GANADERIA:
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La mosca sobrevuela todo el país. Lamentablemente se cumplió lo avizorado en 1991 cuando, como primicia, se anunciaba el ingreso de la mosca de los cuernos al territorio nacional: tendremos que convivir con ella, se dijo. Así fue y hoy, a siete años, lamentablemente, se la conoce mejor. El vuelo americano de la Haematovia irritans se inició, como los malos vientos, en el Norte. Llegó a los Estados Unidos en 1885 y, lento pero seguro, fue descendiendo hacia Sudamérica. Con el cambio de siglo y el aumento de la velocidad en el transporte, en 1977 tocó Brasil. Tardó sólo 14 años en atravesar el hermano país. En 1991, como dijimos, entraba por Misiones. En 1993 ya estaba en los valles de Chubut y hoy ya llega a todos los ambientes donde el clima se lo permite. Casi de Ushuaia a La Quiaca. Casi 100 años para llegar desde EE.UU. a Sudamérica y sólo dos para cruzar la Argentina ¿Por qué? Hipótesis hay muchas. Vayamos a lo seguro. Una, el cambio de siglo y con él el aceleramiento de los transportes. Otra, y esta es fundante, el sistema de producción argentino. Nuestra ganadería está estructura-da por zonas que se dedican a una parte del ciclo. A groso modo se puede decir que el norte es productor de terneros que, destetados, se invernan en la llanura pampeana. Y aquí el quid de la cuestión: ese transporte de hacienda y de camiones con bosta -allí cumple parte del ciclo- actúan como desparramadores de la mosca a nivel nacional. Pero ¿cómo, no vuelan? podría preguntarse alguien. Sí, pero su autonomía de vuelo no va más de 15 km; ya que luego deben cargar sangre, en otro animal. Pérdidas de mosca Allá por el 91 los únicos datos de incidencia económica que teníamos eran importados: los ganaderos estadounidenses perdían año a año 700 millones de dólares; hoy dichas mermas pasan los 800. ¿Qué pasa aquí?. ¿Qué pasa en producciones extensivas?. Hoy las respuestas ya provienen de investigaciones nacionales. Los científicos se pusieron las pilas y calcularon las pérdidas. Según Alberto Guglielmone, del INTA Rafaela, la presencia de moscas en los rodeos lecheros de dicha zona causa pérdidas que rondan entre 4 y 8% de la producción de leche. Estas se dan en el ordeñe de la tarde, ya que es durante el día, cuando las moscas tienen más actividad. En rodeos de cría fue Víctor Suárez, del INTA de Anguil, el que midió la merma. Determinó que por cada 100 moscas que atacan a una vaca con cría, la ganancia de peso vivo del ternero se reduce en 39 gramos diarios. Es decir, los parásitos voltean la producción láctea materna y, con ello, a la cría. También, midió la incidencia de la Haematobia en la invernada de novillos. Determinó que, en lotes que pastaban sobre avena o mijo, los rodeos libres de moscas ganaban alrededor de 100 gramos más por día que los que estaban infectados. La producción de cueros también se ve afectada. Guglielmone midió su incidencia. Encontró que, en promedio, 47% del área del cuero debe cambiar de destino por efecto de las micropicaduras que recibe. Esto afecta el precio de venta. Algunos se animan y extrapolan dichas cifras a los 50 millones de cabezas del rodeo nacional. Así, aseguran, la mosca de los cuernos produce pérdidas estimadas entre 300 y 400 millones de dólares anuales. Fuente: Clarín Rural |
