Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA




Análisis y propuestas:
La diversificación económica en Tucumán

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El cierre compulsivo de trece ingenios -de los que se reabrieron tres-, más la quiebra de otro, redimensionaron el parque industrial tucumano, reduciéndolo en once fábricas, un 41% de las que había hasta ese entonces. Se expropiaron cupos de producción con el afán de atacar el monocultivo, la mono-producción y dar lugar a la diversificación productiva de la provincia. Esto ocurrió entre los años 1966/68.
Tiempo después se puso en marcha el llamado Comité Operación Tucumán, que tenía por objeto promover, evaluar y ejecutar las tareas administrativas que condujeran a concretar la diversificación en los sectores agrícolas y sobre todo industrial. Este proceso comenzó a fines de la década de los años 60 y se prolongó prácticamente al primer lustro de los años 70 cuando tomaron cuerpo las más importantes radicaciones de industrias al amparo del régimen citado.
El efecto fue positivo, durante la década de los años 70, la economía de Tucumán, según datos del Consejo Federal de Inversiones, creció un 108% a una tasa anual acumulativa del 7,7%. Únicamente la posterior provincia de Tierra del Fuego creció a una tasa anual mayor que la de nuestra provincia, propiciada por la ley 19640 de promoción económica del citado territorio.
¿Cuáles fueron las causas del sostenido crecimiento económico tucumano?... En opinión de quien escribe, en la demanda agregada para inversiones y consumo generada desde cuatro vertientes a saber:
•A.- Las inversiones, sobre todo industriales, promovidas por el Comité Operación Tucumán donde juegan las inversiones en sí y las producciones que ellas realizaban.
B.- Las inversiones del sector público provincial apoyado por el estado nacional y originando recursos endógenos a través de las retenciones sobre el precio de venta de insumos locales como la caña de azúcar. Recuérdese como anécdota que hasta el pase de Julio Ricardo Villa de Atlético Tucumán a Racing Club de Avellaneda, estuvo sometido a este régimen.
C.- El mayor consumo derivado de las presencias de tropas regulares e irregulares en la provincia.
D.- El precio del azúcar en los mercados internacionales en prácticamente toda la década de los años 70 que hizo abandonar provisoriamente la política de restricción de la producción, impulsándola, para que se destine a la exportación. Esto tonificó la economía azucarera tucumana.

Esta onda expansiva duró hasta el año 1982 en que la crisis derivada del desmanejo económico de la era Martínez de Hoz, se manifestó en su plenitud, a ello debe sumársele el desequilibrio fiscal acentuado por la financiación de la guerra de Malvinas que repercutió negativamente sobre la situación nacional y provincial. El primer logro conseguido en la tarea diversificadora, fue que en los años 1972/73 el valor agregado por la industria no azucarera era mayor que el de la industria azucarera.

El regreso de la democracia a fines de 1983 trajo consigo varios efectos no positivos para la economía provincial: Primero: Se paralizaron las inversiones tanto del sector público como del privado, salvo algunas fábricas del sector citrícola que se pusieron en marcha hasta comienzos de la década de los noventa, y alguna otra. Por el contrario entre los censos económicos de 1985 y 1994, se contabilizaban la des-inversión de 671 fábricas, un 32% de las que había al comienzo, en medio de la indiferencia de las autoridades y dirigentes políticos y empresarios; Segundo: La deformación de las estructuras económicas provinciales derivadas del crecimiento desmesurado del estado donde en poco tiempo, el número de los empleados públicos se multiplican por dos y los jubilados y pensionados, por más de tres, derivando en déficits crecientes e inmanejables donde se apela hasta la emisión de moneda propia, los famosos Bocade eliminados recién en el año 2003. La curva demostrativa del crecimiento se achata definitivamente, en una serie de largo plazo se revela que de 1983 a 2000 escasamente llega al 1,8% anual acumulativo, frente a casi el 8% que mostraba en la década de los años 70.
En el año 1989 fenece el programa Alconafta, nacido en Tucumán, por falta de apoyo estatal y de los propios productores, el que era una interesante alternativa de diversificación en el procesamiento de caña de azúcar. En 1991 se produce un importante cambio estructural en la actividad azucarera, se desregula totalmente dejando a cada factor para discutir con inteligencia y fuerza la defensa de sus intereses.
1991/92 son dos buenas zafras, pero se comercializa mal por debajo de los costos y se pierde plata en no pocos casos. Del 93 al 96 cae la producción y Argentina se ve obligada a importar azúcar como hacía años que no ocurría. A partir de 1997 mejora la producción con récords ese año y 1998 en que Tucumán supera el millón de toneladas de azúcar por primera vez a la luz del día. Al presente se está afirmando la producción por encima del millón de toneladas de azúcar, pero lo que más aumenta es la productividad por hectárea plantada con caña, en la década de los 80 llegaba a los 3860 kilos de azúcar por hectárea, en el año 2003 había superado los 6800 kilos, el aumento de los rendimientos sería de un 76% en el período, bajan considerablemente los costos, la producción tucumana de azúcar es competitiva.
Entre 1990 y 1999, Argentina liberó tierras con caña por más de cincuenta y un mil hectáreas, las que en su mayor parte lo fueron en Tucumán. De las más de 308 mil hectáreas que tuvo el país, se redujo a 241 mil o sea un 22% menos. A pesar de eso produce más caña y más azúcar que antes, el aumento de la productividad hizo el resto... Tal vez en este marco de acentuado aumento de los rendimientos culturales y sacarinos, otorgue mayor sustentabilidad al plan Alconafta...
Paralelamente avanzó la siembra de granos en la provincia, principalmente soja, en la temporada 2002/03 la soja y el maíz utilizaban 270 mil hectáreas, la caña de azúcar 190 mil, el citrus, unas 35 mil hectáreas. Entre estos tres cultivos ocupaban algo así como el 64% de toda la superficie aprovechada en Tucumán.
El citrus merece un párrafo aparte por la formidable evolución cuantitativa y cualitativa que ha tenido en los últimos tiempos. Para mejor información se ha compuesto un cuadro cómo ha sido la evolución entre 1993 y 2003, comparando cifras de producción absolutas y relativas y tasas de aumento anual acumulativo habidas. (ver Cuadro en página 36).
Se observa que la producción de limones en diez años se ha multiplicado por 2,49 veces a una tasa del 9,6% anual acumulativo, el destinado a industria por 1,966 a una tasa anual del 7%; el destinado como fruta seca al mercado ha crecido en sus despachos un 27%, a una tasa del 2,4% anual y el destinado a exportación, un 789,3%, a una tasa anual acumulativa del 54,8%.
Muestra el cuadro que, si bien la producción en los diez últimos años se ha multiplicado por 2,49 veces, la de limón calidad extra destinado a la exportación como fruta fresca, se ha multiplicado casi por nueve veces, lo que habla muy bien de la dedicación a las plantaciones nuevas y replantaciones, de la tecnología empleada en el campo, en los empaques y en logística de envíos al exterior, todas ellas aportantes a un prestigio de la fruta nacional que se demuestra con la sostenida demanda que permite la colocación de volúmenes importantes en esos mercados.
De los datos aportados se puede inferir que la principal restricción a una más dinámica gestión económica provincial se debe a la presencia de un gran estado con poca productividad que significa una pesada carga para todo el aparato productivo. En la actividad privada se advierte una mejora sensible en la productividad del sector azucarero-alcoholero que todavía detenta el primer lugar dentro de la estructura económica tucumana y lo hace plenamente competitivo en los distintos mercados; la agro-industria cítrica le sigue, ocupando el primer lugar en el cálculo del valor agregado agrícola y con firme tendencia al crecimiento de los volúmenes y de la calidad de la fruta.
Después la producción de granos gruesos como soja, maíz y porotos, a los que se les está agregando el trigo como cultivo de invierno, para reforzar esta firme inserción de lo granífero en la producción provincial. Siguen después la producción de tabaco, hortícola como la papa de consumo, y para semilla, verduras, frutillas, a los que se están incorporando paltas, kiwi, arándanos y otros en orden decreciente.
En el trabajo titulado "Propuestas para un plan de Desarrollo en Tucumán", quien escribe le aportaba al actual gobernador de Tucumán, ideas para incrementar la producción de carnes y de leche de cuyo consumo la provincia genera menos de un veinte por ciento en cada caso. La posibilidad de colonizar entre 2,5 y 4 mil hectáreas en el Valle Calchaquí que se pueden destinar a la producción de uvas para vinificar o para mesa, aromáticos como pimentón, ají, comino, pimienta y otros, membrillos para dulces, nogales, etc... redondearían una iniciativa exitosa a favor de esta diversifícación que parece ir por buen camino pero a la que le falta recorrer un ponderable espacio para tener una culminación positiva.

Tucumán, Julio de 2004.¤

Por Eduardo J. Poliche

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