Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA




Perspectivas:
Commodities vs. Fancy Food

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Seguramente comienza a leer este artículo porque le llamó la atención el título. Porque hay palabras que no son en nuestro idioma y porque nos da curiosidad lo que no conocemos. Distinto hubiera sido si el título hubiese sido "Las producciones extensivas tradicionales -carne, cereales, oleaginosas y leche- son enfrentadas por las comidas naturales y artesanales".
Estoy seguro de que la palabra commodities la conoce y asocia a trigo, soja, carne, leche en polvo, productos que en el mundo han pasado a ser de tratamiento político más que comercial, ya que los subsidios de los países centrales y su utilización para "ayuda humanitaria" -que no es más que sacarse de arriba stocks y colocar lo que le compraron a los productores a un precio mayor a los precios internacionales- se complementan con créditos blandos y otros regalos, que luego se lo cobran de otra forma -favores políticos, militares, acceso a negocios más suculentos, aprobación de leyes que beneficien a empresas de sus respectivos países, ley de patentes y muchos etc.-. Ese mercado permanecerá pero está muy limitado.
Eso con respecto a los países dominantes de la economía global o centrales; en lo que hace a los problemas vernáculos, la presión impositiva, las retenciones, o la mala costumbre de "echar mano" a las ganancias del campo cuando se les acaba la plata de la caja o los préstamos externos a los gobiernos y quieren cerrar sus cuentas, lo que desestima cualquier mejor precio relativo que las condiciones internacionales o internas -devaluación- puedan otorgarle a estos productos y a sus hacedores, los productores.
Este panorama, no se va a modificar fácilmente aunque es el caballito de batalla de cuanto político quiere echarle culpas a otro: "el problema son los subsidios", y saben perfectamente que hay acciones internas que dependen de ellos que podrían minimizar ese efecto pero no reaccionan positivamente sino que actúan en contrario.

Negros commodities
Este parece un negro panorama del futuro del campo, lo que es parcialmente cierto, si seguimos insistiendo con las producciones tradicionales y sin valor agregado. Cada vez tratamos de sembrar más, producir más, y cada vez nos va peor, y esto corrobora lo que decíamos, apuntamos a un mundo con hambre pero sin plata y dejamos los negocios que involucra a los económicamente poderosos para que los atiendan otros.
México es un claro ejemplo de lo que se puede lograr con la diversificación, con las producciones alternativas, con satisfacer a Estados Unidos de los productos que el país del Norte requiere. No se preocupan por producir leche, la compran con el dinero que ganan con las hortalizas y verduras y otros productos que tienen en cuenta el gusto de los estadounidenses.
Los productos naturales y con seguridad para el consumo o productos inocuos, son a los que apuntan los mexicanos. Otro ejemplo es Brasil que, si bien sigue con los commodities, busca nuevas alternativas comerciales -colocó el 100% más de pollos en Europa aprovechando el episodio de la Vaca Loca- o con investigaciones -confieren a sus productos cualidades diferenciales como ser: la piel de los pollos logrados significa un 80% menos de colesterol a quienes lo consumen o el quitarle ciertas cualidades de gusto a la soja para facilitar su consumo directo y abriendo un nuevo y promisorio panorama para sus productos-.

Futuro para las Fancy Food
Las comidas naturales y artesanales (Fancy Food) son ya una alternativa extraordinaria. En Estados Unidos se facturan anualmente 47.000 millones de dólares con este tipo de comidas y el crecimiento anual es del 8% en el mismo período, mientras que en las comidas o productos tradicionales es de sólo el 4% de crecimiento.
Las posibilidades son magníficas, pero no es un mercado común. Por tratarse -sus consumidores- de personas de alto poder adquisitivo, sus gustos y exigencias son muy particulares por lo que es imprescindible entender su idiosincrasia de consumo para poder satisfacerlos.
En estos requerimientos, si bien hay productos frescos, en la mayoría de los casos son productos elaborados con una presentación especial en cuanto al envase, etiqueta, contenedor o exhibidor, cualidades diferenciales y lo que es más importante las exigencias de calidad que se basan en la inocuidad.

No existimos
En este mercado de las comidas naturales y artesanales Argentina tiene poca injerencia, no existimos, ya que como mercados nicho, son muy puntuales y específicos y no estamos acostumbrados ni hay apoyo de ningún tipo para alcanzarlo.
Pensemos que no hay apoyo ni política para los commodities, que desde siempre fueron nuestro sustento, por lo que no esperemos que se apoyen emprendimientos donde es necesario desarrollar mercados y productos y hay que planificar y trabajar en equipo.
Esto ocurre en esta Argentina que muere, que se desintegra: en la Argentina que nace, que debe comenzar de cero en todo, debe ser un objetivo primordial ya que es la única salida viable con que se cuenta o, caso contrario, seguiremos disputando en inferioridad de condiciones los mercados pobres dejando de lado los mercados más lucrativos e interesantes. Las ventajas que tenemos son inmensas, pero nos falta el sentido común y el trabajo en serio de toda una sociedad. En la Argentina que se "refunde" -por estar en etapa terminal- esto no es posible; en la que se "refunda" -se hace de nuevo- sobre bases solidarias y con un nuevo espíritu de pertenencia es una de sus cualidades más preciadas.
Aún en la Argentina que se refunda -está en el inicio de un nuevo proceso- parece una utopía pero no es más que una lectura de la realidad sin la interferencia de las urgencias actuales, es necesario aportar lo mejor de nosotros para lograr este destino, el único que nos ha de brindar un futuro posible. Depende de nosotros, de cada uno de los argentinos; los políticos sólo cubren su retirada y tratan de mantener sus privilegios, no tienen ideas ni proyectos que nos contengan a todos. Como dirían los chicos, "fueron".
Por eso es necesario trabajar y mucho en la reinserción productiva en el mundo pero desde las exigencias de los mercados, con embajadas, empresarios y funcionarios que trabajen para ello, al revés de lo que hacemos. En ese momento la Argentina volverá a ser lo que todos queremos, un país en el que dé gusto vivir y con futuro.
Está en nosotros lograrlo.¤

Fuente: La Opinión - Rafaela

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