Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA




El negocio global de las proteínas animales

*************** barra horizontal ***************
El negocio de las proteínas animales mueve 400.000 millones de dólares anuales. La República Argentina tiene sólo un papel marginal.

Cuando los expertos del Rabobank decidieron, un año atrás, realizar una conferencia internacional sobre el negocio global de las proteínas animales, no podían imaginar que el evento caería en el medio de la crisis sanitaria que ahora sacude al sector. Sobre todo, al de la carne vacuna, jaqueada por la vaca loca primero y enseguida por la explosión de la aftosa. Y que también afecta a las otras carnes, como la de cerdo (dioxinas) y pollo (salmonella y otras bacteriosis).
Pero así son las cosas. Lejos de quitarle brillo al encuentro, que reunió a los principales actores mundiales del negocio de las carnes, esta crisis sirvió de telón de fondo y fuelle para avivar el debate. Durante tres días, en Naples, Florida, se puso toda la carne en el asador.
Hubo disertantes de cuatro continentes (Africa está afuera de la conversación, tanto como productor como consumidor) y de los tres grandes rubros (vacunos, aves y porcinos), con alguna presencia puntual del pescado de acuicultura, que promete convertirse en un actor preponderante.
Gordon Butland, del propio Rabobank, remarcó la vigencia de un concepto: el consumo de proteínas animales va de la mano con el nivel de desarrollo. La sociedad va incorporando la carne en su dieta a medida que pasa de un nivel de subsistencia (dieta de féculas) a un nivel de consumo básico, para alcanzar luego un nivel “Premium”. La India e Indonesia están hoy en el nivel de subsistencia, China y Brasil en el intermedio, y los países desarrollados, más Argentina y Uruguay (los países “raros”), en el nivel máximo.

El Consumo
En la última década, el consumo de proteínas animales creció un 30%, mientras la población aumentó un 15%. Lideran los lácteos, con 500 millones de toneladas, y le siguen las carnes, con un consumo de 236 millones de toneladas. Es un negocio que factura unos 400.000 millones en el nivel primario.
En la última década el consumo aumentó 47 millones de toneladas, la mitad de pollo y 20 de cerdo, fundamentalmente debido a la expansión del consumo en China. En cambio, el consumo per capita de carne vacuna y ovina cayó un 10% a nivel mundial.
De esas 47 millones de toneladas de incremento (por un valor de unos 100.000 millones de dólares) 10 fueron aportadas por Norteamérica, devenido al mismo tiempo en un gran productor, consumidor, exportador y también importador de todo tipo de carnes. Su gran competitividad se basa en la dotación de recursos naturales (praderas y pastizales) y la provisión eficiente de insumos básicos -granos forrajeros y harinas proteicas- para la producción intensiva.
El consumo en China creció un 106% y alcanza los 49 kilos, la mitad que en los EE.UU. Por otro lado el 55% de la población mundial apenas consume el 20% de las proteínas animales. Esto podría generar un desarrollo fenomenal, porque esos países de bajo consumo son los que tienen al mismo tiempo la mayor tasa de crecimiento poblacional. El 90% del crecimiento de la población va a ocurrir en países que consumen sólo 11 kilos per capita. Como contraparte, Japón y la Unión Europea, los mayores importadores de pollo, están perdiendo un significativo número de consumidores.

Nuevos escenarios
En cada rubro, la industria se prepara para este escenario. Los mercados maduros, como la UE, Japón y los EE.UU. significan un gran desafío. Y encima son los más sensibilizados por la crisis sanitaria. John Bekkers, de la empresa de pollos Gold Kist, mostró cómo muchas empresas huyeron del negocio en los años 70, convencidos de que era imposible mantener el crecimiento del consumo. Por entonces había pasado de casi nada a 20 kilos per capita. Allí entró él al negocio, agradeciendo los precios de liquidación. A base de innovación y marketing, equipamiento y procesos que crearon nuevas formas de agregación de valor, duplicaron aquel nivel y hoy llegaron a 40 kilos per capita, sobrepasando al cerdo y a la carne vacuna en la dieta estadounidense. Y dijo que aún no llegó el “fin de la historia”.

El gran Brasil
Luiz Fernando Furlan, de la brasileña Sadia, contó su propia estrategia en el mismo rubro de las aves. Brasil ya produce el 10% de la oferta mundial de pollos, con 6 millones de toneladas anuales, igualando a la Unión Europea. Creció mucho su consumo doméstico (de 22 a 30 kilos ente 1996 y el 2000), pero exporta un millón de toneladas, lo que lo convierte en el segundo del ranking mundial tras los EE.UU. (exportaciones por 2 millones de toneladas). Brasil basa su competitividad en la provisión de granos forrajeros (maíz) y harinas proteicas (soja), y en un esquema de integración con pequeños productores. Ahora están a fondo con toda la problemática del control sanitario, implementando el Hazzard, la trazabilidad, programas de monitoreo de drogas, residuos de pesticidas y metales pesados, auditoría de los proveedores y todo lo que brinde seguridad a los consumidores.
Esta es la tendencia general. La vaca loca desató la carrera por recuperar la confianza de los consumidores. La estrategia compartida: contar con buenos servicios sanitarios, y dar garantías desde las marcas promovidas por empresas sólidas y de buena reputación. Esto, por supuesto, brinda oportunidades a las que no está ajeno el propio Rabobank, orientado a fusiones, adquisiciones y acuerdos de todo tipo.
Nadie espera una huida masiva de las carnes, sobre todo porque desde la oferta se desatarán acciones para recuperar la confianza. Entre las propuestas, quizá la más polémica fue la que presentó Ray Goldberg, un especialista de agribusiness de Harvard, cuando planteó que las empresas integren a sus directorios a miembros de organizaciones de consumidores. Estos temblores, si bien no van a modificar la tendencia global, necesariamente impactarán en los negocios. Por ejemplo, la ruptura del convenio que había celebrado Tyson Foods con IBP. Tyson es un gigante del cerdo y el pollo, y había celebrado un acuerdo para comprar IBP, una de las grandes operadoras de carne vacuna. Pero hace quince días Tyson se echó atrás, diciendo que los números no eran los que les habían prometido. En Naples se opinaba que fue el riesgo de que la aftosa o la vaca loca ingresasen a los EE.UU. lo que provocó el alejamiento. Las acciones de IBP bajaron un 40% y ahora hay un juicio multimillonario en marcha. En este contexto, las oportunidades fluyen. Incluso para la Argentina, que pese a su dotación de recursos está afuera del gran juego mundial de las proteínas animales. Apenas una participación en el negocio de la carne vacuna, justamente la más jaqueada en los últimos años.

(Extracto)
Por Héctor A. Huergo
Fuente: Clarín Rural


*************** barra horizontal ***************






Copyright © Revista Producción - InterNet Tucumán - Todos los Derechos Reservados



produccion
Revista Produccion - Producciones - Editorial - Contacto - NOA - tucuman - salta - santiago del estero - catamarca - jujuy