Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA




Cultivos:
PRODUCCION DE MAIZ -Parte II-
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Algunos aspectos relevantes
En la nota anterior, abordamos aspectos sobre la Elección del Lote, Preparación del Suelo, Fertilización y Elección del Material, veremos ahora, algunos de los aspectos propios del cultivo del maíz, tales como Siembra y Labores Culturales, teniendo en cuenta que en la actualidad, se siembran alrededor de 42.000 has en Tucumán, lo que constituye el 2° cultivo de granos después de la soja.

SIEMBRA
Los factores que determinan una siembra correcta son: Calidad de la Semilla (Poder Germinativo y Vigor), Estado del Equipo Sembrador (funcionamiento, selección de placas, uniformidad de distribución, control de profundidad y sistema fertilizador) y Manejo del Cultivo a la Siembra (fecha de siembra, velocidad de siembra, densidad de plantas/ha, fertilización y herbicidas de preemergencia).
En general, no siempre controlamos debidamente la calidad de la semilla a emplear y éste es uno de los factores decisivos del éxito del cultivo. El poder germinativo nos indica cuantas semillas de cada 100, están en condiciones de originar una plántula bajo condiciones normales de siembra. El vigor da una idea de la velocidad (en n° de días) en que se producirá el proceso de germinación y emergencia uniforme. Estos factores dependen en gran medida, del cuidado y control de calidad que haya tenido la semilla durante la cosecha y el almacenamien-to. Por ej., el secado normal de la semilla en la espiga, previo a su desgrane, preserva el vigor de la misma. En siembras tempranas o en siembra directa, con suelos más fríos, se vuelve más importante contar con buena calidad de semilla.
La máquina sembradora es otro elemento a controlar previo a la siembra. Las ruedas limitadoras de profundidad y el sistema fertilizador deben ser testeados y regulados. El tipo de semilla a emplear, debe compararse con el tipo de placa distribuidora con que se cuenta, para evitar que semillas pequeñas caigan de a 2, o semillas grandes se atoren o se quiebren, provocando ambos problemas, desuniformidad en la densidad de siembra. Esto incide negativamente en el rendimiento del cultivo. Las sembradoras neumáticas, tienen la ventaja de aceptar una mayor diversidad de calibres de semilla, sin afectar la densidad ni la regularidad de siembra.
Al iniciarse la siembra, entre los primeros 50 a 100 metros, se debe verificar visualmente que la profundidad, la distribución y la densidad de semillas, para la velocidad empleada, sean las correctas en función del tipo de sembradora utilizada. La distribución uniforme de las semillas en el surco es fundamental, porque minimiza la futura competencia entre plantas, maximiza el aprovechamiento del agua del suelo y uniformiza el sombreado del terreno, reduciendo la evaporación. El fertilizante, a su vez, debe ser colocado en una línea paralela a la de siembra, unos 4 a 5 cmts al lado y por debajo de la semilla. En Tucumán, en general no hay respuestas productivas significativas a la fertilización con P o K, pero sí a la fertilización nitrogenada, donde en suelos con menos de 2,2 % de M.O., requieren entre 80 y 90 kgs. N/ha.
Entre los aspectos de la organización y manejo de la siembra del maíz, sin duda que la fecha y densidad de plantas/ha son claves y se determinan en función de las condiciones climá-tico-ambientales del lugar y el ciclo y tipo del material a sembrar. En general, siembras tempranas de alta densidad, producen altos rendimientos. Las limitantes a cuan temprano sea, tienen que ver fundamentalmente con la disponibilidad de agua en el perfil y la temperatura del suelo; para híbridos tropicales, una T° por debajo de 12 a 13 °C puede retrasar la emergencia y aumentar la susceptibilidad al ataque de insectos y hongos. Siembras tardías favorecen ataques de barrenador del tallo (Diatraea saccha-ralis) e isoca de la espiga (Heliotis zea), en etapas más avanzadas del cultivo. En siembras tardías, debe usarse densidades menores que para fecha normal. En el NOA, para materiales tropicales, la fecha óptima de siembra se ubica en la primera quincena de Diciembre, pudiendo oscilar entre el 20 de Noviembre y el 20 de Enero.
En relación a la densidad de siembra, puede variar entre 50.000 y 100.000 semillas/ha, que en surcos a 0,70 mts de distancia entre sí, significan entre 4 y 7 semillas por metro, con distancias entre semillas que oscilan entre 0,25 y 0,14 mts. Sabemos que a lo largo del cultivo, se produce una pérdida normal de plantas por numerosos factores; para las condiciones del NOA y con regímenes de precipitación de 600 a 800 mm, entre 50.000 y 60.000 plantas a cosecha, tenemos un excelente cultivo. Bajo condiciones de alta tecnología (riego y fertilización), se puede llegar a 70.000 plantas/ha. La velocidad de siembra es un aspecto que puede originar mala distribución de la semilla. Se recomienda no superar los 8 kms/hora, estando la velocidad óptima entre los 4 y 5 kms/hora. Una vez finalizada la siembra, puede procederse a la aplicación de herbicidas de preemer-gencia, según el tipo de malezas predominantes en el lote. Para latifolia-das, Atrazina en suspensión acuosa (3,2 a 4,0 lts/ha) o Granulado (1,8 lts/ha); para gramíneas, Alaclor o Aceto-clor en líquido emulsionable (2,5 a 5,0 lts/ha). Las dosis se ajustarán según el tipo de suelo y su % de M.O.; en general los suelos livianos requieren dosis menores que los pesados. La aplicación se puede hacer sobre toda la superficie del suelo o sólo sobre la banda de siembra.

LABORES CULTURALES
El maíz requiere cuidado durante todo su ciclo. Los aspectos fundamentales a tener en cuenta comprenden el Suelo, las Malezas y los Insectos.
El primero de ellos tiene como premisa fundamental utilizar los lotes dentro de esquemas de rotación de cultivos entre sí o con pasturas, cada 4 a 5 años, como una estrategia probada de conservación de la estructura y fertilidad. En lo referente al sistema de laboreo, en maíz es particularmente posible con éxito el de la siembra directa, por el elevado nivel de rastrojo en superficie que deja por campaña y que puede aprovecharse a través de una secuencia maíz - trigo, por ej. para el caso de la siembra directa, los rendimientos obtenidos no son menores a los de la labranza convencional, excepto en los 2 a 3 primeros años en que se pasa progresivamente de un esquema convencional con suelo afectado en su estructura y fertilidad, a un esquema conservacio-nista. En este último caso, a la ventaja de la incorporación de M.O., se suman las de eficientizar el uso del agua por mayor infiltración, menor escurrimien-to y reducción de la erosión eólica e hídrica.
En relación al control de malezas, los herbicidas de post-emergencia (básicamente 2,4 - D y Dicamba) cumplen un papel fundamental para reducir la competencia por nutrientes, agua y luz solar con el cultivo. La elección del herbicida y el momento de aplicación, depende de factores como estado fenológico del maíz; clase, desarrollo y densidad de las malezas y condiciones ambientales al momento de la aplicación (temperatura y humedad). Bajo nuestras condiciones, las malezas más importantes a controlar son: ataco (Amaranthus sp.), pasto ruso (Sorghum halepense), grama Bermuda (Cynodon dactylon), pasto blanco (Digitaria sanguinalis), bejuco (Ipomoea púrpura), cebollín (Cyperus rotundus) y sunchillo (Weedelia glauca). Otras latifoliadas y gramíneas de menor importancia son: verdolaga (Portulaca oleracea), afata (Sida rhombifolia), coniza (Coniza bonariensis), cadillo (Cenchrus echinatus), chacrilla (Echinochloa colonum) y cola de zorro (Setaria sp.).
Otro de los factores determinantes del rendimiento maicero, son los insectos que afectan diferentes etapas del ciclo del cultivo. Indudablemente el más significativo por los daños económicos que ocasiona y el largo período en que actúa, es el "barre-nador del tallo" (Diatraea saccharalis), cuyas larvas completan su ciclo en alrededor de 15 días y desde allí, las sucesivas generaciones atacan el cogollo de las plantas, vainas, entre-nudos, pedúnculo de la espiga y granos. Cuando afectan el tallo, producen el quebrado y caída de plantas; cuando afectan el pedúnculo se da caída de espigas; otros efectos son reducción del n° de espigas por planta; del n° de granos por espiga y del peso hectolítrico de los granos. Otros insectos importantes son: isoca cortadora grasienta (Agrotis ipsilon), isoca militar tardía (Spodoptera frugiperda), gusano saltarín o barrena-dor menor (Elasmopalpus lignosellus), pulgón del maíz (Rhopalosiphum maidis) y la isoca de la espiga (Heliotis zea), que aparece sobre el final del ciclo consumiendo granos tiernos y produciendo focos de podredumbre en la espiga. En general, el control de ellos se hace con cebos tóxicos o pulverizaciones en base a Deltametri-na, Permetrina, Clorpirifos, Endosulfán o Carbofurán, en dosis y formas de aplicación variables según la plaga y las condiciones ambientales.
Otros problemas sanitarios importantes en la región son: Helmitosporium turcicum y el "Mal de Río Cuarto", enfermedad producida por un virus transmitido por la "chicharrita".

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