Revista Producción
PRODUCCION Agroindustrial del NOA




Cultivos:
Sorgo granífero Volver al futuro

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El cultivo de los sorgos en general y del sorgo granífero en particular, tuvo cierta importancia a nivel regional y nacional hasta la década del 80 (con 2,5 millones de has. cultivadas en Argentina), período a partir del cual por su bajo precio de comercialización fue paulatinamente reemplazado por otros cereales y oleaginosas, llegando en la actualidad a ser casi despreciable su superficie cultivada.
El auge de la Siembra Directa como herramienta fundamental para la conservación de los suelos y la sustentabilidad de la empresa agrícola, no representa una posibilidad cierta de lograr los objetivos antes citados si no es acompañada por un efectivo sistema de rotaciones que asegure la disponibilidad de rastrojo suficiente para la recuperación de la estructura y los nutrientes del suelo. En general, en el área agrícola del NOA no se rota más del 10 a 12% de la superficie, lo que al decir de algunos técnicos locales, asegura en algunos años la desertificación de gran parte de las zonas semiáridas dedicadas al monocultivo de grano.
Consecuencia de lo antes expuesto, surge la necesidad (sumada a la persistente recomendación de los organismos de asesoramiento agrícola), de estructurar un eficiente esquema de rotaciones sobre el cultivo de la soja, para incorporar material de rastrojo al suelo que permita, entre otras cosas, recuperar el Carbono perdido en el proceso de producción. Se habla entonces del maíz como el vegetal adecuado para tal fin, en función de su alta capacidad de aporte de rastrojo (aproximadamente entre 1,0 y 1,2 partes de rastrojo por 1,0 parte de producción de grano).
Si bien el maíz es un excelente material de rotación para nuestros suelos, nos encontramos que en muchos casos, por limitaciones edáficas y fundamentalmente climáticas (sobre todo por escasas precipitaciones), en el Este de la provincia su cultivo está muy condicionado. Surge entonces el interés por recuperar un viejo cultivo local que tiene el potencial de aprovechar las áreas marginales del cultivo de maíz, produciendo una interesante cantidad de grano de alta calidad y asegurando una buena cuota de rastrojo al suelo; el sorgo granífero.
Recuperar la tradición por este cultivo, es volver en el tiempo pero con la mirada en el futuro, incorporando este cereal en nuestra cadena de rotación y mejorando la sustentabilidad de nuestra empresa agropecuaria.
Incluyo aquí la parte pecuaria, porque considero que el grano de sorgo debe ser una base importante en la alimentación de bovinos y porcinos a lo largo de un esquema productivo que tienda a cubrir en nuestra región, el gran déficit de carne que actualmente tiene.
El cultivo del sorgo granífero es relativamente sencillo y de menor costo que el maíz. El sorgo posee algunas cualidades que le otorgan ventaja respecto del maíz, en lo referente a su resistencia a sequía, aspecto fundamental en nuestra zona productora de grano. Además de poseer mayor cerosidad en tallos y sensibilidad estomática en hojas, para responder rápidamente con una menor tasa de transpiración, el sorgo tiene mayor cabellera radicular que el maíz en relación a su masa aérea y sus raíces penetran más profundamente (hasta 2,5 mts.), haciendo más eficiente su sistema de búsqueda de agua.
Una ventaja ecofisiológica significativa en relación al maíz, es que el sorgo expresa la capacidad de detener parcialmente su ritmo de crecimiento en distintas etapas fenológicas del cultivo, cuando aparece alguna limitante ambiental, para retomar el ritmo normal una vez superada ésta; el maíz una vez iniciado el crecimiento, conserva su ritmo hasta el final, no teniendo tan eficiente capacidad de recuperar el crecimiento perdido en ciertas etapas.
No debemos olvidar también que el maíz no rebrota, condición que en un esquema agrícola pecuario, es una ventaja más a favor del sorgo.
En cuanto a la técnica del cultivo, un aspecto fundamental es la siembra lo más temprana posible, posibilitando el uso de híbridos de ciclo largo con alto potencial de producción; existe una correlación positiva entre maduración tardía (ciclo más largo) y alto rendimiento.
Los requerimientos hídricos del sorgo están alrededor de los 400 mm, pero gran parte de ellos son fundamentales en la etapa de encañazón - floración.
Este cultivo tiene la capacidad de germinar con 12 ºC de temperatura en el suelo, aspecto que debería posibilitar en nuestra zona sembrarlo antes que el maíz o la soja, para aprovechar su potencial de crecimiento a lo largo del período caliente del verano y la escasa disponibilidad de agua de los lotes o zonas que suelen elegirse para su cultivo. La semilla debe ubicarse dentro de los 2 primeros cm del suelo, teniendo en cuenta que es una planta rústica con una gran capacidad de emergencia aún en suelos planchados.
La densidad de siembra debe ajustarse a las condiciones de cada zona, pero en términos generales se consideran 6 a 7 plantas por metro lineal a 0,35 cm entre surcos ó 9 a 10 plantas por metro lineal a 0,52 cm (entre 160.000 y 180.000 plantas/ha).
En general, se siembran entre 8 y 14 kgs de semilla/ha.
Un segundo factor para un cultivo exitoso es realizar un eficiente control de malezas, usando Atrazina como preemergente (2 a 2,5 lts/ha) o una mezcla de Atrazina y Glifosato.
En cuanto a la fertilización, se deben tomar los mismos recaudos que para el maíz, pues tiene similares requerimientos que éste en relación al rendimiento esperado; es importante realizar un análisis de suelo previo.
Algo importante a tener en cuenta es que el sorgo es un cultivo económico en el sentido que devuelve al suelo (con el rastrojo), casi el 50% de los nutrientes que requiere para su desarrollo.
En cuanto a plagas, si bien aparecen varias a lo largo del cultivo, la que produce daño más significativo es la mosquita de la panoja (similar a un mosquito de color naranja).
Cada mosquita tiene la capacidad de poner 200 huevos, los que dañan 200 granos, razón por la cual el umbral de control debe darse cuando tenemos 1 mosquita por panoja. En los sorgos de siembra temprana, este ataque es de baja magnitud. De decidir el control, el insecticida debe aplicarse a la mañana temprano, que es el momento de nacimiento del insecto.
El cultivo llega a término entre 120 y 150 días de la siembra, aconsejándose su cosecha temprana para impedir una alta caída de granos en el proceso. Dentro de la panoja, la floración dura entre 6 y 7 días; en la etapa de maduración, los granos maduran de arriba hacia abajo y desde afuera hacia adentro, razón por la cual debe iniciarse la cosecha cuando se observe casi la mitad superior de la panoja con grano maduro.
Una vez iniciada la trilla, deben cosecharse rápidamente todos los lotes para evitar mayor caída de grano.
Un aspecto que crea temor entre los productores al decidir la siembra de sorgo, es su susceptibilidad al ataque de pájaros. Una manera de evitar en gran medida este problema es sembrar en lotes alejados de aguadas o represas y de montes cerrados. Algunas experiencias de siembra en el medio de lotes de soja o maíz, han reducido el ataque. Los otros factores a tener en cuenta son siembra y cosecha temprana, pues si cosechamos antes de principios de Abril, la incidencia de pájaros es menor.
Las experiencias realizadas recientemente por los Ings. Graneros y Sánchez de INTA Famaillá, son una prueba fehaciente del alto potencial de rinde de los materiales híbridos modernos, los que alcanzan Alturas de Planta entre 1,35 y 1,80 m; Materia Verde (en kgs/ha) entre 20 y 32 Tn; Materia Seca (en kgs/ha) entre 8 y 15 Tn y un rendimiento granífero (al 15% de humedad) de entre 4 y 7,5 Tn.
Actualmente se emplean materiales de excelente calidad de grano, sin tanino (granos rojos o blancos), de buena aceptación por el mercado. La posibilidad de lograr estas producciones en áreas marginales para el maíz, obteniendo buena cantidad de rastrojo para su rotación con soja, son incentivos que deberían tenerse en cuenta. Una soja precedida de rastrojo de sorgo produce hasta un 10% más.
Como vemos, son variadas las razones para volver a incorporar el cultivo de sorgo en nuestras presupuestaciones agrícolas, razones que podemos resumir de la siguiente manera:
•a) El sorgo contribuye a la sustentabilidad del sistema de producción, originando hasta 15 Tn de Materia Seca/ha con una relación C/N amplia, lo que hace lenta la degradación de su rastrojo protegiendo bien al suelo;
•b) Es un cultivo que presenta mayor estabilidad de rendimiento que el maíz, ante fluctuaciones hídricas y térmicas durante su crecimiento y desarrollo;
•c) Es el cultivo que tiene la mejor relación entre área sembrada vs. área cosechada (seguridad de cosecha), entre los cereales de producción local;
•d) Resiste altas temperaturas y déficit hídrico en mayor medida que el maíz, al que sustituye eficientemente en áreas marginales;
•e) Su grano tiene excelente capacidad de conversión en carne bovina y porcina, por lo que puede ser el cereal a producir en las áreas ganaderas, dejando el grano de maíz para industrialización o exportación;
•f) Tiene un costo de producción/ha significativamente inferior al maíz, y labores culturales (siembra, fertilización, control de malezas y plagas, cosecha, etc.), relativamente sencillas.
Esperamos que en las próximas campañas, el sorgo granífero ocupe un lugar dentro de las decisiones empresariales agrícolas, teniendo en cuenta que la rentabilidad de la ganadería está siendo actualmente competitiva con la de algunas producciones de cereales y oleaginosas por la brusca caída de sus precios.¤

Ing. Zoot. Guillermo O. MARTIN (h)
Cátedra de Forrajes y Cereales, FAZ - UNT


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