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Entrevista: Al campo no le asustan las tormentas  "Al campo no le asustan las tormentas", así lo indicó a PRODUCCION, en una entrevista exclusiva, Felipe Goizueta, vicepresidente de la Sociedad Rural de Tucumán, luego de que el Gobierno Nacional ratificara la nueva imposición de prohibir por seis meses la exportación de carne bovina al mundo. |
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El dirigente ruralista, dijo, entre otras cosas, que sólo un aumento en la producción de carne, a través de incentivos, mejoraría la oferta y descomprimiría los precios en el mercado interno. Cuando parecía que 2006 iba a ser un año exitoso para los productores ganaderos, el Presidente Néstor Kirchner pateó el tablero y suspendió por 180 días la venta del carne argentina al mundo. La medida, tendiente a hacer bajar el precio del alimento en el mercado interno no cayó bien en el sector agropecuario que inmediatamente salió a retrucarle: "Puede ser que ahora baje el precio pero ¿qué va a pasar en un par de años cuando nadie quiera invertir en ganadería por la inseguridad jurídica que reina en el país". Para los productores, el tema que aflige al Presidente tiene que ver con un problema de stock, de falta de incentivos para aumentar el número de cabezas, porque el precio de la carne sube en el mostrador al verse superada la oferta por la demanda. No hay que olvidar que hoy el país tiene dos millones de cabezas bovinas menos que hace 30 años y 10 millones más de habitantes. ¿Cree que el Presidente Néstor Kirchner hace populismo al suspender la venta de carne al mundo por 180 días? N quiero juzgar al gobierno pero sí le puedo decir que, de seguro, suspender por 180 días las exportaciones de carne argentina al mundo es una medida cortoplacista. Porque si la idea pasa por que le cierren los números unos meses, no tiene sentido ya que, a la larga, esto traerá consecuencias no deseables. ¿Cuándo ocurrirá eso? Cuando los ganaderos no puedan invertir en su rodeo, cuando no puedan aumentar stock, cumplir con las tareas sanitarias, la implantación de pastura o lograr métodos de conservación de forraje para los años malos. No hay dudas de que la hacienda va a descender y cada vez seremos más ineficientes. El sector ganadero había comenzado a apostar fuerte en el mercado externo. No está mal que el sector aproveche un año de buenas ventas generado por la necesidad del mercado internacional. Sino para qué tener un Instituto de Promoción de Carnes, creado por el sector empresario, los frigoríficos y el Estado, cuya misión no es otra que la de abrir nuevos destinos para el producto. Ahora, la pregunta sería ¿para qué hicimos tanta promoción si después de un plumazo se cambian las reglas y por dedición unilateral del Gobierno no podemos seguir abasteciéndolas?. Esto traerá consecuencias no deseadas para el sector ganadero y el país porque la Argentina es carne y hoy le decimos al mundo que no tenemos carne para vender. ¿Cómo cree que se soluciona ésto, o cómo cree que debió solucionarse para no llegar a esta medida extrema? Todo pasa por no enojarse. El Presidente es muy cerebral. Hay que sentarse a discutir las cosas y buscar la solución más sensata que no dañe al país. Me dice que la medida restrictiva de venta surge en un momento en el que la ganadería había comenzado a crecer y ser rentable. Y sí. Mire, la ganadería comenzó a crecer al punto de que empezó a desplazarse hacia campos del Noroeste argentino, sobre todo en Santiago del Estero, Tucumán y Catamarca. Frente a la falta de tierras por el auge de la soja, el sector buscó extenderse a campos marginales y, por ese motivo, aquí -en el NOA- se necesita justamente más inversión para producir novillos porque el pasto no tiene la dinámica de los pastizales de las zonas buenas. Mire, aquí hay que hacer más implantación de pasturas y eso significa inversión. ¿Cree que si baja el precio de la carne en el mercado interno el Presidente revea la medida y todo vuelva a la normalidad? El Presidente está muy firme. Lo malo es que se enoja demasiado, más de lo que debería. ¿El NOA es un polo para el desarrollo de la ganadería bovina? Como le dije, la ganadería se está volcando más al norte del país. Yo siempre confié en que Tucumán, Salta y Jujuy podían desarrollar esta actividad, pero no perdiendo plata porque aquí hay que hacer muchas inversiones y si cada vez que el sector muestre oportunidad de crecer se lo impedirán, entonces estamos fritos. Usted siempre dice que hay que cambiar el hábito de alimentación y comenzar a sustituir carne de vaca por la de pollo, cerdo y pescado. Acá hay una cosa muy clara. Escucho que el Presidente dice que "el pueblo tiene que comer carne", pero el problema es que es el pueblo del mundo que más come carne (70 kilos por año y por habitante de promedio). Entiendo que hay una franja de la población que no puede comer, entonces trabajemos con ellos e incentivemos el consumo de otros productos sustitutos. Por ejemplo, en Argentina el consumo de carne de cerdo apenas alcanza a 3 kilos por persona y por año, creo que ahí debe trabajar el Gobierno, apoyando también el desarrollo de la producción porcina. ¿Usted cree que en Tucumán se pueden comenzar a producir cerdos? El NOA tiene un polo de desarrollo muy grande para el bovino, pero Tucumán particularmente puede desarrollar también la cría de ganado porcino. Está la gente, están los campos -no se necesitan grandes extensiones de tierra-, y se los puede rotar con maíz. De aquí en más ¿qué pasos seguirá el sector ganadero? Si no hay precio que acompañe no habrá inversión, lo que significa que seguirá bajo el stock. Nunca fue buen negocio criar vacas y cuando comenzamos a decir que había futuro para la actividad, porque el mundo comenzó a pedirnos carne, ahora nos impiden vender. Pero no vamos a bajar los brazos, al campo no le asustan las tormentas, seguiremos trabajando hasta que la actividad vuelva a ser rentable porque con el mercado interno se trabaja con números muy finitos y baja rentabilidad. ¿Cree que tendrá éxito la medida del Gobierno? Puede ser. El viernes 10 de marzo pasado, el precio del novillo en pie bajó un 16,5 por ciento y el lunes 13 otros tres puntos, por lo que a más tardar el jueves 16, con la renovación de la carne, debería verse alguna rebaja cercana al 15 por ciento como piso en el mostrador de las carnicerías minoristas.¤ Panorama En 2001, cuando Argentina dejó de ocultar y denunció presencia de aftosa en su rodeo, los mercados internacionales cerraron las puertas a nuestras carnes, con lo cual se registró un abrupta caída de los volúmenes exportados y de los precios: en el Mercado de Liniers, el novillo cayó de 0,85 peso por kilo vivo a 0,64; mientras que la carne cayó de 3,68 pesos a 3,34 pesos en las góndolas. Actualmente, con un mercado exterior interesado en la carne argentina, el precio del novillo en Liniers alcanzó los 3,06 pesos, y en las góndolas los 10,00 pesos el kilo (cortes populares como trasjamón, verija y jamón). 2006 encuentra a Argentina con un mercado interno muy sostenido, debido a la mejora del poder adquisitivo de la población y un contexto internacional muy distinto respecto de 2001. La aparición de BSE en EEUU y Canadá, dos oferentes muy importantes en el comercio mundial, llevó a que otros productores de carne vacuna pudieran acceder a nuevos mercados (80 en total) y registrar fuertes crecimientos en sus exportaciones. Además, el crecimiento de la economía mundial generó una mayor demanda de la carne vacuna. Desde 2000, el aumento acumulado del PBI mundial se situó cerca del 17 por ciento. Esto significa que la población tiene un poder adquisitivo más importante, lo cual le permite obtener una mayor cantidad y calidad de productos a precios más altos, como la carne vacuna. Desde la salida de la Convertibilidad el precio minorista de la carne aumentó el 74 por ciento, lo que significó que estos valores crecieron más del doble que el índice general de inflación. A todo hay que sumar que, el componente impositivo sobre valor en góndola es también materia a discutir. Por cada kilo que compra “Juan Pérez”, 300 gramos equivalen a tasas y contribuciones.¤ |
 Por Fabián Seidán, de Producción |
