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Sep/Oct 2013


Congresos

Congreso Nacional Argentina CREA 2013

Se realizó en la ciudad de Córdoba en el Estadio Orfeo, del 4 al 6 de setiembre, el Congreso CREA 2013. En esta oportunidad, se trató de vislumbrar las nuevas reglas del orden mundial, bajo diferentes visiones. Se analizaron los escenarios globales y las tendencias que se avecinan desde un marco geopolítico, tecnológico, social y económico.

Revista PRODUCCION: Congreso Nacional Argentina CREA 2013
 
Revista PRODUCCION: Congreso Nacional Argentina CREA 2013
Mariana Díaz
 
Revista PRODUCCION: Congreso Nacional Argentina CREA 2013
Iván Ordoñez
 
Revista PRODUCCION: Congreso Nacional Argentina CREA 2013
Alejandro Blacker
 

Hacernos cargo: las oportunidades dormidas

Así lo indicó Mariana Díaz, periodista ambiental de C5N y directora de comunicación de la Fundación R21, durante el XX Congreso Nacional CREA que se desarrollarró hasta el próximo viernes La periodista recalcó que hoy el mundo tiene 7000 millones de personas para alimentar. Eso exige producir cada vez más y mejores alimentos, “pero en el contexto de un planeta sano que nos brinde las materias primas necesarias”.
Hoy el planeta no está sano, expresó la oradora, quien recordó que el 40 % de los océanos están cubiertos por islas de basura y se está deforestando un área equivalente a cancha de fútbol cada dos segundos. Para revertir esa situación, Díaz convocó a “la revolución de la sostenibilidad”, que demandará superar falsos dilemas, por ejemplo, la dicotomía entre medioambiente y desarrollo. “Necesitamos de ambas cosas para poder construir nuestro futuro”, dijo.
De producirse ese cambio, el panorama es optimista, especialmente para Latinoamérica. “Tenemos la mayor superficie cultivable del mundo y la más alta disponibilidad de agua dulce por persona del planeta”, expresó la oradora.

Hay que dialogar con el sector financiero
El economista Iván Ordoñez, especializado en agronegocios, vinculó al futuro del sector agropecuario argentino con los llamados “activos colectivos”. Según explicó, los productores históricamente se preocuparon por los riesgos “tranqueras adentro”, es decir, aquellos intrínsecos a la actividad, como los vinculados con el clima y los precios.
En ese sentido, dijo que “hemos encontrado formas sistémicas de abordar estos riesgos, por ejemplo, a través de la implementación de mejores prácticas, de distintas certificaciones y del uso de coberturas financieras”.
“Hoy quiero hablar de los riesgos que manejamos interactuando con la sociedad, con otros sectores”, dijo Ordoñez, quien se desempeña como gerente financiero de Dactilys. “Ya buscamos reducir los riesgos individualmente. Ahora es el momento de bajarlos de manera colectiva. Para eso hay que charlar con otros sectores, como el financiero”.
En el esquema actual, el mundo financiero presta dinero a quienes tienen garantías. Por ejemplo: tierras. Pero ocurre que el 60% de la agricultura argentina se hace en campos alquilados. Por ende, los productores deben financiarse con fondos propios o con modalidades como pools de siembra. Como consecuencia, no sólo se perjudican los productores. “Eso impone la necesidad de hacer comprender al sector financiero que el mejor productor no es el que tiene tierras, sino aquel que logra asegurar un flujo de ingresos estable que le permita repagar el crédito”, indicó.
“El diálogo tiene que surgir desde nosotros hacia afuera. La propuesta no llega del otro lado. Me imagino un futuro lleno de activos colectivos, de gente dialogando para resolver los problemas, al darse cuenta de que se están agotando aquellas soluciones individuales que corren solamente por cuenta propia”, concluyó Ordoñez.

El arte puede transformar
“Ver a un niño tocando el violín en una villa genera un contraste muy fuerte. Pero es maravilloso que alguien piense en ese modelo de país y de planeta. Tenemos que empezar a revisar nuestra educación y nuestra cultura”. La frase pertenece a Milo Lockett, artista plástico chaqueño que dona anualmente un promedio de 40 obras para subastas a beneficio del Hospital Pediátrico de Resistencia.
“El arte es un derecho que tiene toda la sociedad. Todos tenemos derecho a participar en el mundo del arte. Pero debemos hacer hincapié en los sectores más vulnerables”, dijo.
Una anécdota: en los últimos cinco años, Lockett viajó mucho por la Argentina. Así conoció a una docente, en Mendoza, que en el año 2008 fundó, “en el medio de una nada”, un colegio. Tenía 25 alumnos, hijos de puesteros. “En el fondo había un corral con caballos. Le pregunté a la docente si hacían alguna actividad con esos animales y me respondió que no; eran los caballos con los que los chicos llegaban al colegio. ¿No vale la pena pensar que tenemos la oportunidad de dar una mejor formación y educación a esos chicos?”, cuestionó el orador.

Discutir ideas, no personas
“El sistema político se vició a tal punto que en naciones emblemáticas de la democracia moderna vemos a padres e hijos como presidentes, algo más digno de una monarquía”, opinó Santiago Siri, emprendedor tecnológico y fundador del Partido de la Red (@PartidodelaRed), un emprendimiento para expandir “el ancho de banda” de la participación democrática usando los medios sociales.
“Vengo del mundo de las redes. Nací en 1983 y viví toda mi vida en democracia”, dijo. Y señaló que existen tres tipos de redes: Redes que van de uno a muchos. Por ejemplo, una monarquía, con un rey decidiendo los destinos de muchísimos súbditos. Redes que van de pocos a muchos. Es el modelo industrial; de pocas empresas, a muchos consumidores. De pocos políticos, a muchos ciudadanos. “Este es el mundo que nos gobierna”, expresó. Y Redes descentralizadas. “Internet es un ejemplo de red distribuida, donde la estructura es lo más fuerte. De hecho, fue creada en los años 60 para resistir la posibilidad de una guerra nuclear”, expresó. “Internet llegó a un tercio humanidad en dos década, mucho más rápido que la televisión, la radio y por supuesto, que la imprenta. La Argentina ya tiene un 60% acceso a internet. Anular -no achicar- la brecha digital es fundamental, es el derecho de acceder al conocimiento y al mundo”.
“La sociedad hoy se acostumbró a interactuar en todo menos en política. Votamos cada dos años. Algo ridículo frente a las tecnologías actuales. Medido en términos informáticos, es como si fueran dos bytes. Un emoticón. Eso es lo que aportamos al sistema político como input. Ojalá que dentro de unos años miremos para atrás, y el hecho de haber votado cada dos años nos parezca tan ridículo como haber prohibido el voto femenino”, explicó Siri.
“Fundamentalmente, se trata de discutir ideas, y no personas. No se trata de que se vayan todos, sino de que entren todos. Hoy podemos lograrlo”, concluyó.


Bioeconomía: la próxima frontera entre las naciones ricas y pobres

La aceleración del cambio tecnológico va a transformar la economía mundial en la próxima década. La riqueza de las naciones estará sustentada en buena medida en los avances de la bioeconomía.
Así lo indicó Juan Enríquez, director de Excel Venture Management, durante una conferencia ofrecida en el XX Congreso Nacional CREA que se está llevando a cabo en la ciudad de Córdoba. “El poder de generar nuevas compañías a través de la tecnología es lo que realmente importa. Piensen en grandes empresas estadounidense que no existían hace 20 años. Ahora piensen eso mismo pero con empresas europeas. Van a entender que, si bien Europa tiene grandes marcas y empresas, no tiene muchas grandes nuevas empresas y por eso algunas países de esa región tienen tasas de desempleo elevadas”, explicó Enríquez. “Los países que entendieron las oportunidades que aparecieron con la tecnología digital crecieron muy rápido. La productividad agrícola puede crecer a tasas del 2% al 3% anual. Pero la capacidad de la industria digital se duplica cada 18 meses”, añadió. “Muchas de las grandes compañías de la próxima década van a ser aquellas que generen innovaciones en el código de la vida. La noticia es que la aceleración del cambio en ese ámbito es mucho más elevada que en el campo digital”, comentó el director del fondo de inversión dedicado a financiar a empresas biotecnológicas emergentes.
En 2010 se creó el primer microorganismo artificial creado por el hombre (la bacteria Mycoplasma mycoides); eso lo hizo un grupo de investigación liderado por Craig Venter (quien en 2000 logró secuenciar el primero borrador del genoma humano), el cual pudo reconstruir el código genético de un microorganismo desde cero, es decir, lograron ensamblar fragmentos de ADN elaborados artificialmente hasta completar un genoma completo. La creación de organismos de diseño abrió nuevas posibilidades: ya no se trata de diseñar un organismo con los “materiales” genéticos existentes, sino de pensar en lo que queremos y construir organismos en función de objetivos concretos. “Podemos modificar algas para comenzar a fabricar combustibles, vacunas, plásticos o químicos. Las algas son ideales porque tienen una gran eficiencia fotosintética”, apuntó.
“Pero a través de esa tecnología, el día de mañana la producción de aceites y proteínas (para consumo humano) también puede cambiar drásticamente”, indicó Enríquez. Es decir: se trata de una tecnología que eventualmente podría comenzar a competir con la agricultura tradicional.
“La agricultura y la ganadería van a cambiar a partir de las innovaciones generadas por la biología sintética”, concluyó.


Los invito a poner todo el ADN en acción

“Lo que generaron estos días fue saber que tenemos las capacidades de recrearnos. El condicionamiento está en uno. Si logramos vencerlo, estamos en condiciones de soñar”, señaló el presidente del Movimiento CREA, Alejandro Blacker, al cerrar el XX Congreso Nacional CREA 2013. Luego de un gran aplauso de varios minutos, Blacker agradeció tanto a los organizadores como a los asistentes del evento. “Nunca debiéramos permitirnos dejar de soñar. No debemos desconocer que si dejamos de soñar, estamos dejando un saldo que resta, que no es indiferente si no ponemos nuestro ADN en acción”, destacó.
“Estamos contentos con esto que estamos haciendo. Somos conscientes de las capacidades que hay en cada uno de los que estamos acá y de lo que eso puede generar”, añadió. Blacker resaltó la actitud de “escuchar activamente para integrar al otro y construir junto a él. No hay que ser mezquino en lo que uno da: lo importante es el camino por recorrer, es decir, tratar de ser mejor aunque no se llegue alcanzar lo que uno piensa”. w“Como comunidad agroalimentaria tenemos un papel que jugar. CREA viene construyendo confianza por nuestro modo de actuar. Esto se vio en espacios que nos excedes, como en EduCREA o con el panel de intendentes; cada uno de esos núcleos actuó como una reunión CREA”, afirmó. El desafío de CREA es ver de qué manera tenemos el ADN en acción. Tenemos una manera de funcionar y una identidad que aporta al campo, pero también al país. Somos un conjunto de individualidades que puede generar éxitos colectivos. En estos días me cuestioné, aprendí y creo que cambié. Los invito a poner todo el ADN en acción para hacer un país y una vida mejor”, concluyó.


Portada de la Edición correspondiente a esta nota Esta nota fue publicada en las páginas Nº 38, 39 y 40 de la edición digital de la revista de Septiembre / Octubre 2013.
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