Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA




Impuestos:
La presión tributaria desalienta la inversión y la generación de empleo formal en el campo

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Factores de la actividad agropecuaria de las provincias de Tucumán y Salta iniciaron conversaciones con sus respectivos gobiernos para disminuir la carga tributaria que afecta su desarrollo y rentabilidad.
PRODUCCIÓN dialogó con los actores del agro y un especialista en la cuestión para saber hasta dónde podría conceder el Estado una rebaja en los pagos. Hay dos factores que influyen año a año en el humor -mejor o peor- de los productores agrícolas: el clima y los impuestos. El primero no se puede tocar, cambiar o impedir que suceda, ya que es la fuerza de la naturaleza la que se encarga de hacerlo seco, húmedo, lluvioso o normal; mientras que el segundo es puramente político, y son hombres y gobiernos los que deciden que sean más rigurosos, flexibles o equilibrados, en relación a sus ingresos.
Desde hace un tiempo a esta parte, el campo argentino ha venido a solucionar con su mayor aporte tributario un problema del gobierno Nacional, resultando el mayor sostén de la paz social al aportar fondos para subsidiar a desocupados -mediante las Retenciones a las Exportaciones- y atendiendo los desfases de los gobiernos provinciales, a través del pago de impuestos distorsivos que le restan competitividad frente a sus pares de otros países del hemisferio sur.
Por eso, la Sociedad Rural de Tucumán, a través de su presidente, Víctor Pereira, hizo punta y comenzó a dialogar con el Gobierno de Tucumán medidas tendientes a eliminar tributos y bajar las alícuotas de otros, reclamos que fueron escuchados por el ministro de Economía Jorge Jiménez, recibiendo por respuesta la promesa de que en 2006 habrá cambios sustanciales en el Código Tributario Provincial.
En la oportunidad, el ruralista manifestó que la reducción en Ingresos Brutos y la eliminación de Sellos y Salud Pública, por ejemplo, permitirán no sólo hacer más competitivo y eficiente al sector, sino que también permitirá que la provincia de Tucumán logre reducir de manera considerable el trabajo en negro.
"Lo que pedimos concretamente, además de la reducción por los montos en Ingresos Brutos, es que disminuyan los valores en conceptos de retenciones bancarias, como así también que los certificados de exención impositiva sirvan a los productores para pagar otros tributos", señaló Pereira.

También en Salta
Los productores, que no se cansan de comentar el informe de los Grupos CREA -dado a conocer en el número anterior por PRODUCCIÓN-, sobre el bajo ingreso que obtienen frente a la abultada cifra que el Estado recauda, proponen la implementación de tributos móviles. Sucede que hay un proyecto que tiende a establecer un sistema de retenciones móviles por producto, lo cual actuaría como una salvaguarda para que no decaiga la producción ni la rentabilidad de los hombres de campo.
En la provincia de Salta, la presidente de la Sociedad Rural, Milagros Patrón Costas, reconoció que cada región tiene realidades económicas, productivas y climáticas distintas, por lo que un impuesto para un productor que trabaja en la Pampa Húmeda tiene una incidencia distinta -léase peor- en uno del Noroeste Argentino. Un estudio de costos resalta que para el caso de la soja, un productor sólo gana 99 pesos al obtener rindes de 2.000 kilogramos por hectárea, mientras que el Estado se queda con 215 pesos, sin riesgo alguno, sin mover un dedo. A todo se suma el impuesto al Cheque, el IVA agropecuario o al débito, entre otros que encarecen la labor.

El doctor Armando Simesen de Bielke, especialista en materia tributaria respondió de la siguiente manera nuestras dudas:

¿De qué manera influye la carga fiscal en una pequeña o mediana empresa?
Es evidente como los distintos tributos nacionales, provinciales y municipales, incluyéndose también los aportes y cargas fiscales sobre las remuneraciones, desalientan la inversión y la generación de empleo en las PyMEs, sean comercial, de servicio o agropecuaria. La suma de la carga fiscal (tomándose como ejemplos los impuestos a las ganancias, ganancia mínima presunta, bienes personales, IVA, ingresos brutos y sellos -a nivel de fiscos locales-, tasas municipales sobre el comercio, y el agregado del costo de los peajes encareciendo los transportes, tornan prácticamente inviable cumplir leal y oportunamente con todos y cada uno de los impuestos. En un contexto así, la evasión constituye casi una salida obligada para permanecer en el mercado; no es que se aliente la evasión, sino que se describe una situación de hecho, conocida e insoslayable. En las PyMEs agropecuarias, los impuestos que más desalientan inversión y generación de empleos, son Ganancia Mínima Presunta, Sellos (sobre contratos agropecuarios), IVA (por los excesivos regímenes de retenciones y percepciones en vigencia) y las cargas patronales sobre el empleo.

¿Cuáles son las recomendaciones o sugerencias que haría a los organismos recaudadores para evitar que las PyMEs trabajen al borde de su rentabilidad?
Estímulos a las inversiones en bienes productivos (muebles, inmuebles y tecnología) mediante desgravaciones en el Impuesto a las Ganancias, extensión a más de dos años de la no gravabilidad en Ganancia Mínima Presunta para esas inversiones, eliminación del Impuesto de Sellos (que solo sería cumplir con lo firmado en el Pacto Fiscal del 12/08/93), no gravar con Ingresos Brutos la actividad primaria (como pasa en algunas provincias), esquema de cargas patronales sobre salarios diferenciado por regiones para alentar el empleo formal, permitir que el pago por peaje constituya un "pago a cuenta" en el Impuesto a las Ganancias, eliminar las retenciones y percepciones en el Impuesto al Valor Agregado (o, al menos, morigerar sus alícuotas), serían algunas de las medidas para consolidar y desarrollar a las PyMEs. No es suficiente, sin embargo, trabajar solo sobre los tributos ya que urge un plan estratégico global para este sector que apuntale el financiamiento a menores tasas y disminuya el riesgo de la contratación laboral, entre otros aspectos.

¿Cómo es en otros países de la región o en los del Primer Mundo el cobro de impuestos, son tal altos como en Argentina?
La comparación con otros esquemas tributarios puede resultar muy engañosa cuando los países tienen distinto grado de desarrollo y cuando los servicios estatales son muy eficientes en unos y prácticamente inexistentes en otros (piénsese que en nuestro país, el contribuyente además de pagar sus tributos, debe afrontar con su propio esfuerzo la educación privada de sus hijos, la atención de la salud de su familia, la seguridad propia, para citar algunos ejemplos de ausencia de servicios estatales o su prestación ineficiente). En el plano del MERCOSUR, por ejemplo, los países miembros tienen una presión fiscal distinta, siendo Brasil el de mayor presión sin que lo dicho implique que ese país sea un ejemplo de eficiencia o presencia real y efectiva del Estado en la provisión de bienes públicos.

¿Cree que se debería regionalizar el cobro de impuestos, teniendo en cuenta las grandes asimetrías y distancias a los puertos que tienen muchas provincias?
Sería, en mi concepto, sumamente riesgoso desde el momento en que cada Provincia hoy es, en realidad, casi un "feudo" donde puede producirse -vía impuestos- una persecución a la oposición política. No creo oportuno, en este estado de cosas, hacer un cambio que técnicamente pueda parecer muy interesante y hasta conveniente para las finanzas locales pero que es un arma política que puede ser mal utilizada.¤


Por Fabián Seidán,
de Producción


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