Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA




Entrevista: Víctor Elías
El sector agrícola mantiene intacta su potencialidad

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El economista Víctor Elías, presidente del Instituto de Economía Aplicada de la Fundación Banco Empresario de Tucumán, a pedido de PRODUCCION, ofreció su punto de vista sobre la situación actual del campo argentino, refiriéndose particularmente sobre las principales actividades que componen al sector agrícola del NOA, como ser los cítricos, caña de azúcar y soja. En ese contexto, puntualizó que el sector agrícola argentino siempre fue "bastante dinámico" contribuyendo con sus ingresos al desarrollo del país, a la generación de empleo y recursos genuinos para las distintas provincias. Pero como no todo es "rosas", destacó que muchas veces, el mayor o menor dinamismo se circunscribe a distintos factores, algunos naturales, como el climático, y otros de corte político, como en el caso de medidas adoptadas que muchas veces juegan en contra, como el proteccionismo a ciertos sectores cuando el país dice sostener una política de apertura. Para Elías, hay señales claras que hablan bien del campo, y una es el hecho de que, en muchos lugares -por no decir todos-, el precio de las tierras para la producción agrícola no bajaron, en dólares, como se habría esperado con el cambio de la devaluación. Esto quiere decir que su potencialidad mantiene al sector atractivo para la inversión.

¿Cómo ve al sector agrícola?.
La agricultura Argentina está hoy en su mejor forma porque la ventaja comparativa del país todavía sigue siendo su tierra, y el uso de este recurso se ve más dinámico en los períodos en que el país tuvo menor protección comercial.

¿El año 2002 fue bueno para el campo y sus distintos cultivos?.
En el caso particular que nos tocó vivir en el año 2002, donde se produce una gran devaluación de la moneda, con un salto importante en el tipo de cambio que no fue acompañado por los precios internos. Allí se da un estímulo muy grande a la parte industrial, y no a la parte agrícola en sí. Esto puede parecer raro porque con un dólar más caro uno piensa que crecerían las exportaciones tradicionales, pero debido al proteccionismo del que gozan algunas actividades -como el azúcar y la industria automotriz, por ejemplo-, llevó a que cayeran las importaciones, y eso llevará a que, a la larga, decaigan las ventas al exterior, por una cuestión de balanza comercial.

¿Desde ese punto de vista, los años 90, sí fueron buenos?.
Durante la década de los ‘90 hubo una primera etapa donde el sector agrícola no había respondido muy bien. Sin embargo, en ese período hubo bastantes inversiones, cambio de forma de producción y se introdujeron innovaciones tecnológicas. El sector agrícola hizo una gran inversión y se esperaba una gran expansión de cultivos, fue bueno, pero no relevante.

¿Cómo ve el futuro del sector agrícola?.
Si uno tiene que analizar el futuro, tanto el NOA como el país cuentan con una ventaja muy grande que tiene que ver con la utilización de los recursos propios: la tierra; y eso significa agricultura, ganadería y agroindustria. No hay que hacer indutrias complicadas. La agroindustria tiene bastante futuro siempre y cuando no se insista en el sistema proteccionista, que lo único que hace es incentivar el desarrollo de otros tipos de industrias.

¿A qué debería temer el campo?.
Por un lado hay ciertas señales generales de incertidumbre que llegan al campo, como no saber qué va a ocurrir con la inflación, con el tipo de cambio, con los impuestos; todo eso, en general. Pero el campo aún sigue siendo un gran motor para sacar al país del gran problema económico financiero y hacerlo un país viable.

¿Invertir en el campo todavía es negocio en Argentina?.
Muchas inversiones que hizo el campo fueron acompañadas con la introducción de nuevas tecnologías, la expansión de tierras con mejoras sustanciales en la producción, irrigación, implantación de nuevas variedades, agroquímicos y maquinarias, pero lo que se hizo todavía es ínfimo. Argentina todavía necesita inversiones en esta actividad.

¿Ha crecido el productor agrícola?.
Es sorprendente la expansión de nuevos cultivos. Antes teníamos un gran diferencial en lo que hace a rendimientos en cereales tradicionales respecto a otros países con producciones importantes en trigo, cebada, centeno; en cambio en soja, no. La productividad de este cultivo es comparable a nivel internacional. Eso indica que hay un gran interés de invertir. Pero ojo, esa inversión debe hacerse con nuevos cultivos y no siempre repetir el mismo. Ese es el desafío, no replicar la misma explotación: (soja, sobre soja, sobre soja).

¿La participación del agro en el PBI es alta?.
El sector servicios se expandió mucho en nuestro país. El corte del PBI total, muestra hoy a la agricultura y a la minería que no llegan al 12 por ciento, cuando la industria pisa los 22 puntos y el resto, casi un 66 por ciento le corresponde al comercio y los servicios, donde la electricidad, comunicación y el gas, crecieron mucho. Pero si uno piensa en el largo plazo, la agricultura siempre irá perdiendo participación en el total del PBI. Eso se debe a un problema de demanda: a medida que la familia mejora sus ingresos, comienza a dedicar mucho más de los mismos a otros bienes más elaborados o manufacturados, como así tambián a ocupar más servicio. Pasa en todo país en crecimiento.

¿Cuáles son los sectores que más lo sorprenden por el desarrollo alcanzado?.
Argentina perdió la condición de país líder en producción de cereales y carnes; sin embargo en soja y citrus está más que competitiva. La Pampa Húmeda perdió posición relativa. Lo que pasa es que Argentina tradicionalmente generó políticas que actuaron contra el sector agropecuario en el sentido de que el Estado trató de utilizar parte de los recursos que genera el campo para favorecer el crecimiento de otros sectores (transferencia de recursos). En los años ‘20 la participación de la agricultura en el país estaba en el 40 por ciento y hoy no llega al 12 por ciento.

¿Qué opinión le merece la protección azucarera?.
El tema pasa por saber si somos competitivos o no. Si todo el sector agrícola es competitivo o sólo una parte. Eso lleva a que muchas veces las conversaciones con el sector externo esté comandada por el sector menos competitivo. El tema es: si hay que proteger o no al azúcar porque los demás están subsidiados. A la larga hay que pensar en ser competitivos, porque no sólo complica la parte exterior, sino que complica a toda la región, porque por proteger a los más ineficientes se está perjudicando a los eficientes.
Cuando una provincia logra mucho apoyo para cierto sector, los otros sectores terminan pagando el costo de ese apoyo. El sector azucarero debería ir pensando es ser más eficiente para no depender tanto de la protección.

¿Por qué apuesta tanto a la apertura?.
Creo que la apertura del mercado es a su vez muy importante para que el sector agrícola tenga mucho incentivo para introducir cambios tecnológicos, que es fundamental en este rubro.

¿Qué cree que se debería hacer para favorecer al campo?.
Creo que se debería comenzar por bajar el impuesto a las Ganancias, un impuesto retrógrado que quita incentivos a la inversión. También se debería tratar de abaratar y facilitar la llegada al productor de los nuevos insumos y tecnología. Se debe tratar de que las maquinarias y semillas sean accesibles a todos, porque es bueno que el productor agropecuario tenga acceso a precios internacionales, lo cual fomentará indirectamente las exportaciones, permitiendo el ingreso genuino de divisas a provincias tan castigadas económicamente como lo son las del NOA.¤


Por Fabián Seidán,
de Producción


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