PACKAGING:
ENVASES Y EMBALAJES ORGANICOS
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A la hora de hablar de productos orgánicos, el continente es tan importante como el contenido. Así lo entendió el MAPO (Movimiento Argentino para la Producción Orgánica) que organizó una conferencia sobre envases y embalajes, en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Allí hablaron sobre el tema: Carlos Triñanes, M.S. en Packaging de la Michigan State University, María Raquel Fernández, del INTI, y el Prof. Miguel Di Gioia.
Los especialistas coincidieron en la necesidad de llegar a una normalización para poner orden en tamaños, gramajes, calidades, diseños y reciclajes de materiales para envases y embalajes.
El fin último es economizar energía. Uno de los recursos más efectivos para lograrlo es reducir la
cantidad de material por envase, optimizando las dimensiones y el formato. Los cambios de material también suelen dar buen resultado. En tanto, la retornabilidad de un envase "es siempre conveniente", indicó Triñanes, "pero hay que tener en cuenta que la reutilización implica recolectar los envases vacíos, higienizarlos y acondicionarlos antes de volver a llenarlos, lo que también genera un gasto de energía grande".
Claro que en muchos casos la reutilización no es posible (por no resistir el uso reiterado o tener que ser destruidos al ser abiertos). También se generan complejos problemas logísticos de recolección, selección, clasificación, reacondicionamiento, y envío de los millones de envases que se utilizan cada año. Si todos estos problemas son solucionados (una tasa de recuperación del 50% es considerada óptima), el ahorro de energía puede ser considerable. Esta economización energética debe contrabalancearse con otros aspectos: la integridad del producto envasado, la fluidez de la venta, la contaminación ambiental, y la salud. "En cuanto a los envases plásticos, para que puedan ser comercializados, deben ser declarados bromatológicamente aptos", indicó Fernández. Esto ocurre cuando están fabricados con polímeros y aditivos que están incluídos en listas positivas (son enumeraciones de las sustancias inocuas en ensayos toxicológicos con animales y cuyo uso está autorizado) y cumplen el límite de migración total y específica. La migración es la transferencia de componentes no poliméricos desde el plástico hacia el alimento. El Código Alimentario Argentino fija estas pautas.
Además, el envase plástico debe cumplir con los límites de composición y parámetros que se fijan en la Resolución Mercosur GMC 87/93. No debe producir variaciones de los caracteres sensoriales del alimento (color, olor, sabor, textura y flavor). Otro punto a tener en cuenta son los pigmentos. Estos deben cumplir los límites establecidos de metales pesados y aminas aromáticas.
CONSEJOS
En tanto, Triñanes desglosó las recomendaciones del Packaging Institute, de los Estados Unido:
- L os envases incluirán la protección del medio ambiente y el ahorro de energía proveniente de fuentes no renovables.
- Se utilizarán materiales celulósicos antes que plásticos, y estructuras simples (constituidas por un solo material) a las complejas. Además, se evitará utilizar materiales dudosos (PVC, poliestireno, etc.), y se preferirá el uso de tintas y adhesivos secables por ultravioleta, o al agua, en lugar de productos vehiculizados en solventes orgánicos.
- Quedan afuera los diseños de packaging engañosos en cuanto a tamaño aparente, sobrecargados de elementos innecesarios (overpackaging), o que incluyan objetos extraños.
- Se buscará reducir la participación de los materiales de empaque en la composición de los residuos domiciliarios. Se apuntará al reciclado de materiales de empaque. Para guiar a los consumidores, los envases y embalajes llevarán impresos los símbolos convencionales, textos e instrucciones que faciliten el reuso.
Liliana Cobelo
Fuente: Clarín
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