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Sep/Oct 2014


Agroindustria

En el campo, si divides, seguro reinarás

En Santiago del Estero, los pequeños y medianos productores optaron por hacer varios cultivos en sus tierras al mismo tiempo: soja, maíz y algodón, en ese orden, para promediar gastos, no saturar la tierra y evitar que un solo producto afecte su economía.

Que la soja es el cultivo estrella en nuestro país de eso no se discute, pero cuando se levanta la soja y se viene el invierno o se comienza a pensar en la futura campaña surgen muchas dudas y ahí entra en juego el tema de la conveniencia para no perder plata, mirando no sólo el cielo (si llueve, hay sequía, si cae granizo o hay heladas) sino también qué hacen nuestros gobernantes en materia de política agropecuaria para apoyar la producción Y ahí surgen varias disyuntivas: si hacer soja sobre soja, o rotar el área con maíz, sorgo o garbanzo a pesar de que el precio hoy no ayude; o bien, ocupar las tierras con algún cultivo de invierno (trigo en el NOA) para limpiar y mantener la fertilidad del suelo.
Frente a este panorama, en Santiago del Estero, los productores de oleaginosas ni lerdos ni perezosos, optaron por "diversificar" su unidad productiva con varias alternativas, no sólo el propietario de tierra que siempre busca cuidar su campo, sino también aquel que arrienda, a sabiendas de que producir con conciencia les permitirá obtener mejores rindes si no satura la tierra con el monocultivo de soja.
Así las cosas, este año en Santiago del Estero, con rendimientos promedios superiores a los 2.500 kilos por hectárea, se logró una cosecha final cercana a los 3 millones de toneladas de soja en la finalizada campaña 2013/14.
El Sistema Integrado de Información Agropecuaria (Siia) del Ministerio de Agricultura indicó que en dicha provincia norteña se implantaron 1.147.000 hectáreas, de las cuales 850.000 se encuentran en la zona de Quimilí, Bandera y sus alrededores y 297.000 hectáreas en el resto de la provincia. Y se agregó que más del 90% de los cultivos de soja mostraron buen estado, con rindes supriores a los 25 quintales por hectárea (2.500 kilos). En la zona de Quimilí, un 5% del área sembrada mostró soja muy buen estado, el 85% soja en buen estado y apenas un 10% en estado regular, mientras que en el resto de la provincia, el 95% del cultivo mostró buen estado y apenas un 5% estado regular. Y según productores de la zona, todo se debe a que los productores entendieron que no se debe apostar únicamente a la soja, sino diversificar, dividir y compartir hectáreas con otros cultivos, como así también saber el momento justo para sembrar.
Daniel Llebeili, productor sojero de la localidad de Taboada y Bandera, al sur de Santiago del Estero, explicó que este año el sector tuvo una muy buena cosecha (arriba de los 2.800 y hasta 3.000 kilos por hectárea) porque se sembró muy tarde, casi a fines de diciembre (2013), y en algunos casos en enero (2014) porque las lluvias fueron muy tardías en esa zona. "Esperar el momento justo nos ayudó bastante, no hay que olvidar que veníamos de tres años de sequía importantes y por suerte no nos desesperamos y con las lluvias de fin de año pudimos comenzar la siembra. A eso hay que sumarle que este año las heladas fueron muy tardías, lo que dio lugar a que se desarrolle el grano sin problemas y finalmente pudiéramos obtener un rinde muy interesante", señaló.
Llebeilli recordó que 2.800 kilos por hectárea contra los 800 ó 900 kilos que se habían levantado durante la campaña anterior, los dejaba muy conformes.
Pero en los campos de Quimilí, Bandera o Taboada no sólo se hizo soja, sino que los productores cansados de perder o salir empatados con la oleaginosa, decidieron hacer maíz y algodón siendo el gran ausente el sorgo ya que este grano no tuvo precio y sólo se hizo en pequeñas extensiones de tierra doble propósito para alimentar ganado.
Y si bien el maíz y el algodón también tienen precios bajos, fueron las opciones elegidas por los productores sojeros para lograr cobertura en sus campos: se hicieron hasta un 30 por ciento del área sembrada con soja. "El precio está muy bajo, ha disminuido bastante a nivel internacional y los precios de los insumos han subido, por lo que será difícil mantener el porcentaje de rotación para el año, si no hay políticas de Estado que ayuden a los productores".
En ese sentido, dijo que el sorgo en la zona rindió algo así como 4.000 kilos por hectárea, el maíz superó los 6.500 kilos, el algodón algo más de 1.000 kilos por hectárea. "El sorgo este año fue descartado por los productores, salvo aquellos que tienen hacienda y lo usan para alimentar al ganado, ya que el precio fue muy bajo".

Cereal de cobertura
En cuanto al trigo, indicó que en el sur santiagueño se sembró "como para mantener el suelo limpio durante el invierno". Los productores saben que el trigo no tiene buen precio y entre la opción de recurrir a agroquímicos para mantener limpio el suelo, echo mano al cereal, aunque no ocupó toda la superficie. "¿Quiénes hacen trigo en Taboada? Los que tienen campo propio, el que arrienda no gana nada y si lo hace, es simplemente para mantener el campo limpio".
Llebeili sostuvo que el productor santiagueño dueño de su campo, cuida su tierra y eso significa tratar de rotar el cultivo. "Se intenta hacer el 30 por ciento de rotación por año de soja sobre maíz, soja sobre trigo, o maíz sobre trigo. La rotación hace que se produzca una cobertura importante en el suelo y lo prepara de manera que en la próxima campaña se obtenga hasta un 20 por ciento más de rendimiento que si no se hubiera hecho la rotación".
Al hablar de arriendos, explicó que debido a la inestabilidad económica, falta de políticas agropecuarias y a las inclemencias climáticas, en los últimos años cambiaron los porcentajes y forma para pago entre el arrendatario y el arrendador.
"Para el arrendador este año fue muy bajo que otros años ya que nadie quiere arriesgar un monto fijo, sino un porcentaje. Hasta hace un par de años el campo se alquilaba por un monto fijo, rinda lo que rinda la soja o el cultivo que fuere. Ahora pactan con el dueño del campo un 20 por ciento de la cosecha y listo".
Asimismo, explicó que el maíz reemplazó con fuerza al sorgo en el 95 por ciento de los campos donde se hizo el año pasado, aunque en su mayoría se utilizaron semillas económicas, híbridos de menor calidad para no arriesgar tanto porque el precio no acompaña.
Hay que ver que Santiago del Estero, con su gran territorio, zonas de secano importantes como Fernández y Bandera, ya en 2013 contaba con la mayor superficie en hectáreas destinadas a los granos gruesos: 760.280 hectáreas de soja, 342.240 de maíz y 58.395 de algodón; en tanto Salta, se ubica en segundo lugar, con 541.615 hectáreas para el cultivo de soja 167.150 para el maíz y 5.190 para el algodón. Lejos, les sigue Tucumán, con 159.670 hectáreas para la soja y 43.865 para el maíz. En efecto, mientras en Tucumán y Salta los productores reniegan sobre la imposibilidad de hacer maíz en la región por el alto costo de los fletes y el bajo precio del producto, en Santiago aún apuestan a este cultivo. "La próxima campaña de maíz no sería rentable en el 93% de los distritos del NOA debido a la caída del precio, la presión impositiva y la inflación", según denunció la Mesa de Enlace y Aacrea, entidades que advirtieron además que en el sur de Salta, este de Tucumán y oeste de Santiago del Estero se necesitarán rendimientos 70% superiores para que la actividad sea rentable.
"La caída del precio internacional del maíz, sumada a la excesiva presión impositiva que pesa sobre la producción agropecuaria -a nivel nacional, provincial y municipal- y la inflación, llevan a que este año el cultivo sea rentable -pero con un elevado riesgo- sólo en el 7% de los distritos donde se siembra maíz".
El trabajo comprobó que "en muy pocas localidades -generalmente aquellas cercanas a los puertos o industrias- hay posibilidades de que sea viable con los rindes históricos del cultivo de maíz y con un precio de cosecha de 140 dólares por tonelada".
La Comisión de Enlace, Aacrea, Aapresid y Maizar subrayaron que bajo las condiciones actuales "el maíz vivirá una situación similar a la que atravesó el trigo en las últimas dos campañas, recordadas como las dos peores siembras en 100 años".

Primera en el NOA

Santiago del Estero se encuentra en una privilegiada posición en el NOA en cuanto a producción de soja, al ser considerada la quinta productora del grano en el país y contar además con una planta de biodiesel. En el sur santiagueño el esquema de manejo agronómico incluye siembras tardías con genética localmente adaptada, lo cual es muy importante en un año que promete escasas lluvias en el verano.
En la zona, donde se hizo trigo en el invierno por las buenas condiciones del suelo y del clima, los productores optaron por iniciar las siembras hacia fines de diciembre. Se dejaron las siembras tempranas con grupos cortos, priorizando rindes medios, que son más estables y seguros.
En Bandera (se hacen unas 250 mil hectáreas de soja por año), en Quimilí y Añatuya, por ejemplo, la soja de esta zona se hace sobre rastrojos de maíz y trigo -excelente cobertura-, que este año pintó bien en la zona de Bandera, con rindes que superaron los 2.500 kilos por hectárea.

Revista PRODUCCION: En el campo, si divides, seguro reinarás
 
Por Fabián Seidán

Portada de la Edición correspondiente a esta nota Esta nota fue publicada en las páginas Nº 24 y 25 de la edición digital de la revista de Septiembre / Octubre 2014.
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