Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA



ECONOMIA:
EFECTOS DE LA RECESION DE BRASIL
SOBRE EXPORTACIONES DE LA ARGENTINA

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Antes de analizar los posibles efectos de una recesión en el Brasil sobre los intercambios con la Argentina corresponde preguntarse si en verdad la habrá, porque de lo contrario tampoco sería de esperar efectos sobre el comercio exterior. Pero sucede que ya antes de la crisis del Este asiático se percibía una desaceleración en la economía de este país, y también algunas bajas en las exportaciones argentinas.
Según el Ministro Pedro Malán para este año, su país crecerá un 4% en vez del 6%. Algunos observadores predicen, en cambio, una baja del 1%. Pero también podría imaginarse una recesión similar a la que sufrió la Argentina en 1995, luego de la devaluación de México el año anterior.
Si bien todo parece indicar que la recesión no será tan profunda, resulta útil suponerlo para mejor evaluar sus posibles consecuencias sobre la Argentina.
En ese caso para 1997 el PBI del Brasil, en vez de crecer, caería en un 4,4%.


EFECTOS POR MAYORES EXPORTACIONES DE BRASIL

Cuando en un país hay recesión las exportaciones aumentan por efecto del menor consumo interno.
Así, 1995 las de Argentina al mundo, excluidas las hechas a Brasil, aumentaron respecto del año anterior en un 27%, mientras que las dirigidas a este último país lo hacían en un 50%. Sin embargo no pueden atribuirse estas subas al sólo efecto de la recesión, ya que hubo otros factores que influyeron poderosamente, como precios internacionales muy elevados para los granos. De todos modos podría decirse que debido a que ambos países forman parte de un proyecto bastante avanzado de una unión aduanera, el efecto para las corrientes de exportación mutuas es doble que respecto de países terceros.
Todo parece indicar que los productos para los que durante 1998 más aumentará Brasil sus ventas hacia la Argentina, serán las de carnes porcinas y de aves.
Uno de los principales factores limitantes del crecimiento del sector porcino en la Argentina ha sido la incidencia de las ventas del Brasil. De este origen provienen en 1996 casi 50.000 ton., veinticuatro veces más que las registradas en 1990.
Ya para el año 1996 ingresaron al país cortes porcinos de Brasil por el equivalente a U$S 100 millones, lo que representó un 30% de la producción local.
Claro que estas compras fueron necesarias debido a que la producción argentina no alcanza a cubrir los requerimientos del mercado interno, especialmente los de la industria de chacinados.
La crisis asiática aceleró la declinación del consumo brasileño de carnes de aves que, según se descontaba, igualmente iba a caer por efectos del plan de estabiliza-ción. Brasil es el tercer productor mundial de estas carnes y exporta anualmente 600.000 toneladas, mientras que la Argentina produce 700.000 toneladas en total, cifras que dan idea de la magnitud del impacto posible. Para finales del año 1996 se estima que entraban a la Argentina unas 5.000 toneladas mensuales, lo que representa alrededor del 10% de la producción local.
La baja de consumo respecto de estos dos productos, muy sensibles debido a su precio en relación en otros alimentos, permite predecir un considerable aumento en la presión vendedora del país vecino.


EFECTOS POR MENORES COMPRAS DE BRASIL

En el año 1995 las importaciones globales de la Argentina cayeron respecto de año precedente en un 6,8% mientras que las provenientes de Brasil lo hicieron en un 3,5%. Si se supone que Brasil tendrá este año una recesión similar a la sufrida por la Argentina en aquel año, se podría estimar que sus importaciones provenientes de la Argentina también caigan en 1998 en un 3,5%. Si se estima que las ventas de 1997 a ese país fueron unos U$S 7.300 millones, esa reducción no alcanzaría a significar mas de U$S 260 millones.
Es posible que los alimentos más afectados sean los lácteos y las frutas frescas. Los primeros significaron en 1996 exportaciones a Brasil por U$S 203 millones, o sea el 3% de las totales argentinas a ese mercado, mientras que las frutas sumaron U$S 153 millones, o sea el 2%.
Para los lácteos la disminución de la demanda de Brasil es preocupante, ya que el consumo interno en la Argentina ha llegado a su techo. No parece tampoco fácil desviar ventas a otros mercados debido a la eficiencia de Nueva Zelanda y a los subsidios de la Unión Europea. En verdad, dado que la Argentina no tiene aún precios competitivos a nivel mundial, no se puede por ahora aspirar a que las ventas de lácteos alcancen una mayor diversificación.
En lo que hace a las frutas la situación no es tan afligente, pues siempre será posible desviar ventas de peras y manzanas a Europa ó EEUU, aunque sacrificando precio.
Existen productos para los que la exportación argentina a Brasil es importante, como petróleo y sus derivados con 1.287 millones en 1996, ó sea el 19% del total vendido a ese país ese año; trigo con U$S 700 millones, ó sea el 11%, amén de otros menores como maíz, arroz, algodón y porotos. En todos estos casos se prevé poco efecto negativo debido a que los consumos se reducirán menos por tratarse de productos básicos. Incluso hay quienes estiman que la recesión puede provocar la sustitución de otros alimentos más caros por los cereales, lo que fortalecería su demanda.

Por Elvio Baldinelli
Fuente: Extractado de
Revista de la Bolsa de Cereales
Número 3013

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