Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA




Ganadería
Integración e intensificación de la ganadería bovina en el norte argentino

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La ganadería bovina se desarrolla en todo el territorio de la República Argentina, con particularidades agroecológicas que definen cinco (5) grandes regiones ganaderas: los Pastizales Pampeanos, los Pastizales Cuyanos, la Patagonia, el NEA y el NOA.

Algunas reflexiones
Sobre un stock de 55 millones de cabezas, se faenan anualmente 13,4 millones con una tasa de extracción de 24 % a nivel nacional.
En nuestra región NOA, comprendida por las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, Santiago del Estero, norte de Córdoba, oeste de Chaco y oeste de Formosa, estas cifras son de 4,1 millones de cabezas, con una faena anual de 650.000 animales y una tasa de extracción del 16 %. Estas cifras, demuestran claramente las severas limitantes que nuestra región ha tenido tradicionalmente, al momento de intentar una producción pecuaria eficiente.
En referencia a lo que económicamente ésto resulta para nuestra región, podemos decir que mientras la región Pampeana produce 720.000 Tn de carne por encima de sus necesidades de consumo, el NOA debe abastecerse de otras zonas en el orden de las 148.000 Tn anuales. Esto implica un fuerte drenaje a las economías regionales, que comparativamente equivalen para Salta a su producción tabacalera más algo de soja y para Tucumán, a su producción azucarera.

Situación del NOA
Si bien el NOA está integrado por distintas regiones ecológicas, la mayor densidad ganadera se encuentra en el área llana, comprendida entre un rango de precipitaciones que varían desde los 250 a los 800 mm anuales.
La fisonomía de la región está compuesta por pastizales, montes y bosques.
La vegetación natural, característica del Parque Chaqueño Occidental, se integra en general, con un estrato herbáceo integrado casi exclusivamente por gramíneas de crecimiento estival, que presenta severos síntomas de sobrepastoreo; un estrato arbustivo dominante, muchas veces invasor con especies de escaso aporte a la dieta animal y que influyen significativamente en los problemas de manejo de los rodeos; finalmente, un estrato arbóreo que ha sufrido históricamente procesos de talado irracional originando así menores posibilidades de confort animal en situaciones de altas temperaturas. Esta estructura de vegetación, nos plantea entonces importantes limitantes alimenticio-nutricionales al momento de planificar producciones intensivas. A la natural fragilidad de los ecosistemas pecuarios del NOA y a la limitada disponibilidad de agua de calidad para bebida animal, se suma la escasa implantación de pasturas cultivadas y la deficiente genética de los planteles, compuestos en general por cruzas entre criollos, cebuinos y británicos. El resultado es un porcentaje de destete de 45 a 55 % con una producción cárnica de 5 kg/ha (en el árido) y hasta 50 kg/ha (en el subhúmedo).

Cuadro 1:
Stock, producción, consumo y saldos de la producción vacuna del Norte Argentino.
ProvinciasStock
(Milescabezas)
Producción
(Miles Tn.)
Consumo
(Miles Tn.)
Saldo
(Miles Tn.)
Saldo
(Mill. $)
Córdoba1.80055292636
Sgo. del Estero1.000844-36-50
La Rioja23014-14-20
Salta3702357-34-47
Chaco Occ.27049-5-7
Formosa Occ.15015-4-5
Tucumán1304075-35-49
Jujuy6034-34-46
Catamarca80517-12-17
TOTAL4.090136284-148-205


El Cuadro 1 muestra el stock, la producción, el consumo y los saldos en la producción de carne vacuna, para las provincias norteñas de Argentina, poniendo en evidencia el déficit productivo regional y la exportación de divisas para el autoabastecimiento del rubro. Esto demuestra claramente que la demanda en el NOA está asegurada, y queda por dilucidar entonces, cuales pueden ser las estrategias para incrementar la producción de carne en la región.

Estrategias IntraNOA
Se estima que la población bovina regional es de alrededor de 1.646.000 vientres que producen 900.000 terneros al año. De ellos, 430.000 pertenecen al norte cordobés y tienen como destino las zonas de invernada de Córdoba. Se debería trabajar en el NOA con los 470.000 terneros restantes, que considerando que se reparten entre machos y hembras en partes iguales y que solo el 50 % de las hembras entran en recría para reposición y/o ventas, nos da un saldo neto a engordar, de 350.000 animales. A una carga media de 1 animal/ha, serían necesarias 350.000 has de pasturas, que producirían 140.000.000 kgs. de carne en pie ó 78.000.000 kgs. de res (rendimiento promedio del 56 %), que a un precio promedio de $2/kg res, generarían a nivel regional $ 156.800.000/año.
Esto requiere una ampliación significativa del área con pasturas. Esto debería darse en primera instancia, incorporando las zonas de agricultura que estén sufriendo algún proceso degradativo de su condición edáfica, donde la rotación con pastizales es una alternativa muy aconsejada, fundamentalmente en aquellos casos que por la severidad del problema, la aplicación de técnicas de laboreo conservacionista presente limitantes.
La zona marginal sojera y porotera del oriente de la región chaqueña occidental, que abarca parte de las provincias de Santiago del Estero, Tucumán, Salta y Jujuy, es un área sujeta a variaciones climáticas importantes, con muchos años de sequía. Aquí los establecimientos agrícolas y agrícola-ganaderos, poseen suficiente superficie para la diversificación y reconversión productiva, donde el esquema de preservación del recurso suelo y el promedio de ingresos, debería primar. Dentro del esquema de producción granífera, la realización de cultivos específicos (maíz y sorgos) para la confección de silajes de picado fino de calidad y el empleo de corrales de alimentación, ofrecen la alternativa de ejecutar el ciclo completo (cría, recría y engorde) dentro del establecimiento. Esto también permite maximizar el retorno del esquema de rotación de cultivos (gramíneas/leguminosas), favorece el descanso inverno-primaveral de las praderas, facilita la programación de venta de hacienda terminada y reduce los riesgos productivos.
Las regiones marginales cañeras, por distancia a ingenio (costo de flete) o problemas de suelo (napa y salinidad), son una excelente alternativa para la diversificación de la producción cañera hacia engorde de hacienda. Son tierras muy aptas para la producción de pasturas de calidad o para silaje, producción de granos de maíz o sorgo para suplementación y verdeos invernales en base a avena y melilotus. Son regiones de elevada densidad poblacional y desocupación, por lo que deberían estar llamadas a ser las zonas invernadoras por excelencia del NOA.
Otras áreas que podrían ser aportantes de numerosas hectáreas al propósito propuesto, son las tierras por habilitarse, tanto en la región subhúmeda, como en la semiárida y árida. En la subhúmeda, el destino sería invernada, con engorde sobre pasturas con suplementación de granos o engorde a corral con silaje. Aquí los mayores problemas se presentan en los sectores deprimidos con aportes de napa freática alta y salinidad o anegamiento temporario; es importante entonces, el aporte estatal para la construcción de infraestructura de drenaje superficial y manejo del agua de escorrentía.
En la región semiárida el destino sería la cría y recría vacuna, priorizando la conservación de los recursos naturales estabilizadores del sistema, pero potencializando su capacidad productiva con manejo planificado y asesoramiento profesional mediante técnicas como el desbajerado, el desmonte selectivo, el manejo silvopastoril, la intersiembra de forrajeras subtropicales, la potrerización con alambrado eléctrico, etc. Esto puede complementarse con la confección de silaje para engorde a corral. En la región árida la aptitud debe ser de cría, con utilización racional de los recursos forrajeros naturales dentro de sistemas de producción silvopastoril.
Un rubro que no debe olvidarse dentro del planteo de transformación del NOA en región productora de novillos terminados, es el uso de los subproductos agroindustriales regionales, los que cumplirán la función de incrementar las ganancias de peso en los procesos de recría y engorde. Entre los más destacados podemos citar a la melaza y crema de levadura (industria azucarera), malta húmeda y lechada de levadura (industria cervecera), semilla y torta de algodón (industria algodonera), afrecho y pellet de trigo (industria harinera), afrecho de maíz (industria molinera), gluten feed, turrón de maíz y maíz quebrado (industria maicera), caídas de clasificación de soja, maíz y poroto (acopio de granos), gallinaza y pollinaza (empresa avícola) y cerdaza (empresa porcina). Todos estos recursos, dirigidos a la mejora del potencial productivo de novillos para el Norte Argentino, deben esta debidamente complementadas con políticas oficiales de apoyo, perfectamente establecidas, entre ellas:
•Créditos promocionales acordes a la actividad, liderados por el Banco de la Nación Argentina a una tasa de interés anual no superior al 7%. Los solicitantes deberán presentar un proyecto que, además de la descripción de la situación actual de la totalidad del establecimiento, contenga las inversiones proyectadas y la evolución financiera prevista por un plazo no menor a la duración del préstamo. Las amortizaciones serían por el sistema alemán de pago de la primera cuota a los 12 meses (en el caso de la invernada) o a los 24 meses (en el caso de retención de vientres) de formalizada la operación o venta computable de producción.
•Seguridad jurídica-policial, que contemple una legislación acorde que impida la reincidencia inmediata, mediante el cambio de la figura del abigeato a no excarcelable; control policial de guías, marcas y transferencias en puestos camineros y bocas de frigoríficos; poder de contralor de expendios minoristas (carnicerías, supermercados, abastos municipales).
•Fortalecimiento del Sistema de Extensión Agropecuaria, mediante el equipamiento necesario para la supervisión, seguimiento y auditoría de las inversiones e integración de una Red de Evaluación y Seguimiento de actividades pecuarias tales como sistemas de desmonte, implantación y manejo de pasturas, rehabilitación y recuperación de pastizales, manejo de rodeos, sanidad animal, etc.
A lo largo de esta nota, se han mencionado solo algunas de las acciones que consideramos posibles, a la hora de tomar la decisión de establecer para nuestro Norte Argentino, una política coherente de integración e intensificación de la producción bovina de carne.¤

Por Ings. J.R. Toll Vera, G.O. Martín (h) y G. Carlino
Cátedra de Forrajes y Manejo de Pasturas FAZ – UNT


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