Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA



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ENTREVISTA: ING. AGR. LUIS E. VICINI
EL AGRO Y LOS SATELITES

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El adelanto tecnológico incorporado a las distintas facetas de la vida del hombre, es una realidad ya cotidiana que no puede ni debe ignorarse. El agro no constituye en ese sentido una isla; por el contrario, es en su seno donde tales adelantos han tenido ocasión de producir un formidable cambio en los últimos años, cambio que parece alimentarse a sí mismo de tal manera, que aparece como muy difícil imaginar qué es lo que nos deparará el futuro en este terreno, no ya en las próximas décadas, sino a muy corto lapso.
Una faceta de este avance es la utilización de satélites para el agro, hecho conocido como G.P.S. (Sistema de Posicionamiento Global), conformado por la friolera de 35 satélites que circundan la Tierra y trabajan para el hombre.
Para que desarrolle este apasionante tema, PRODUCCION eligió al jefe de la Agencia de Extensión Rural Banda del Río Salí del INTA, ingeniero agrónomo Luis E. Vicini.

¿Es realmente tan importante el cambio producido por la tecnología en el agro durante estos últimos años?.
Hay tres temas que en éste final de siglo y para el próximo milenio, modificarán profundamente la vida de los seres humanos: la aplicación de la robótica, la biotecnología y la informática y comunicaciones.
Como representantes del INTA, estamos influenciados por la aplicación de estos procesos de transformación del mundo, y el agro también se transforma. En todos los procesos de producción en serie, en la rama industrial, el campo o agroindustria, se puede aplicar la robótica.
Esto simplifica notablemente los procesos, abarata costos y uniformiza la calidad.

¿Y la biotecnología?.
En cuanto a la biotecnología, por su intermedio se trabaja la parte genética de vegetales y animales (por ejemplo la famosa clonación de ovejas vista durante 1997). Todo esto traerá necesariamente cambios en el comportamiento no sólo de productores, sino también de profesionales, técnicos e instituciones que trabajan en el medio rural, y en fin, de todos los factores que intervienen en el proceso agrícola en general.
Ya hay una serie de indicios de que éste cambio se viene, y rápido. En la Argentina, gracias a resoluciones y leyes aprobadas en el tema semillas, desde el año pasado dimos un salto muy grande y aventajamos a Brasil en la obtención y producción de variedades de soja resistentes a un herbicida (el glifo-sato), porque las plantas habían sido modificadas por medio de la biotec-nología. Esta aplicación es ya corriente en la pampa húmeda, y también en el NOA.

Usted habló de informática y comunicaciones...
En efecto, el otro gran cambio de fin de siglo es el referido a la informática y las comunicaciones. Hace 5 o 6 años, nadie pensaba que un productor que se encontrara en una finca alejada de los centros poblados, pudiese hablar tranquilamente con alguien ubicado en cualquier lugar de su país o el mundo, y hoy tenemos una libertad de comunicación con todo el planeta.
Sin notarlo, como algo muy natural en lo que no nos detenemos a pensar, vamos adoptando estas transformaciones. Antes íbamos al campo en vehículos rústicos, sin el menor confort, en el mejor de los casos con algún tipo de comunicación que las más de las veces tenía poco alcance y muchos problemas. Esto demoraba los pedidos y cambios de material; hoy nos trasladamos en coches veloces, equipados con aire acondicionado y sofisticados aparatos de comunicación, incluso muni-dos de alguna pequeña computadora que nos permite llevar el adelanto tecnológico hasta el lugar más remoto. Las instituciones y Universidades también se están "aggiornando" en éste sentido. Hoy disponemos de maquinaria agrícola con sensores que permiten controlar y observar lo realizado por la máquina. Además tenemos los sistemas de posicionamiento global (GPS). Consisten en un grupo de satélites que circunda la Tierra en órbitas predeterminadas y nos posibilita (lo único que hay que tener es el aparato que capte la señal de los satélites, es de libre uso) obtener datos de extrema precisión y enorme utilidad.

¿Esos aparatos son muy caros?.
Hay desde navegadores manuales para orientación en el terreno, que pueden costar unos 200 dólares, hasta equipos de alta precisión, como los geodésicos, que sí son caros; los que se utilizan en agricultura estarían en una franja intermedia, rondando los 15.000 dólares para equipar las máquinas. Dicho ésto así de "sopetón", puede causar un poco de intranquilidad, pero realmente valen lo que cuestan, y además, ya sabemos que la creciente utilización de estos equipos abaratará los costos a corto plazo.

¿Para qué sirven específicamente tales aparatitos?.
Su uso posibilita al productor situarse en su terreno con altísima precisión. En otras palabras, pasaríamos, en vez de hablar de rendimientos generales de un lote, a determinar rendimientos puntuales. Podemos conocer nuestro terreno metro a metro. Todos los campos, sin excepción, tienen rendimientos variables, provocados no solamente por problemas climáticos, sino del propio suelo y del manejo de los cultivos. El productor, cuando siembra, ya hizo el gasto, y por lo tanto es justo que trate de obtener rendimientos máximos, y eso puede lograrse aplicando nueva tecnología que nos permita conocer metro a metro nuestro campo, para de ese modo poder efectuar las correcciones pertinentes.
Con esta información metro a metro, el productor puede aplicar un sistema de variaciones en las dosis por ejemplo de semillas, fertilizantes o agroquímicos, utilizando las dosis variables, según sea la información que le proporcionaron los satélites.
Esa información las aplicamos a las máquinas de siembra de aplicación de fertilizantes y agroquímicos, mediante dispositivos especiales, una especie de tarjetas medidoras de rendimiento, que nos permitirá aplicar las dosis óptimas.
Esto llevará a una agricultura de precisión que, por añadidura, permitirá contaminar cada vez menos el ambiente.

Suena realmente bien pero, ¿son cosas sólo del primer mundo, o ya están entre nosotros?.
Algunas de estas cosas parecen realmente de ciencia ficción, pero están con nosotros, y han llegado para quedarse. En pocos días tendremos ocasión de exponer en vivo y directo estos avances que estamos comentando, y eso será en la Expo Chacra que se realizará en San Miguel de Tucumán.
El INTA participará con un módulo de la llamada agricultura de precisión, tema del que estamos hablando. Los productores del NOA podrán observar maquinarias de siembra, fertilización, aplicación de herbicidas y de cosecha, conectadas por medio de sensores especiales, a los satélites. Esos satélites darán la posición exacta del trabajo de las máquinas en el predio de Cebil Pozo, en el aeropuerto internacional Benjamín Matienzo. Nuestra institución coordinará las actividades dinámicas de cosecha, pulverización, fertilización y siembra. Los resultados que se obtengan se volcarán por medio de tarjetas especiales, a computadoras que estarán disponibles para el público en nuestros stands.
Habrá allí personal de nuestro INTA de Banda del Río Salí y de otras partes del país. Viene el ingeniero Mario Bragachini del INTA de Manfredi, que es pionero de estos trabajos de agricultura de precisión y dosis variables de productos agrícolas.
Toda la información dinámica podrá verse luego en las pantallas de las computadoras, durante los cuatro días que dura la muestra. Vale la pena que todos los productores del NOA se acerquen para observar "in situ" esta maravilla tecnológica que, más temprano que tarde, deberán incorporar a sus cultivos, si es que no desean quedar al margen del adelanto tecnológico, que es como perder el tren de la Historia.

Por Ernesto Cepeda
de Producción

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