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Entrevista: Roberto Marcelo Madrid Los horticultores de Tucumán se unen  |
Se ha dicho que la última reserva moral de un país reside en sus agricultores. Tal vez esto sirva para comprender mínimamente cómo pueden nuestros campesinos soportar tantos golpes, sean éstos proporcionados por la Naturaleza, las malas administraciones o los fracasos comerciales. Más aún si estos esforzados hombres de campo trabajan en horticultura, un poco la "Cenicienta" de los rubros agrícolas.Para conocer sobre el particular, PRODUCCION conversó con Roberto Marcelo Madrid, comerciante de agroquímicos en la ciudad de Lules, y productor él mismo de pimientos y tomates. ¿Cuál es la superficie dedicada en nuestro medio al cultivo de tomates, pimientos y frutillas, y cuál el porcentaje de producción?. Debe haber unas 300 hectáreas de frutilla, cuya producción alcanza unos 30 mil kilogramos por hectárea, aproximadamente 400 hectáreas de tomates, con producciones que alcanzan los 100 mil kilos/ha y se elevan a 140 mil en invernadero, y finalmente 200 hectáreas de pimientos, con producción de 12 kilos por metro cuadrado. Delimitado esto, ¿Cuál es la problemática hortícola?. Básicamente el problema se concentra en la comercialización. La incorporación de tecnología europea y norteamericana desde 1993, fue solucionando la producción. A nivel hortícola, salvo excepciones climatológicas como las presentes, no es un problema producir. Repito el problema radica en la comercialización, en los mercados que no son transparentes. ¿Usted es partidario de la regulación?. Yo no soy partidario de la regulación, pero tampoco de la superproducción que se está dando en muchos sectores, el invernadero era negocio hasta hace 2 ó 3 años atrás, y hoy ya no hay fecha de primicias, producto de que prácticamente todas las zonas han crecido enormemente en este tipo de cultivo. ¿Qué sucede con la comercialización?. El que está en la comercialización maneja los precios "a su aire", aquí no se cotiza en pizarra, es oferta y demanda neta, día a día, hora a hora. Se puede arrancar con un precio excelente y terminar pésimo. El productor se maneja un poco intuitivamente. Yo predico la necesidad de asociarse, la unión de los productores para lograr un volumen importante. Las empresas grandes están mejor dirigenciadas, tienen su propia gente en los puestos de comercialización, o un ente distribuidor para toda su producción. El productor común, en cambio, tiene que comercializar, cobrar, ir al banco, etc. Eso se podría solucionar por ejemplo con una cooperativa que empaque y comercialice. Tampoco hay en la zona una agroindustria que absorba los excedentes o que abastezca a la fábrica con la producción, entonces nos limitamos a un mercado fresco. El ejemplo es la frutilla, en la cual el 50% de la producción es para mercado fresco, y el otro 50% para industria. Las políticas industriales han cambiado radicalmente: no compran más en forma concentrada, y le exigen al agricultor un producto elaborado y terminado, cosa que ningún productor chico o mediano está en condiciones de costear, porque supone disponer de cámara frigorífica, túnel de congelado, o una fuerte inversión en baldes que no se recuperan. Hasta hace poco la industria absorbía toda la producción en el lapso comprendido entre octubre y diciembre. Hoy existen algunas empresas que están en condiciones de ofrecer el producto terminado y tienen una continuidad en la producción. La industria les pide mensualmente, y sólo esas pocas empresas pueden cumplimentar los pedidos. Los productores chicos o medianos no están en condiciones de guardar la mercadería durante 11 meses por su cuenta. ¿Es muy caro el proceso?. Fíjese. Si recurre a una cámara comercial para alquilar frío, le cobran 5 centavos por mes y por kilo, o sea que el producto que se vende a 70 centavos, al cabo de 10 meses ya tiene un costo de 50 centavos, a lo que hay que agregar gastos de cosecha, despalillado, congelado, envases, etc. Entonces se ha dado el caso de que el productor llegue a tirar su cosecha. En este momento a nivel nacional seguramente hay por lo menos un millón de kilos que no tienen ubicación. ¿Cómo está el precio internacional?. Los valores internacionales han bajado muchísimo, pero siguen siendo mejores que la alternativa nacional. En otro aspecto, el de los tomates, existe un ingreso irracional desde Brasil, con costos mucho más bajos que los nuestros; se da el contrasentido de que hay productores argentinos que producen en Brasil para luego ingresar la mercadería a nuestro país vía Corrientes. ¿Qué está haciendo el sector para lograr soluciones?. Trabajamos para formar una Cámara de productores que nos permita tener un peso político y una representación a nivel provincial y nacional, hacer un trabajo fino como el de Chile. Estamos en franca organización, sobre la base de la Cooperativa de Lules, que dispone de unos 100 productores asociados. Pensamos lograr la personería jurídica en un mes más. Lo ocurrido hasta ahora, ¿no es un poco culpa de ustedes mismos?. Es muy posible. No existimos como sector hortícola, y para ejemplificarlo le doy un caso puntual. Vez pasada, con el tema de las inundaciones, salieron a relucir las pérdidas sufridas en las áreas cañera, cítrica, de granos, y nosotros no figurábamos para nada. Seguramente el sector, desde que se desintegraron las antiguas cooperativas, carece de representación y está totalmente desunido. Los precios y la parte climatológica tampoco han ayudado demasiado, pero hay que asumir la propia responsabilidad, porque de esa manera comenzaremos a crecer. ¿Qué es el CEAL?. Lules formó un Centro Experimental Adaptativo de Lules (CEAL) integrado por la municipalidad, el INTA y productores. La intención es que se nos escuche, reunir a un sector que está totalmente disperso.Tratar de que el sector privado instale algún empaque, o la Cooperativa tenga un packing con cámara frigorífica, a la vez que se contempla la posibilidad de lograr convenios de producción o planes sociales que ayuden a sacar la mercadería hacia Europa y EEUU. Hay que empezar ya a dar soluciones a los problemas, que son muchos, y ese es nuestro compromiso. Por Ernesto Cepeda de Producción |
