárea que se están produciendo hoy, nos llevaría a contar con 3 millones de toneladas de azúcar. Ahora bien, si la productividad de la caña aumentara a un promedio de 90 toneladas por hectárea, con 85 en Tucumán y 100 en el Norte (Salta y Jujuy), entonces se alcanzarían los 3,5 millones de toneladas de azúcar. Esto permitiría satisfacer nuestra demanda de consumo que es de 1,8 millón de toneladas; tendríamos 1,2 millón de toneladas de excedentes de los cuales 400 mil toneladas de ellas serían para satisfacer el 10 por ciento del corte de naftas, 400 mil para la exportación y así atender a los distintos mercados que se están abriendo y otras 400 mil para energía, plástico, fertilizantes.



¿Qué necesita el sector para crecer?
Simple. Tenemos que trabajar coordinadamente todos los agentes del sector para alcanzar los beneficios que la actividad se merece. Ese mismo proceso de reconversión, de supervivencia que vivió el sector durante 20 años, con precios internos deprimidos, produjo una disolución del interés común dentro del sector azucarero argentino, tratando cada uno de resolver su problema individualmente y tratado de sacar alguna ventaja en el camino. Eso, tanto del lado de la industria como de los cañeros. Por eso digo que si no estamos comprometidos todos los agentes económicos para participar en una Mesa Azucarera, y ver en conjunto las políticas que se acuerden, no hay futuro para la industria azucarera. Creo que el futuro esta ahí; tenemos una brillante oportunidad, pero si no vamos juntos, difícilmente llegaremos bien.



Para terminar, Fernando Nebbia dejó un ejemplo muy claro: "Por qué digo que debemos todos trabajar en conjunto, por la siguiente razón: la Argentina tiene ingresos per capita de 8.200 dólares anuales, y en Tucumán es de 6.000 dólares. En Brasil, el ingreso per capita es de 16.000 reales (algo así como 7.000 dólares), pero el ingreso per capita del brasileño en la zona cañera es de 27.000 reales. Esto significa que Tucumán está recibiendo la mitad del ingreso per capita de lo que podría recibir si trabajara en forma conjunta. Estamos perdiendo plata, el camino es trabajar en conjunto, de nosotros depende".

Por Fabián Seidán

Portada de la Edición correspondiente a esta nota Esta nota fue publicada en las páginas Nº 28 y 29 de la edición digital de la revista de Noviembre / Diciembre 2010.
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