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Clima:
"EL NIÑO" PIERDE FUERZA
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LO MAS NOVEDOSO en relación con El Niño es que se ha convertido en un fenómeno previsible y que la ciencia puede anticipar algunas de las características con que se presentará, lo afirmó el Licenciado Julio Hordij, del Servicio Meteorológico Nacional, apenas iniciada la exposición que brindó, recientemente, en la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires.
Agregó: "Hay modelos que mediante instrumental muy avanzado de medición "seguimiento satelital, boyas", permiten conocer con cierta anticipación algunas características que van tomando los océanos, en particular el Pacífico, donde se desarrolla especialmente este fenómeno».
En el marco de la reunión denominada "El fenómeno de El Niño y el agro argentino", el expositor señaló que, efectivamente, es posible conocer, con una anticipación de meses, algunas de las características del fenómeno oceánico más importante del planeta.
El especialista destacó que esto constituye una "señal muy importante, ya que permite predecir una parte de la variación climática de la Tierra". No ocurre lo mismo con las mediciones de las temperaturas de otros océanos, como el Atlántico o el Indico. "Si pudiéramos predecir mejor las temperaturas del océano Atlántico, por ejemplo, tendríamos gran parte de la variabilidad climática medianamente controlada", sostuvo el expositor.

PRONOSTICOS A LARGO PLAZO
Hordij explicó que en la elaboración de los pronósticos meteorológicos, a largo plazo, no hay una metodo-logía aceptada universalmente. "Se trabaja con métodos experimentales", ilustró.
Agregó, "En los pronósticos meteorológicos, a largo plazo, inciden muchos factores. Uno de ellos es la temperatura de la superficie del mar, que constituye uno de los factores más importantes".
De este modo, el fenómeno de El Niño puede ser pronosticado con una anticipación aproximada de una estación, o en el caso de que las señales sean muy fuertes, es decir, cuando las temperaturas oceánicas son muy anormales, hasta seis meses antes.
"Así, el año pasado era factible predecir con bastante anticipación lo que iba a ocurrir. Sobre la base de modelos numéricos era posible prever que habría lluvias superiores a las normales en primavera y que, en verano, las lluvias serían muy importantes en el centro del país», especificó.
No obstante, el problema surgió en relación con la predicción del período de finalización del fenómeno climático. "Durante la primavera de 1997, los pronósticos más confiables indicaban que El Niño iba a terminar entre marzo y abril de 1998. Pero, a medida que fue pasando el tiempo, el fenómeno seguía manifestándose con gran intensidad. Durante marzo y abril, las temperaturas del océano seguían siendo superiores a lo normal. No se previó que El Niño fuese tan prolongado», enfatizó.

EN RETIRADA
En cuanto al comportamiento de El Niño para los próximos meses, el expositor enunció: "Vamos a tener una declinación del fenómeno. Entre junio, julio o agosto el índice de temperatura del Pacífico tendió a normalizarse. Luego, en agosto y septiembre, es difícil aventurar si seguirá descendiendo la temperatura del Pacífico o si llegará a valores neutros".
Asimismo, el especialista señaló: "Una vez finalizado El Niño persistirán perturbaciones meteorológicas, con anomalías térmicas muy considerables. Esto puede producir una variabilidad intersemanal o interquincenal muy importante. Es decir, en principio nos encaminamos hacia una cierta normalidad en los valores térmicos, pero con oscilaciones entre semanas o quincenas, durante las cuales podría haber heladas tardías".
En tanto, Hordij indicó cuál es la explicación científica acerca del fin de El Niño: "Existe una anomalía fría, la cual se está introduciendo desde Indonesia, y que tenderá a neutralizar a la anomalía caliente que se halla cerca de la superficie del mar en la costa del Perú. Esto nos permite asegurar que, en pocos meses más, va a terminar El Niño".
El especialista explicó: "La anomalía caliente que originó al Niño era de 12ºC en las profundidades del mar", mientras que la que se desplaza desde Indonesia es de 5ºC. De modo que ésta "alcanzará a neutralizar, parcialmente, al Niño y producirá un enfriamiento".

OTOÑO HUMEDO
Al analizar los fenómenos meteorológicos importantes, el especialista señaló que en el centro del Atlántico pueden existir "ciertos desarrollos ciclónicos, pero no anticiclónicos". El dato es de suma relevancia: "Es que para nosotros, los anticiclones en esta zona tienen la desventaja de producir sudestada. Es decir, que si no tenemos anticiclones muy intensos, tampoco las sudestadas serán muy importantes", resaltó.
El especialista, también, se refirió a la sequía que se registra en el nordeste del Brasil. En tal sentido, expresó: "Si bien no comenzó con este Niño, al ser tan prolongado el fenómeno, terminó por provocar una sequía muy fuerte en el Brasil. En este momento, ya hay 15 millones de personas que, directamente, están sufriendo hambre".
Para dar cuenta de la magnitud de lo ocurrido en el Brasil, Hordij señaló que, en nuestro país, las inundaciones arrojaron un saldo de 100.000 evacuados; mientras que la sequía en el país vecino hizo que tuvieran que ser 10 millones de personas las auxiliadas. Es decir, 100 veces más. Es mucho peor una sequía que una inundación, que puede ser localizada o, de alguna manera, prevista. Claro, hemos sufrido una gran pérdida de bienes, entre casas, cosechas y animales", afirmó.

LA NIÑA
En los tramos finales de su exposición, el disertante reafirmó: "En el período próximo, El Niño va a ir desapareciendo. Si luego se presenta La Niña, pueden producirse algunos bolsones de sequía".
En ese sentido, agregó: "En la pampa húmeda, La Niña no está asociada a sequías generalizadas, sino que pueden existir lugares más secos o zonas donde llueva menos de lo normal. En tanto, en la zona cordillera-na: "La Niña tiene una señal más clara, habrá una reducción de las precipitaciones, sobre todo el invierno. Pero la influencia más marcada de La Niña recién se podría producir durante el invierno del año que viene".
En efecto, el especialista enfatiza que la característica principal del resto del año estará signada por "un sistema bastante perturbado, debido a la salida de El Niño", un fenómeno que siempre se despide de la misma manera: generando problemas climáticos.

Fuente: Revista CREA, Nº 212

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