Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA




Entrevista: Ing. Pedro Pérez
La ganadería debe encararse en el NOA
como gran empresa

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Ing. Pedro Pérez

La ganadería es una actividad que, al menos en Tucumán, tiene bajo perfil. Pero ello no la hace menos importante, y por ello PRODUCCION decidió requerir la palabra de un experto en la materia, el ingeniero Pedro Pérez, profesor de la cátedra “Bovinos para Carne” de la Facultad de Agronomía y Zootecnia de la Universidad Nacional de Tucumán. Reseñó cuál es la realidad de la actividad en Tucumán y el NOA, y se mostró decididamente adepto a la conversión de una tarea que hasta ahora es poco menos que artesanal, en la gran empresa. El desafío es bravo pero posible. Las bases para emprender la transformación están vigentes, sólo hace falta desarrollarlas con paciencia e imaginación.

¿Cuál es la cantidad estimativa de reses que existe actualmente en Tucumán?.
Nuestra provincia tiene una característica histórica, que es la de rodeo bajo, actualmente podemos estimar entre 120 y 130 mil cabezas de ganado, con la particularidad de que más del 90% esas cabezas están en poder de sólo un 10% de los ganaderos. Esto pinta una situación muy compleja, porque la productividad que puede alcanzar un pequeño ganadero forzosamente será siempre inferior a la del grupo restante, que dispone del desarrollo tecnológico.

¿Qué cantidad de carne se consume en la provincia?.
Aproximadamente unas 350.000 cabezas por año, el 90% de las cuales se importa desde Córdoba, Santa Fe ó el mismo Santiago del Estero. Esta es una situación que se arrastra desde siempre, recuérdese que nuestra provincia tiene un 65% de su superficie en terreno montañoso.

¿Tucumán no debería elevar significativamente su aporte a la demanda de carne local?.
Vamos poco a poco. Si bien Tucumán provee solamente el 10% de su demanda local, ello no significa que el 90% restante esté descubierto; todos sabemos que el tucumano que desea adquirir carne la consigue fácilmente, y si desea de una magnífica calidad, también. Esto significa lisa y llanamente que el mercado está cubierto, aunque sea por la ganadería foránea y, para que se tenga una idea, en valores económicos, representa una cifra semejante al bruto de la cosecha de caña de azúcar. Pero vamos a la pregunta, si quisiéramos aumentar la participación del rodeo local, deberíamos desplazar a los actuales ocupantes del mercado, y eso significa tener que ofrecer cantidad, calidad y continuidad.
Nosotros, en la región, tenemos una producción estacional, con una época de seca y otra húmeda, de mayor productividad, con ventas entre abril y mayo, mientras que por el contrario, no hay una estacionalidad en el consumo, porque ya no existe como antes la cosecha de caña manual, que producía un pico de demanda durante la época invernal, coincidente con la zafra.
Tenemos 650.000 hectáreas con potencialidad ganadera en la provincia, otras 250.000 con caña y otra intermedia con soja y granos, queda sólo la parte montañosa, o sea que para alimentar una población de 1.300.000 habitantes, necesitamos las 350.000 cabezas por año ya comentadas, y para llegar a esa cantidad, deberíamos tener un rodeo de 1.200.000 cabezas, que literalmente no entrarían en la superficie que tenemos destinada a ganadería. Conforme a cálculos que hemos realizado, Tucumán, en el óptimo de su potencial ganadero, podría llegar a cubrir un 40 ó 45% del total de su propia demanda. O sea que declarar la independencia como consumidora de carne extraña implicaría algo así como un milagro tecnológico.

¿Cuál es la calidad de nuestras carnes?.
La facultad de Agronomía, el INTA y la Estación Experimental están haciendo un esfuerzo importante en cuanto a la producción del novillo de invernada, que es el que va a faena, y en los últimos 3 ó 4 años se puso énfasis en la calidad de carne con gente de nuestra facultad especializada en el tema, liderados por el ingeniero Carlos Orellana. Con un buen sistema de producción y manejo hasta la faena, se pueden alcanzar niveles muy interesantes de calidad, sin llegar por supuesto a la calidad del novillito Aberdeen Angus de la pampa húmeda, pero sí produciendo novillos de importante calidad que se faenan a los 20 ó 24 meses de edad, de muy buen nivel competitivo.

¿En qué regiones se hace ganadería?.
Para ser sincero, en aquellas regiones en las cuales no se puede hacer agricultura por una razón de competitividad, en cuanto al rendimiento de dinero por hectárea; el margen bruto de la soja es mayor que el que podría producir la invernada, la velocidad del movimiento de dinero en la agricultura la hace más atractiva que la ganadería, por lo que habría que pensar en una mixtura agrícola-ganadera.

¿En qué medida afectó la crisis económica actual a la ganadería?.
Hay que distinguir los temas coyunturales, de los estructurales. Entre los últimos tenemos el ciclo económico largo, con mayores inversiones iniciales y atención permanente, y hay otras coyunturales, como puede ser la salida de la Convertibilidad. Esta significó que el matarife estaba comprando carne a valor dólar 1 a 1 en Córdoba ó Santa Fe, con plazos de 30 y hasta 45 días, de pronto dejó de tener efectivo y tiene bonos o ticket, que sólo circulan dentro de la provincia, con lo que vio notablemente limitada su capacidad de compra. No tiene el plazo, ahora todo se compra de contado, entonces ese reflujo que hay, hace que se centre la atención en la producción de ganado local; hasta ahora el ganadero local tenía que competir en desventaja con los colegas cordobeses o santafesinos, que con muchos menos insumos tienen calidad y continuidad. Pero eso cuando el precio del gasoil se mantenía barato, ahora con el combustible por las nubes, sin plazo y los bonos como moneda, la ventaja comparativa en favor de la producción regional toma cuerpo, con lo cual es posible esperar una mejora en la posición vendedora del ganadero local.

Esta mejora, ¿tuvo ya realización práctica?.
Sí, ya hubo un remate de la Sociedad Rural de Tucumán, con precios prácticamente récord, llegándose a pagar hasta $1.60 el kilo vivo de ternero por ganaderos locales, o sea que la expectativa es que el mercado se tonifique.

¿Cuáles son las perspectivas de la ganadería en nuestro medio?.
Hay un largo camino a recorrer para transformar la ganadería en empresa. Actualmente el productor ganadero tiene a su actividad por lo general como secundaria, o no le presta la misma atención que a la producción agrícola. Hace falta una toma de conciencia en el sentido de considerar a la ganadería como una empresa rentable que merece toda la atención de sus cultores por la envergadura que puede llegar a adquirir.

¿La situación es similar en todo el NOA?.
Sí, todas las provincias del Noroeste tienen asentada su ganadería en el semiárido, siendo Santiago el más importante, con un millón de cabezas, y si tomamos en cuenta a la región toda, aquí sí podemos decir que existe aún una buena porción de terreno que podría dedicarse a la ganadería.

El ganadero norteño ¿está organizado?.
No hay organizaciones formales, simplemente grupos de ganaderos que compararan la tecnología que aplican. Existe una ganadería intuitiva, sin proyección en el tiempo, que es lo que exige una empresa, téngase en cuenta que tenemos el servicio del toro a la vaca, 9 meses de gestación, 6 meses hasta el destete y 18 a 24 meses hasta que el animal llega al mercado, con lo que hablamos de un proceso que llega a casi 5 años. El ganadero tiene que tener una estructura mental particular y un planteo económico distinto a los demás productores, que le permita proyectarse hacia el futuro, porque el resultado de lo que comenzamos hoy, lo veremos recién en 5 años.

¿Cuál es el nivel tecnológico de nuestra ganadería?.
No desconocemos la tecnología de punta, directamente tenemos que hacer una ganadería más artesanal debido a nuestra desventaja cambiaria.

Toquemos ahora un tema que parece increíble en pleno siglo XXI, pero que es una cruda realidad: el cuatrerismo.
Hay un convenio que se firmó hace un año entre la Estación Experimental, INTA y nuestra facultad, en el cual se señala como limitante no tecnológico al abigeato o sea el robo de ganado. Y en este tema hay que señalar una cantidad de responsabilidades anexas, no es solamente la policía quien debe combatir al cuatrero, hay un marco legal insuficiente que permite que el cuatrero sorprendido con las manos en la masa -o en la vaca- pueda ser liberado.

¿Por qué no se presiona para que se legisle sobre el particular?.
La Sociedad Rural lo hace permanentemente, pero sin encontrar respuesta en la justicia, debería haber un cambio en el Código Penal, que al parecer es difícil de instrumentar.
El tema del cuatrerismo enturbia la relación comercial, porque la carne faenada en condiciones ilegales se vende en algún lugar, hay alguien además del cuatrero que se involucra en la cadena comercial, la vaca robada circula por las rutas del país sin papeles y también hay una cuestión de falta de control que finalmente adquiere importancia en lo que se conoce como inocuidad del producto. El producto de la vaca robada no está sometido a control sanitario, de modo que no se trata solamente del daño inferido por el cuatrero al ganadero, sino también de la responsabilidad social por la falta del pago de impuestos por mercadería que sale del circuito oficial y, por añadidura, no ofrece la menor seguridad en cuanto a su calidad sanitaria.

¿Hay cifras sobre las pérdidas por abigeato?.
No tenemos números, porque hay muchos robos no denunciados, lo que sí sabemos es que hay gente que dejó de practicar la ganadería por lo que en seguridad significa tener que armar gente para combatir el cuatrerismo.
La dispersión de pequeñas localidades provoca que se habiliten “planchadas” de faena que no tiene todo el sistema de control conveniente, que son simplemente cobertura de chapas y un par de palos, y no se puede controlar las mas de 200 existentes en la provincia; claro, se habilitan para la comercialización en una comunidad adonde no se puede acceder con carne faenada en mataderos oficiales, y es prácticamente imposible verificar si cumplen acabadamente con su rol.

¿Cuál es la calidad del control sanitario de las carnes faenadas?.
El control sanitario es serio, responsabilidad del SENASA, pero el punto es que, repito, hay una proporción imposible de controlar, con el consiguiente riesgo sanitario.

Finalmente ingeniero, su mensaje para nuestros productores ganaderos.
Sencillamente la necesidad de que los productores tomen conciencia de que es necesario emprender la gran empresa ganadera, con proyectos mínimos a 4 ó 5 años, que obligan a tomar una posición de mayor responsabilidad, con incrementos de los sistemas de autocontrol que, en definitiva, propenderán al rápido desarrollo de su labor.¤

  
Por Ernesto Cepeda,
de Producción


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